Un proyecto NBA se disuelve en las movidas aguas de la liga y otro nuevo aparece. Año tras año, la NBA sorprende a todos en verano. El flujo constante de jugadores que cambia su uniforme de trabajo es apabullante. Quizás por estos movimientos es una de las ligas más entretenidas. competitivas y lucrativas del mundo. En un abrir y cerrar de ojos los equipos se transforman. Todo es posible y si pestañeas puedes perdértelo. Cuando te quieres das cuenta ves a tu jugador favorito vistiendo la camiseta del equipo que le eliminó el año anterior. La franquicia de la ciudad de la CocaCola, los Atlanta Hawks, ha dado el último paso para la desintegración total del proyecto de 2014. La salida de Paul Millsap hace menos de un mes ha sido el último retazo que quedaba de ese proyecto. Por su parte, Mike Budenholzer ha conseguido mantener la dirección del equipo desde el banquillo, pero ha visto reducidas sus funciones. De esta forma, se abre un nuevo periodo en la historia de la franquicia atlantesa. Ahora la dirección técnica está en manos de Travis Schlenk. Wes Wilcox deja el testigo en manos de Schlenk. Mientras que Budenholzer ha sido desposeído del cargo de Presidente de Operaciones.
PASADO
Año 2014-15. La temporada soñada. Era el momento de los Atlanta Hawks. ¿El sueño? Llegar a la final de la NBA. A partir de ahí, ¿Por qué no soñar con el anillo? El equipo comandado por Mike Budenholzer pugnaba entre gigantes. Los rivales a batir eran Cleveland Cavaliers y Golden State Warriors, posteriormente. Sin embargo, el sueño de Cenicienta se quedó en eso. Un sueño. Los halcones no tuvieron nada que hacer y fueron derrotados estrepitosamente (0-4). Después de la magnífica temporada regular que el equipo había realizado, la eliminación fue un varapalo para equipo y afición. Los cuatro All-Stars, el nombramiento de Budenholzer como mejor entrenador del año ni las 60 victorias de 82 partidos no sirvieron de nada. Cleveland fue mejor equipo y barrió a su rival.
Al año siguiente el núcleo del equipo se mantuvo ya que parecía que los Hawks iban por buen camino para repetir su hazaña. Perdieron una pieza clave del quinteto, Demarre Carroll, pero esencialmente el equipo se mantuvo igual. Sin embargo, los resultados del equipo no fueron iguales que los del año anterior. El quinteto formado por Al Horford, Jeff Teague, Kyle Korver y Paul Millsap dejó de brillar. Los halcones volvieron ha llegar a playoff y se vieron las caras con su verdugo, Cleveland Cavaliers, esta vez en semifinales de Conferencia. Y se demostró que nada había cambiado. Otro 4-0 y para casa con el rabo entre las piernas. De esta forma se inició una lenta pero inexorable desintegración del equipo. El siguiente en marchar sería Jeff Teague. Este cambió la camiseta roja por la amarilla de Indiana Pacers. A partir de ese instante el futuro estaba escrito. Después de Teague vino la salida de Al Horford, y por último la de Kyle Korver y Paul Millsap. En apenas tres años los cinco jugadores titulares de la temporada 2014-15 se han dispersado en distintos equipos.
En 2016 la llegada de Dwight Howard parecía que sería un revulsivo para la franquicia. Todavía con Korver y Millsap en la franquicia, el equipo apostaba por una mezcla entre juventud y experiencia. Dennis Schroder y Kent Bazemore conseguían mayor protagonismo. La idea era conseguir recuperar al Dwight Howard de los Orlando Magic, que sería apoyado a su vez por un Paul Millsap que siempre ha dado la talla. Todo esto debía ser mezclado en la coctelera con la idea de juego de Budenholzer, heredero de la doctrina Popovich. Un año después de su inicio el proyecto ha sido descartado.
FUTURO NBA
El futuro de los Atlanta Hawks es ahora incierto. El nuevo General Manager, Travis Schlenk, está decidido a reconstruir el equipo desde sus cimientos. Actualmente, ocho de los dieciséis jugadores en plantilla son completamente nuevos. La reconstrucción ha llegado incluso al banquillo. Chris Jent ha sido nombrado asistente de entrenador. Durante la última década ha sido asistente en numerosos equipos de la NBA. Sus últimos dos años los ha pasado en su alma mater, Ohio State. Schlenk ha hecho una apuesta por la juventud. Y es que ocho de los dieciséis jugadores de plantilla tienes menos de 25 años. Budenholzer podrá disponer de mucha sangre nueva para moldear a su antojo. No obstante, ¿estará un equipo tan joven a la altura de la liga?¿o se trata de un proyecto que tardará varios años en desarrollarse? También cabe la posibilidad que la dirección técnica tenga un gran proyecto en mente que aún no ha puesto en marcha. Lo que supondría que esta es una mera temporada de transición. Solo el tiempo lo dirá.
