Las zapatillas de baloncesto más caras de Michael Jordan

El comprador desembolsó más de 190.000 $

Michael Jordan (Vía Flickr)

El 10 de agosto de 1984, millones de personas se mantenían en vela cuando el reloj marcaba las 04:00 h. España y Estados Unidos se disputaban el oro olímpico en el californiano Forum de Inglewood. Finalizada la primera mitad del encuentro, y liderados por un Michael Jordan de 21 años, que todavía no había jugado como profesional, Estados Unidos contaba con una ventaja de 23 puntos (96-65). Al finalizar, el resultado fue fiel reflejo de lo visto en la cancha: 95-65, con 20 puntos en la cuenta personal de Jordan, quien se despidió para siempre de sus Converse -las últimas que llevaría en su carrera- tras erigirse como el máximo anotador de su equipo.

Ese 10 de agosto, el baloncesto español logró su primera plata, su tercer gran título internacional, después de las dos obtenidas en sendas Eurocopas.  Jordan, por su parte, se colgaba del cuello el primer oro olímpico alcanzado por Estados Unidos (el siguiente llegaría ya con un equipo de profesionales repleto de estrellas, el Dream Team de Barcelona 92) y regalaba las zapatillas con las que había conseguido este logro a un recogepelotas muy cercano a la leyenda de los Lakers Gail Goodrich, no sin antes dejar su firma sobre el talón. Un sencillo gesto, habitual en un jugador que siempre llevó su relación con los aficionados desde la amabilidad y la atención, y que acabaría por regalarnos una oportunidad de recordar y delimitar ese instante clave, el siempre esquivo momento en el que un jugador comienza a escribir su leyenda en la historia del deporte.

Han transcurrido más de tres décadas desde aquella entrega y, aunque el estado de conservación de las zapatillas evidencia el paso del tiempo (el autógrafo, desgastado, sigue siendo legible, pero los materiales se han deteriorado y muestran un color amarillento), son una pieza única en la historia del baloncesto, como demuestra el precio por el que han sido vendidas en la casa de subastas SCP Auctions: 190.373 $. Se supera así el récord anterior, establecido por el propio MJ con las del histórico “Flu Game”, que habían dejado el listón en 104.765 $. Los 38 puntos que anotó en aquella victoria, en la que jugó al límite de su resistencia física, no han podido competir con la firma pre-NBA de Jordan en unas zapatillas que vivieron un oro olímpico irrepetible. El recuerdo de la consagración pierde la lucha contra el de su despertar.

Hablamos de un equipo impresionante: al propio Jordan se sumaban otros jugadores que también acabarían por escribir su nombre en el Hall of Fame, Patrick Ewing y Chris Mullin, que fueron dirigidos desde el banquillo por un titán de la talla de Bobby Knight. En apenas dos meses, Michael Jordan vivió un Draft que le llevó a los Bulls, tras ser elegido número tres y por detrás de Sam Bowie y Olajuwon.

En los Bulls convenció a todo el planeta de que estaba frente a un extraterrestre al que la gravedad no parecía importarle, mientras Nike revolucionaba la gestión de patrocinios e hizo una fortuna con los productos Air Jordan. Aquellos Bulls imparables poco tienen que ver con los que este año se clasificaron in extremis para los playoffs y fueron incapaces de superar su primer cruce con un Boston enorme, algo que era bastante obvio para cualquiera que siguiese los números que la casa de apuestas BetStars ofreció durante todo el choque: no hubo sorpresas.

Mucho ha cambiado el juego y los pesos en la liga desde aquella NBA que comenzaba a descubrir al que se convertiría en el mejor jugador de todos los tiempos, el llamado a llevar al baloncesto americano a un nuevo nivel de reconocimiento y repercusión mundial, al único e irrepetible Michael Jordan. Eso sí, lo hizo sin unas Converse que hoy son una pieza exclusiva en las vitrinas de un afortunado coleccionista.