Como cada verano en la NBA, grandes jugadores se marchan anualmente de sus respectivos equipos, surgen nuevos conjuntos dispuestos a dar la campanada, y diferentes combinados empiezan una reconstrucción. Pero en este caso, en el caso de los Milwaukee Bucks, podríamos decir que ninguna de estas opciones es valida, pues el verano del equipo de Wisconsin ha sido más bien discreto. El cual podríamos condensar en las siguientes claves:
Cambio de poderes en la gerencia de los Milwaukee Bucks
Desafortunadamente los ciervos han perdido uno de sus puntos fuertes, la gran gestión del equipo desde los despachos. Pues John Hammond, repentinamente decidió bajarse del barco que construyó de proa a popa, y soltar el timón con el que poco a poco parecía llegar a tierra firme. Dejando un vacío que tardó en llenarse, ya que los propietarios escogieron a Jon Horst como nuevo general manager a falta de 5 días para realizarse el draft.
Parezca o no esto significa bastante, pues en términos generales el nuevo equipo ejecutivo tiene que tomar la decisión de si seguir o no el camino que estaba tomando el anterior GM. Por lo visto, que aún es poco, parece que no hay cambios drásticos en este aspecto, pero aún es demasiado pronto para juzgarlos.
La continuidad y el progreso, el mejor fichaje posible
Sin lugar a dudas, la mejor primicia que podemos recibir, es que del equipo que el pasado año dio un sobresalto a los Raptors en playoffs, apenas ha movido ficha. Pues la única salida a día de hoy confirmada, es la de Jason Terry, el cual está en el amén de su carrera con 39 años, y no parece ser una baja muy significativa. Por otro lado jugadores clave como Spencer Hawes, Tony Snell y Greg Monroe han reafirmado su lealtad a los Milwaukee Bucks, renovando o haciendo efectivas sus player option. Lo que significa que desde las oficinas se confía en los jugadores que se posee, y se aferran al progreso constante del núcleo joven de la franquicia.
Si algo funciona no intentes mejorarlo, debió pensar Jon Horst, el cual ha preferido esperar, observar y luego ya actuar, una gran decisión. Con lo que le da al proyecto algo necesario, tiempo, pues el hecho de no firmar a nadie que pueda frenar la explosión de algún jugador en auge y centrarse más en completar la plantilla ha sido un rotundo acierto (aunque todavía no haya empezado dicho proceso). Debido a que no dejamos de ver como año a año Giannis Antetkounmpo y compañía prosperan a pasos agigantados, lo último que querríamos sería la llegada de alguien que les quite protagonismo en el juego.
Además que tras los playoffs, en Milwaukee se ha quedado un quinteto bastante claro de futuro y de presente, el cual si todo sale sobre el papel no debe cambiarse en años, pues nadie supera los 25. Por otra parte, el no haber fichado a nadie significa que jugadores como D.J. Wilson, gozarán de oportunidades para demostrar lo que realmente valen. Pues sería interesante que un jugador tan bueno en términos defensivos, y con recursos ofensivos de sobra pueda ganarse un puesto en este equipo.
Emigración de estrellas NBA al oeste o a super-equipos del este
Otro factor a tener en cuenta para la siguiente temporada, es el número de jugadores importantes de equipos del Este que podían luchar por estar en los playoffs, que se han marchado a conjuntos del oeste o a uno de los dos grandes equipos del oriente estadounidense (Boston Celtics y Cleveland Cavaliers). Hablamos de quitar de en medio a equipos como los Chicago Bulls, los Indiana Pacers, los Atlanta Hawks e incluso los New York Knicks, que han visto como jugadores de la talla de Jimmy Butler, Paul George, Paul Millsap, Rajon Rondo y Derrick Rose entre otros, se marchaban buscando proyectos más ambiciosos.
Lo que deja la conferencia mucho más despejada, y hace que un equipo joven con mucho por demostrar sea posiblemente el mayor postor para ocupar el cuarto puesto en el este. Contrastando esto, los Philadelphia Sixers son posiblemente el único equipo del este que vaya a dar un gran salto de calidad, y pueda poner las cosas difíciles a los equipos a priori más fuertes.
Asignaturas pendientes del verano
Aunque está bien confiar en tus jugadores, nunca va mal reforzar al menos aquellas posiciones donde hay más reparto de minutos para menos jugadores. En este caso nos referimos a la posición de base y alero, la cual con las marchas de Jason Terry y la salida a la agencia libre de Michael Beasley, han quedado una pizca descuidadas. Por eso desde arriba se están buscando ya recambios para cerrar el equipo cuanto antes, en ambas posiciones hay claros candidatos.
Pues Ian Clark y Shabazz Muhammad son los jugadores que más llaman la atención dentro de la NBA a los Bucks, ambos cumplen los requisitos necesarios. Pero se cree que no son la mejor opción calidad-precio, pues por el mínimo se puede renovar a Michael Beasley jugador que ejercería a la perfección este rol, y que tiene muy buena química con sus todavía compañeros, y Brandon Jennings que también por un módico precio podría dar buen rendimiento. De hecho son jugadores parecidos a los que se pretende firmar, un point-guard con cualidades ofensivas y limitaciones en defensa, y un alero anotador con un bajo nivel de concentración defensiva.
Por último añadir que para culminar el verano NBA y hacer que este roce la perfección, habría que deshacerse del contrato tóxico por excelencia del equipo, el de John Henson. Ya que un jugador que a tocado fondo en las rotaciones y que apenas goza de oportunidades tiene un salario superior a diez millones de dólares (le quedan 3 años de contrato).
Conclusión
En conclusión, creo que el dar crédito a un equipo NBA tan joven puede ayudar a la mejora colectiva e individual, y sobretodo dar más oportunidades a aquellos que las necesitan y más minutos a los jóvenes, lo que le irá bien para ir adquiriendo experiencia. Se espera mucho de los Milwaukee Bucks por las condiciones presentadas, es el año para confirmarse como equipo y el objetivo es claro, lograr pasar una ronda de playoffs tras 18 años en la sombra.
