El despertar de Bradley Beal

El escolta está cuajando su mejor temporada

Bradley Beal Washington Wizards
Bradley Beal empieza a mostrar todo su potencial. Keith Allison (CC)

Bradley Beal es uno de estos jugadores con potencial de estrella a los que las lesiones no les permiten mostrar todo el baloncesto que atesoran dentro, o por lo menos hasta este año el ex-escolta de los Gators de Florida tenía el dudoso honor de pertenecer a este selecto grupo. Seleccionado en la tercera posición del draft del 2012 por los Washington Wizards, solamente por detrás de los campeones de la NCAA ese año Anthony Davis y Michael Kidd-Gilchrist, Beal parece haber firmado una tregua con las lesiones, empezando a recoger los frutos de la continuidad.

Formado en el Chaminade College Preparatory School el escolta comenzó a despuntar ya desde su adolescencia, promediando 32.5 puntos, 5.7 rebotes y 2.8 asistencias durante su último año en el instituto. Su buena labor a nivel highschool le sirvió para conseguir una plaza en los Gators de Florida, equipo de la NCAA. Bradley Beal únicamente pasó un año en la universidad, logrando formar parte del mejor quinteto de la Southeastern Conference  y el quinteto freshman, sus números en la universidad fueron de 14,8 puntos, 6,7 rebotes y 2,2 asistencias, a los que sumó 1,4 robos por partido y casi un tapón.

Beal llegaría a la NBA con cartel de futura estrella y jugador con presencia en ambos lados de la pista, aunque siempre con mucho mayor potencial ofensivo. En su primer año el escolta se haría con un hueco en el quinteto titular de unos Washington Wizards que competían por las mejores posiciones del draft, mostrando un muy prometedor tiro de larga distancia con un esperanzador 38% de acierto desde el triple. Bradley Beal formaría parte del mejor quinteto de novatos en su año de debut en la NBA, demostrando solidez desde fuera del arco y buenos fundamentos ofensivos.

A pesar de firmar un buen primer año en DC se quedaron con ganas de más, dado que Beal se perdería un tercio de la temporada por las lesiones, cortando la regularidad en su progresión. Cosa que si pudimos ver en su segundo año, en el que disputaría 71 partidos en temporada regular; alcanzando los 17 puntos de media y un salientable 40% desde el triple, además de superar los 3 rebotes y las 3 asistencias de media.

Su año sophomore también serviría para que el joven escolta probase su valía en los Playoffs, mejorando todos sus promedios y siendo pieza importante de unos Wizards que se quedaron en las puertas de las finales del Este. En esa primera postemporada Bradley Beal promedió 19 puntos, 5 rebotes, 4.5 asistencias y un 41% desde el triple. Además de aumentar su rendimiento defensivo hasta superar el robo y medio y casi un tapón a lo largo de los 11 partidos que disputó en las fases finales por el título.

Estancamiento

Las esperanzas puestas en Beal al inicio de su tercera temporada serían muy elevadas, confiando en que el shooting guard pudiese mejorar o mantener el rendimiento mostrado en los anteriores playoffs y se convirtiese oficialmente en la segunda espada del equipo por detrás de su compañero de backcourt John Wall. Pero otra vez las lesiones se cruzarían en su camino hasta el punto en el que su producción anotadora no sólo no mejoraría sino que descendería sensiblemente.

Los 15 puntos por partido mostraron la cara más amarga de Bradley Beal en la NBA. Perseguido por la irregularidad y los problemas físicos el escolta no encontraría su juego hasta llegar a la postemporada, momento en el que volvería a dar la cara para ayudar a Wall en la lucha por el título. El camino de los Wizards volvería a terminar en la segunda ronda, pero la buena noticia era que Beal había vuelvo a subir su nivel de juego. Los 23 puntos, 5.5 rebotes y 4.5 asistencias serían la mejor versión del guard.

Con 22 años Beal sufriría su peor temporada a nivel deportivo, con unos Wizards fuera de playoffss que verían cortada su línea ascendente y una insuficiente mejoría en su juego respecto a la temporada regular pasada. No había rastro del Beal de PO, sus promedios eran ligeramente inferiores a los de su año sophomore, los mejores hasta la fecha en RS, y sus porcentajes desde el triple serían los mismo que en su temporada rookie.

Con este estancamiento en su juego Bradley Beal llegaba a la agencia libre, convencido de que su momento iba a llegar, el escolta aseguraba que se merecía un contrato por el máximo salarial.

«Quiero ser valorado de la forma correcta. Siento que soy un jugador del máximo (salarial) y eso es lo que estoy buscando. Si Washington no puede cumplir con ese requisito, entonces debería pensar en irme a otra parte. Estoy bastante seguro de que no me dejarán marchar. Al fin y al cabo, es donde quiero estar. Creo que es bastante probable que lleguemos a un acuerdo, pero nunca se sabe,» aseguró el jugador.

Jugador de máximo

Una vez llegada la agencia libre el escolta firmaría una extensión de su contrato por valor de 128 millones de dólares, el máximo estipulado para un jugador con su experiencia en la liga. De esta forma la franquicia dejaba claras las esperanzas e intenciones que tenían puestas en el ex de los Gators, solamente quedaba por ver si Beal respondería satisfactoriamente.

Su nueva etapa dentro de la élite salarial de liga comenzaría de forma turbulenta, al 2-8 con el que empezarían los Wizards se le sumaría una nueva lesión que haría saltar las alarmas. Durante un partido frente a los Boston Celtics Beal sufriría un desgarro en el tendón de la corva que no le permitiría seguir disputando el encuentro.

El mal momento deportivo por el que la franquicia pasaba desde la anterior temporada empezaba a provocar tensiones en el vestuario, comenzando a aparecer rumores sobre la mala relación de las dos jóvenes estrellas de Washington. Algo que ambos jugadores siempre negaron, pero que incluso llegó a poner al escolta en el mercado, buscando un jugador más compatible con Wall en pista y mejorar sus resultados.

Candidato a All Star 

John Wall y Bradley Beal, Washington Wizards
Beal y Wall forman una de las mejores parejas exteriores actuales. Keith Allison (CC)

En diciembre todo cambió radicalmente, Bradley Beal por fin empezó a rendir como el jugador que se presuponía que iba a ser el día que fue drafteado y su relación con Wall en pista se veía de forma mucho más fluída. La nueva asociación entre el base y el escolta hizo que los capitalinos empezasen a subir posiciones en la conferencia este, haciendo de los playoffs un realidad.

Sus números comenzaron a subir, alcanzando los 25.5 puntos y un 45% de acierto desde el triple en febrero, promedios que nunca se habían visto anteriormente en el escolta.

El gran rendimiento del jugador no pasó desapercibido, apareciendo varias voces veteranas, entre ellas la de su pareja de baile John Wall, en la NBA reclamando su participación en el All Star; algo que finalmente no sucedería, siendo elegido Carmelo Anthony como sustituto de Kevin Love.

“Nunca voy a decir que un jugador no merece estar en el All Star. Carmelo es un gran jugador, él lleva años siendo una de las mayores amenazas ofensivas de la liga, y no le estoy quitando ningún mérito. Pero el proceso no tiene sentido. Si lo que pretenden es recompensar, no comprendo por qué tomaron esa decisión. Fue algo raro para mí

Bradley Beal finalizó la temporada con unos promedios de 23 puntos, 3 rebotes y asistencias y un 40% desde el triple, sus mejores números en liga regular desde su llegada a la NBA. El escolta aumentó exponencialmente su importancia en el equipo, hasta el punto de triplicar su índice de Win Share, contribuyendo con 8.5 victorias y promediando un +/- 2.2, casi 5 veces más alto que el de la temporada anterior de -0.6.

Confirmación de la unión Wall/Beal

Beal actualmente se encuentra disputando unos playoffs en los que la franquicia de la capital tiene muchas esperanzas puestas, campeones de división tras 38 años, tienen serias opciones de poder disputar las finales de conferencia e incluso intentar alcanzar cotas mayores.

Estas altas expectativas son provocadas en gran parte gracias al rendimiento mostrado por la pareja Wall/Beal. Los dos guards están cuajando sus mejores playoffs, promediando entre ambos 58.5 puntos y 14 asistencias, lo cual supone más de la mitad de los puntos del equipo y asistencias, a lo que el escolta añade 3 robos de media.

Nadie puede asegurar donde está situado el techo de Bradley Beal, pero en base al rendimiento mostrado esta temporada y a la tendencia ascendente que se puede apreciar en su juego cada vez que llega la postemporada se presupone que escolta de San Luis está destinado a ser una de las caras de la liga durante los próximos años.