Análisis de temporada 2016-17: Dallas Mavericks
Año I de una reconstrucción... ¿competitiva?

Una temporada competida, que no salvada
Los Dallas Mavericks no han cumplido con los objetivos este año, pero han conseguido que la temporada no se tirase a la basura añadiendo jugadores interesantes que asoman un futuro intrigante cuanto menos. Las 33 victorias es, con mucha diferencia, la peor marca registrada por los Dallas Mavericks desde que Dirk Nowitzki llegó a Texas… y de eso hace ya casi 20 años.
El equipo ha adolecido de lesiones, de una intermitencia ofensiva sorprendente en los sistemas de Carlisle pero, por otro lado, con una de las mejores defensas de los Mavs en años, habiendo conseguido dejar al equipo contrario en menos de 100 puntos en muchas de las victorias del equipo.
El peor inicio de su historia
Cinco derrotas iniciales que, después de dos triunfos consecutivos, siguieron a una racha negativa de 8 partidos sin saber lo que es ganar. Los texanos llegaron a diciembre con un récord de 3 victorias y 14 derrotas. Sin haber visto jugar prácticamente a pesos pesados como Dirk Nowitzki, Deron Williams, Devin Harris, J.J. Barea o Andrew Bogut y con muchas voces que hablaban tanto de reconstrucción como de una retirada de Dirk Nowitzki. En diciembre, la enfermería comenzó a vaciarse pero la falta de ritmo de estos jugadores les seguía pasando factura y cerraron 2016 con todos los meses en negativo y sumando un récord 10-24.
Año nuevo, vida nueva
Llegó el 2017 y, con él, unos Dallas Mavericks totalmente diferentes a los del principio de la RS. Todos, salvo Barea, disponibles y en un buen estado de forma. Los texanos sumaron muchas victorias y se acercaban a una octava plaza muy barata en el Oeste. Harrison Barnes seguía siendo la sorprendente estrella del equipo mientras que Dirk Nowitzki y Deron Williams hacían de segundas espadas veteranas maximizando sus mejores virtudes. Además, apareció un pequeño base de 23 años que palió una nueva lesión de D-Will en su mejor momento: Yogi Ferrell venía desde el estado de Nueva York para instalar a todos los aficionados en la «YogiMania». Pero Mark Cuban veía que los Mavericks necesitaban algo más; más sangre nueva que dieran un objetivo a una temporada en tierra de nadie y con los puestos de PlayOffs que se alejaban por los movimientos de sus rivales (el intercambio Nurkic-Plumlee entre Nuggets y Blazers y el trade de DeMarcus Cousins a los Pelicans). Febrero volvió a ser un mes en positivo, Seth Curry seguía dando pasos hacia el éxito y con el All-Star Break comenzó una nueva etapa de los Mavs.
La revolución texana
Mark Cuban y Donnie Nelson comenzaron a hacer y recibir llamadas por varios jugadores. Ellos buscaban mejorar el equipo con el único condicionante de que los jugadores sean jóvenes y tenían dos veteranos (Andrew Bogut y Deron Williams) que iban a convertirse en agentes libres este verano y que tenían cierto mercado. En el día del límite de traspasos saltó la sorpresa: Los Mavericks parecían estar buscando salidas y, en cambio, llegó a Dallas un pívot joven y con un gran potencial: Nerlens Noel se convirtió en jugador de Carlisle a cambio de Justin Anderson, Andrew Bogut y, finalmente, dos segundas rondas de 2017 y 2018. Además, Deron Williams sería cortado (yendo a Ohio a intentar ganar el anillo) para dar las riendas del equipo a Ferrell y que el veterano base no pierda una temporada en tierra de nadie.
Noel to the rack! 🔨💪 pic.twitter.com/TACtYzuty8
— Dallas Mavericks (@dallasmavs) 30 de marzo de 2017
Un final irremediable
Los Dallas Mavericks mejoraron y, sobre todo, rejuvenecieron el roster. Las semanas pasaban y las victorias de los texanos (casi las mismas que derrotas) hacían más y más complicado que Dirk Nowitzki y los suyos estuvieran en PlayOffs; el inicio de temporada pesaba demasiado. Era solo cuestión de tiempo que los Mavs fueran oficialmente eliminados y comenzasen a pensar en cosechar el peor récord para añadir un buen pick a un proyecto que había llamado la atención de propios y extraños en unos meses. Tal día llegó a mitad de marzo y Rick Carlisle no dudó ni un ápice en dejarse ir de manera descarada. A los récords positivos de enero y marzo se le estaba uniendo marzo con 7 victorias y 5 derrotas pero, con la octava plaza inalcanzable, Brussino y los jóvenes comenzaron a jugar muchos minutos y acumularon un récord con solo 2 victorias y 9 derrotas. Pese a ello, el tanking previo de otros equipos provocó que los Mavs no se movieron ningún puesto, aunque sirvió para no irse del TOP10.
Jugadores destacados
Harrison Barnes
El factor estrella de los Dallas Mavericks en este curso. Llegaba como un alero muy cuestionado tras su última temporada en los Warriors y habiendo firmado un gran contrato. Pese a ello, Barnes ha demostrado que puede convertirse en el jugador franquicia en la NBA. Ha estado rondando los 20 puntos por partidos durante todo el año (19.2 concretamente) y ha gozado de una regularidad increíble, siendo una sorpresa las pocas veces —y siempre a final de liga— que no superó los dobles dígitos. Con casi 25 años, todavía tiene margen de mejora y eso lo han visto en los Mavericks, que esperan verle progresar en todas las facetas del juego. En un equipo que necesita un nuevo líder, Harrison Barnes tiene la oportunidad que ha estado buscando toda la vida.
Dirk Nowitzki
No ha sido la mejor temporada del alemán. De hecho, numéricamente ha sido la peor desde su año rookie. Pero, a sus 38 años, que uno de los mejores ala-pívots de la historia siga siendo titular e, incluso, tirando del carro ofensivo de su equipo tiene el suficiente mérito como para estar considerado uno de los mejores jugadores de su equipo. Dirk Nowitzki sigue siendo Dirk Nowitzki y los Dallas Mavericks lo saben. Además, hay que darle crédito después de haber mejorado sus números en el apartado reboteador porque su equipo lo necesitaba. En un año duro para él (lesiones) y para su equipo, sus récords o el partido contra los Lakers con 25 puntos en una parte y superando los 30.000 puntos en su carrera han sido lo mejor de los Mavs.
Revelación
Seth Curry
Un nuevo Curry se ha asentado en la NBA y ya van 3. Llegó a Dallas con un contrato ganga y ha mejorado partido tras partido, mes a mes, hasta asentarse en el puesto de titular como uno de los mejores tiradores de toda la liga, superando en porcentaje incluso a su propio hermano. Lanzador con muñeca de seda y mejor defensor de lo que todo el mundo esperaba. Su capacidad por adaptarse tanto al puesto de escolta como al de base ha sido toda una ayuda para Rick Carlisle y aspira tanto a ser titular el próximo año como ha firmar un gran contrato en el 2018. ¿Qué techo puede tener este jugador?
El entrenador: Rick Carlisle
Poco más se le ha podido pedir a Rick Carlisle esta temporada. Sigue demostrando que es uno de los mejores del mundo y que, sin él, los Dallas Mavericks estarían mucho peor de lo que están. No solo ha seguido demostrado su talento natural por influir en el resultado de los partidos (entre canastas tras tiempos muertos y victorias tras cambios en la rotación los Mavs no han parado), sino que ha destacado en un aspecto que no se le conocía: desarrollando a jóvenes jugadores. La confianza en Barnes, Ferrell, Curry o Ferrell es una buena muestra que no ha tenido problemas en dar galones a jugadores no experimentados. El proyecto de los Mavs está creciendo y él debe ser su líder.
Opinión
Si un equipo dice que el objetivo es meterse en los PlayOffs y quedan con el noveno peor récord de la NBA solo se puede definir de una manera su actuación: fracaso. Si bien es cierto que han sufrido muchas lesiones importantes y se dejaron ir de manera evidente en los últimos partidos, los Dallas Mavericks no han dado el do de pecho que se les pedía. Pese a todo, han conseguido sumar piezas de cara al futuro y en los momentos de máximo rendimiento demostraron que pueden ser un equipo de 50% de victorias para arriba.