Harrison Barnes, candidato al jugador de mayor progreso

Promedia 19 puntos y 5 rebotes en 35 minutos de juego

En su primer año en Dallas, Barnes ha deslumbrado a los Mavs con su profesionalismo y dedicación – Nil Alemany (SB)

Entre lesiones e inconsistencias que marcaron permanentemente la temporada de los Mavericks, el notable crecimiento de Harrison Barnes pasó desapercibido. El alero de los Mavs, en su primer año con los texanos, superó el examen que vino a rendir bajo las órdenes de Rick Carlisle, convirtiéndose en el principal anotador de la franquicia luego de estar a la sombra de las estrellas de los Warriors en sus cuatro años en Golden State. Tras una campaña en la que mantuvo una regularidad indispensable para su éxito individual, Barnes se postula como uno de los principales candidatos a ganar el premio al jugador de mayor progreso. Aunque hay protagonistas de un nivel mediático más elevado y tengan firmes posturas para adueñarse de dicho logro, la nueva estrella de Dallas hizo méritos para, por lo menos, estar presente en la discusión.

Aspectos a favor:

1- Comparación con la temporada previa: Barnes pasó de promediar 11.7 puntos en su última campaña con los Warriors -la máxima en sus cuatro años en Golden State- para ser el principal anotador de unos Mavericks que lo perfilan como el sucesor de Dirk Nowitzki. El alero de 24 años se convirtió en un confiable contribuidor en cada partido y ha sido el jugador más consistente de los Mavs, tomando más responsabilidades y decisiones claves durante el transcurso del juego. Tal es así que pasó de promediar 9.6 disparos hacia el canasto en la temporada pasada a lanzar 16.2 por encuentro en su primer año en Dallas, manteniendo su efectividad a pesar del marcado incremento en tiros de campo. El salto de calidad que el conjunto texano esperaba de Barnes al contratarlo por cuatro años y 94 millones de dólares se produjo inmediatamente en su primer año bajo las órdenes de Carlisle.

2- Consistencia: Desde el campeonato del 2011, Mark Cuban se vio forzado a rotar su planilla debido a los fracasos que acumulaban los Mavs año tras año. El más reciente caso remite a Chandler Parsons, de quien se esperaba que sea el sucesor de Nowitzki tras un contrato de tres años que los Mavericks le ofrecieron para decretar su salida de Houston. Pero las dos temporadas de Parsons en Dallas terminaron antes de lo esperado. Las reiteradas lesiones lo apartaron de las canchas en los momentos cruciales y su abrupta salida obligó a Cuban a buscar un reemplazante. Con la llegada de Kevin Durant a Golden State, Barnes era el hombre indicado. Y el tiempo le dio la razón a los Mavs en esta decisión. El alero campeón con los Warriors y medallista olímpico demostró ser una garantía en el costado ofensivo, manteniéndose sin lesiones y participando activamente en cada compromiso de su equipo, estableciéndose como la figura actual y la pieza central de su futuro.

3- Ética de trabajo y compromiso con la franquicia: Durante toda la temporada regular, Barnes demostró ser un ejemplo para la sociedad, tanto dentro como fuera de la cancha. La responsabilidad, dedicación y seriedad han sido los puntos fuertes en su preparación para convertirse en el atleta de primer nivel que actualmente es. Con apenas 24 años, atravesó múltiples circunstancias que lo convirtieron en el jugador que disfrutaron los Mavs en esta temporada. En un corto período de tiempo, formó parte de grandes equipos que le dieron rápidamente la sabiduría y la experiencia para conocer en detalle cada aspecto del baloncesto. Tanto por su personalidad fuera de la cancha como por su producción habitual en cancha, a los Mavericks le sobran motivos para considerar a Barnes su emblema principal cuando Nowitzki se retire.

Aspectos en contra:

1- El récord negativo de los Mavs: La temporada del conjunto texano sufrió demasiadas irregularidades que los mantuvieron fuera de los playoffs apenas por segunda ocasión desde la llegada de Nowitzki. Dallas ha perdido prestigio en la liga al ser uno de los peores equipos en el costado ofensivo tras las múltiples lesiones que sufrieron sus referentes, factor que expuso más a otros jugadores y al mismo Barnes, que respondió de manera aceptable en un año de cambios profundos, tanto para él como para la franquicia. Con veteranos que tuvieron que partir en la fecha límite de los traspasos, los Mavs optaron por desarrollar sus piezas más jóvenes encabezadas por Barnes, que está liderando un proyecto de renovación en Dallas tras varios años de apostar por jugadores de experiencia. Sin embargo, a los Mavericks no les alcanzó su gran temporada para escapar de la mediocridad y ocupar tierra de nadie durante el tramo final de la fase regular.

2- La supremacía de las superestrellas en su puesto: La posición de alero siempre ha estado demasiada cubierta. Y más en estos tiempos en los que varios jugadores tienen la prestigiosa capacidad de cubrir distintos lugares en la cancha. En este rubro, Barnes queda relegado y aún se mantiene a la sombra de las grandes estrellas de la liga. En una posición que demanda la excelencia permanente en numerosos aspectos del juego para sobresalir, la joven promesa de los Mavericks todavía debe expandir su juego y ser reconocido globalmente. Barnes tendrá que tomar como ejemplo a los mejores en su puesto y los pasos que han tomado para ser las superestrellas que actualmente son. Si bien dichos jugadores hay pocos, el compromiso de Barnes con su profesión y estar junto a Nowitzki cada día lo obligarán a dar el siguiente paso cuando se afirme como el líder de la franquicia texana.

3- El progreso de Giannis Antetokounmpo y Nikola Jokić: El alero de Milwaukee y el pivot de Denver lideran las encuestas sobre quién debe adueñarse del premio al jugador de mayor progreso. La opinión pública alrededor de la NBA se ha asombrado con las múltiples cualidades de la estrella de los Bucks, que lidera a su equipo en anotación, rebotes, asistencias, robos y bloqueos, siendo -además- uno de los pocos jugadores capaces de alcanzar con facilidad una triple decena. El crecimiento de Antetokounmpo ha sido tan notable que ha mejorado en cada rubro con respecto a la temporada y su aporte en esta campaña fue fundamental para que Milwaukee vuelva a asegurarse un lugar en los playoffs. Por otro lado, Jokić -en apenas su segundo año en la liga- ha sido el jugador más determinante de los Nuggets en la recta final de la temporada, consiguiendo sorprendentes triples decenas y exponiendo su capacidad para asistir y mover el balón, habilidades propias de un armador. Mientras que el pivot serbio expandió su juego siendo una amenaza desde el perímetro, mantuvo su alta efectividad desde la línea de tiros libres por sobre el 80%, un porcentaje atípico para un jugador de su compostura física.


Con la temporada regular a punto de finalizar, Barnes concluirá un sólido primer año con los Mavericks, en el que superó las expectativas que había puestas en él. En pocos partidos, Carlisle y la franquicia texana se dieron cuenta de la pieza fundamental que habían conseguido en la agencia libre, siendo -probablemente- la mejor contratación de los Mavs en unos últimos años llenos de fracasos y desilusión en los mercados de pases. El alero del conjunto encabezado por Nowitzki termina la temporada promediando 19 puntos y 5 rebotes, teniendo un promedio del 46% en sus lanzamientos de campo. A medida que transcurran los años, los objetivos para Barnes en Dallas serán más desafiantes. Por lo pronto, deberá mantener su regularidad y construir su reputación con los Mavs teniendo esta gran temporada como la base de su éxito a futuro.