El incierto futuro de Tony Allen en los Memphis Grizzlies

Será agente libre al terminar la temporada

Tony Allen
Tony Allen está enamorado de la ciudad de Memphis. – George Kelly (CC)

Tony Allen, también conocido como The Grindfather, es todo un icono para los Memphis Grizzlies y el máximo representante de la marca GritNGrind. La noche del domingo, los Grizzlies decidieron rendirle un homenaje regalando molinillos de pimienta a los primeros 4.000 aficionados que entraron al FedExForum; un guiño a un jugador que ha conseguido convertirse en un emblema sin la  necesidad de contar con un talento descomunal en ataque, todo a base de trabajo duro, sacrificio y dejarse la piel en cada partido.

La relación entre afición y jugador ha sido de afecto mutuo desde que llegó en 2011 procedente de los Boston Celtics, pero uno de los jugadores más queridos de la liga podría abandonar el barco al terminar esta campaña. Tanto Tony Allen como Zach Randolph serán agentes libres sin restricciones en verano, lo que significa que los fans solo tienen garantizados tres partidos – incluyendo los dos seguros de postemporada – en los que podrán disfrutar de la presencia de estos dos veteranos que tanto significan para Tennessee (en el caso de Z-Bo probablemente solo dos, si es que descansa en el último partido de temporada regular contra los Mavs). Finalizada la temporada, el futuro será incierto y ya sabemos cómo funciona este negocio, el que por la mañana era indispensable por la noche ha cogido un avión hacia su nuevo hogar.

A David Fizdale le preguntaron por el futuro de Allen en la franquicia y el técnico se deshizo en elogios para uno de sus hombres de confianza. 

«Ya he hablado con la oficina principal y, si podemos, lo queremos para el año que viene, lo amo».

Pese a la declaración de apreció que Fizz le dedicó en primera instancia, acto seguido cogía un tono más cauto, consciente de que no todo es tan fácil. Con los contratos de Mike Conley (el base mejor pagado de la NBA), Marc Gasol y Chandler Parsons (el hombre de los 94 millones) no resulta nada fácil hacer un  hueco a nuevos contratos en una plantilla castigada por una mala gestión de la directiva, que no hizo bien sus deberes el año pasado. Pueden apostar por ofrecerle un par de años a Tony Allen o puede que se decidan por jugadores jóvenes menos asentados y con salarios más asequibles, que les permitirían un mayor margen de maniobra.

«Pero también sé que tenemos que tomar algunas decisiones basadas en lo que es mejor para la unidad, ahí es donde nos reuniremos y veremos lo que hay sobre la mesa y daremos nuestra opinión sobre qué nos da mejor oportunidad para avanzar.» – decía el técnico de los osos.

Tony Allen lo tiene claro, no quiere ni planteárselo, su corazón pertenece a Memphis. Cabe recordar que ganó un anillo con los Celtics en 2008, sin embargo, en ningún lugar se ha sentido tan a gusto como en esta joven franquicia. No hay palabras para describir lo que significa para este bloque. Junto a otros veteranos como Marc Gasol , Mike Conley o Zach Randolph, puso en el mapa a una franquicia que nunca había ganado un solo partido de PlayOffs. Sus declaraciones son una prueba emotiva del amor incondicional que siente por esta ciudad. 

«No quiero ni pensar en eso. Lo que encarno para esta organización, todo lo que encarno, sería casi como un divorcio si me fuera a alguna parte. Un divorcio con algunos niños infelices también; y con niños me refiero a los aficionados de Memphis. Incluso si no firmo aquí voy a seguir viviendo aquí. Estoy agradecido, me alegro de que la ciudad abrazara mi trabajo duro y mi ética de trabajo. Eso es lo que hizo esa conexión, ese lazo, que hizo que quiera considerarme de Memphis. Sabes que nací en Chicago, pero también soy de Memphis. Realmente no sé lo que va a suceder, lo que sé es que mi corazón estará aquí. Ese color azul, ese oso grizzlie, ahí es donde está mi corazón».