El baloncesto también es cuestión de corazón

VALENCIA BASKET FUE CAMPEÓN EL DÍA DE LA RETIRADA DE NOCIONI

Valencia Basket corazón
El Valencia Basket ganó su primera Liga – Carlos Calvillo, (SB)

Sí, finalmente Valencia Basket obtuvo su premio. Ganó su primera liga. En la Fonteta, con su gente y ante el contrincante que tantas veces había sido su verdugo. Se impuso al Real Madrid exhibiendo fuerza, seguridad y, sobre todo, juego. Buen baloncesto. Después de que arreciaran las críticas durante la temporada debido a las derrotas en las finales disputadas, los taronja se embalsamaron convirtiendo la Fuente de San Luis en el lugar de mayor aglomeración de felicidad de la Tierra

Fue justo vencedor, dominó todos los registros baloncestísticos. Aplastó al gran Real Madrid de Pablo Laso en un segundo cuarto que quedará en las retinas de todos los aficionados valencianos. Si hubieran podido diseñar cómo se escribiría la historia, lo hubieran hecho de la manera que se desarrolló. Ellos soñaron y lo hicieron. Ganaron y despejaron todos los fantasmas de la temporada, para poner la guinda del pastel a una plantilla inolvidable y repleta, como dijo Bojan Dubljevic al término del choque, de corazón. Un corazón que también late al ritmo del barbudo y enorme montenegrino que fue el alma de su conjunto dentro y fuera de la cancha.

Pedro Martínez, hace escasamente dos semanas, decía que los entrenadores que no ganaban títulos tenían que conformarse con hacer mejores a los jugadores. Esta vez, Pedro completó ambas tareas. Hizo mejores a todos los jugadores y conquistó el título nacional por excelencia. Se levantó de la Eurocup, junto con sus pupilos, para dar la estocada definitiva. Con el sable completamente afilado, Valencia llegó a Madrid a llevarse un partido. Se internó, como la época de los Austrias, en la clandestinidad de la noche capitalina para ganar un combate a vida o muerte. No fracasó en su misión. La serie, entonces, aguardaría su desenlace en la capital del Turia, con todo un ejército naranja pendiente de sus 12 mejores soldados.

Pedro Martínez, a partir de ahora, pasa a la primera línea de entrenadores europeos – Carlos Calvillo (SB)

En su casa, Valencia Basket refulgió. Fernando San Emeterio rescató a los suyos en el primer envite para que, posteriormente, en un sprint final de ensueño, Luke Sikma, Dubljevic y compañía acribillaran a un Madrid noqueado y sin alma. Solamente quedaba un paso para agarrar la gloria y no soltarla. Los blancos apelaban al carácter, mientras que los de Martínez se aferraban a su excelso estado de forma.

Valencia Basket campeón
Pierre Oriola celebra desatado el triple de Romain Sato – Carlos Calvillo (SB)

En el último asalto, Valencia Basket bombardeó al Real Madrid a base de lanzamientos exteriores. El Madrid, sin red, no pudo mantenerse en el partido y Valencia infligió un duro castigo a los blancos, llegando a cosechar rentas de hasta 24 puntos que no dilapidarían esta vez. Convencidos de la remontada, el plantel madridista se dispuso en zona buscando que hicieran acto de presencia los recuerdos del atasco europeo ante Unicaja. Y, en efecto, hubo conato. Pero Romain Sato anotó un triple que provocó el estallido de una Fuente de San Luis sabedora de que, en esta ocasión, el triunfo no se esfumaría.

A partir de ahí, el festejo no se hizo esperar y la marea naranja llevó en volandas hasta el final a los suyos, que celebraron rabiosos a la par que aliviados. Lo habían conseguido. Ellos, desde ese preciso instante, serían leyenda viva para la ciudad. En la final ACB sí supieron vencer. Jugadores y cuerpo técnico.

Rafa Martínez levantó la copa de toda una ciudad y la afición taronja se abalanzó sobre la pista para celebrar y abrazar a sus héroes. El eterno capitán, entre lágrimas, no podía creer lo que estaba viviendo. Le acompañaba su fiel escudero Fernando San Emeterio, alguien que ya había saboreado la gloria de ofrecerle una liga a su afición justamente 7 años antes con su tremendo 2+1 en el Buesa Arena. En definitiva, la plantilla al completo mostraba una emoción propia de la hazaña que habían registrado. Y más, viniendo de donde venían. Merecido, para ellos, era un adjetivo que se quedaba excesivamente corto.

Valencia Basket campeón
Dubljevic, MVP de las finales, festeja el triunfo. Carlos Calvillo (SB)

Físicamente cerca pero emocionalmente lejos del título descansaban abatidos los jugadores del campeón herido. Andrés Nocioni ocultaba su llanto entre sus brazos mientras Gustavo Ayón le levantaba el ánimo. El porqué de tal tristeza era evidente. El Chapu Nocioni acababa de disputar sus últimos minutos en una cancha de baloncesto. Como diría el argentino, «recién bailó su último tango».

Andrés Nocioni llora consolado por Gustavo Ayón – Javier Rodríguez (PlanetaACB)

Sin embargo, no por ser los últimos compases de su carrera dejaron de ser acordes a su personalidad. El argentino volvió a agrupar su esencia en su actuación , luchando y percutiendo hasta la saciedad. Anotó, gritó y levantó al equipo. «Me lo dejé todo en todos los sitios a donde fui», dijo al final del partido con los ojos vidriosos. Porque Nocioni, como se recita en el homenaje que le dedicó la selección argentina, es el alma dentro del alma. Un mito entre mitos.

Laso murió de pié y fiel a los guerreros que le acompañaban ya cuando comenzó su carrera en el Real Madrid. Sergio Llull desplegó una exhibición de responsabilidad estremecedora, llevando a cuestas el peso del club más laureado de Europa. A base de recibir golpes, percutir y defender el escudo hasta la extenuación terminó exhausto, sin un ápice de fuerza por entregar y desolado, completamente desolado. A su lado, el gran capitán, Felipe Reyes. Jugó la segunda parte y gran parte de la final honrando sus valores y por delante de alguien que, presumiblemente, disfrutaría de esos minutos (Anthony Randolph).

Gustavo Ayón volvió a ser Machete, incansable y peleando hasta el final. Jaycee Carroll no paró de intentarlo pero el destino no quiso que sus lanzamientos, en general, besaran las redes. Rudy, desaparecido desde el primer partido, desfalleció en el esfuerzo defensivo. Ellos, en el vestuario, se mirarían y pensarían: «Pasan los años, llegan fichajes y acabamos jugando siempre los mismos». Y con esos mismos, raramente, no bastó. No obstante, a esa vieja guardia le faltó durante esta campaña un templario determinante, el Chacho.

Finales Liga Endesa
Sergio Llull lo intentó hasta el final – Carlos Calvillo (SB)

Acertaría Alberto Herreros tomando buena cuenta de lo ocurrido en el último partido. Anthony Randolph, a pesar de su vigorosas condiciones físicas y de su talento, no ha aportado lo que se esperaba de él. No ha marcado diferencias en los choques definitivos de la temporada. Similar es el caso de Othello Hunter, que ha ido diluyéndose a medida que avanzaba el año. No hubo rastro de la dureza que le había caracterizado en su periplo en El Pireo. Ninguno de los dos tuvo carácter.

Por su parte, Jonas Maciulis se mostró constantemente impreciso y desconcentrado. Perdió claramente su duelo con Sato y no fue ni una sombra de su mejor versión. Y Luka Doncic, en el último mes de competición, dejó en entrever sus carencias. Por primera vez, fuimos capaces de percibirle como lo que es, un chico de 18 años. Cansado, no fue capaz de generar lo necesario para ser el base del Real Madrid. Cuestión de edad y experiencia, posiblemente, para la mayor promesa del baloncesto continental. Por último, Jeffrey Taylor fue la única nota positiva. Defendió, penetró y acertó en los triples.

Jonas Maciulis postea a Sato – Carlos Calvillo (SB)

La sección está momentáneamente deprimida, vistas las expectativas iniciales. Sin lugar a dudas, es un fracaso. Cuando llegan los minutos de la verdad, el Real Madrid sigue tirando de los soldados irreductibles que no le abandonaron nunca. Ahí, los fichajes talentosos dejan sus sitio al corazón y al núcleo del equipo. Porque si bien esta temporada está cerrada, el ciclo de Pablo Laso no lo está. El Madrid cayó, pero se desplomó con orgullo, sin dejarse un átomo de energía en el cuerpo.

La baja de Nocioni y la marcha del Chacho obligan a remodelar el roster. A reformar el disco duro del ordenador del equipo madridista. Ese disco duro que, precisamente, constituye el corazón que hizo al Real Madrid campeón de Europa. Un corazón tocado, pero nunca hundido. Porque el Madrid, de una manera u otra, siempre vuelve.

Felipe Reyes
Felipe Reyes honró el escudo y portó los valores madridistas – Carlos Calvillo (SB)

El baloncesto, como prácticamente todos los aspectos de la vida, es cuestión de corazón. Y estos dos planteles, en épocas distintas y circunstancias diferentes, son la máxima expresión del corazón en el ámbito competitivo por su perseverancia, continuidad e ilimitada ambición.

«No se puede vivir la vida sin pasión, sin amor».