El futuro llegó a Argentina

El pasado lunesse cumplieron 15 años de la primer derrota del Team USA, con jugadores de la NBA, de la historia de los torneos organizados por la FIBA. Y el equipo privilegiado en tener ese honor fue la selección Argentina, que pudo realizar la hazaña de ganar por 89 a 81 a los americanos. Este hito que lograron jugadores como Emanuel Ginobili, Luis Scola, Walter Hermann, entre otros tantos, tuvo su lugar en mundial de Indianapolis 2002, donde el equipo de Rubén Magnano por ese entonces, llegó invicta a la final, que luego perdería contra Yugoslavia con una dudosa actuación final de los árbitros.

El domingo, un día antes del hito mencionado, la Argentina, delante de su público, estuvo muy cerca de repetir la victoria ante los norteamericanos, que durante tres cuartos no pudieron detener la fluidez de juego que tuvieron los locales. Pero en el último cuarto, la furia estadounidense se tornó difícil de detener para el equipo dirigido por Sergio Hernández. Así, Estados Unidos se llevó la AmeriCup 2017, ganándole la final al equipo más joven del campeonato. Sí, así como suena: Argentina llevó el plantel con menor promedio de edad, 23 años promediaron los doce integrantes de este nuevo y esperanzador proceso, que ya es una realidad.

Luego de nombres como Manu Ginobili, Andrés Nocioni, Carlos Delfino, Leonardo Gutiérrez, «Pepe» Sánchez, Ruben Wolkowyski, entre muchos otros que vistieron la camiseta celeste y blanca entre los años 1997 y 2016 dejaron un gran legado, cargado de medallas (8 doradas, 6 plateadas y 3 de bronce), enseñanzas y una ética de trabajo nunca antes vista.

La posta la tomarán Nicolás Brussino, Facundo Campazzo, Patricio Garino, Gabriel Deck, Lucio Redivo y una serie de jugadores que tienen un lindo y difícil camino por andar en la selección de su país. De este grupo,no podemos excluir a su capitán, Luis Scola, que jugó un par de minutos en el torneo pero tuvo que salir lesionado. El ala-pívot de 2.06 metros de altura es el máximo anotador de la historia del baloncesto de su nación, que aunque esté en declive, sigue muy vigente desde afuera de la cancha.

Pero ahora, ¿qué tienen en común estas dos generaciones de jugadores? La respuesta de esta pregunta es: todo.

Estos chicos que jugaron la AmeriCup vienen jugando juntos desde hace tiempo en selecciones nacionales menores. A su vez, la gran mayoría conoces sus virtudes y defectos a la perfección, ya que han jugado en la Liga Nacional Argentina. Esto es una coincidencia con la antigua generación dorada, en donde antes de dar el salto a las grandes ligas, todos jugaban en su país, habiendo 3 jugadores de Bahía Blanca, otro par de Córdoba, otro de Capital Federal, eran grandes compañeros que se conocían de la punta de sus pies hasta el último cabello.

En el año 2000, Argentina vivió una crisis económica muy fuerte, que imposibilitó a su liga retener a los mejores y mas prometedores jugadores que tenían. Y ese fue el momento en que las viejas figuras de la selección tuvieron su auge, emigrando a Europa para jugar la ACB o la Lega Oro, y mas tarde la NBA.

Desde ya hace un año atrás, este grupo de jóvenes basquetbolistas dio el salto de calidad al baloncesto internacional. Nicolas Brussino, jugador de Atlanta Hawks, que jugó en los Dallas Mavericks varios partidos. Patricio Garino, jugador del Baskonia, que jugó el anterior torneo de la NCAA. Luca Vildoza, que se mudará a España para ser compañero de Garino. Lucio Redivo, que este año será parte del Bibao Basket, habiendo jugado la última temporada en Bahía Basket. Sin olvidarnos de Campazzo, Laprovittola y Delia, que ya cuentan con mucho rodaje internacional.

Nombres restantes como Gabriel Deck, Javier Saiz, Máximo Fjlerrup y Tayavek Gallizi, que todos están en la mira de los grandes ojeadores de ligas europeas para los años venideros. Y particularmente, Deck y Fjlerrup, ya han sido vistos por tres franquicias de la NBA, y los han sondeado para este Draft que pasó, sin tener suerte en ser seleccionados.

Las armas a futuro que tiene este equipo son increíbles y de primer nivel mundial. Tener un jugador en la NBA y 6 en Europa es un dato muy esperanzador. Como dijo una vez Rubén Magnano: «una de las variables para que el jugador crezca es el nivel de competencia que tiene«. El roce que van a adquirir todos ellos los va a convertir en grandes lideres de este gran proyecto que ya esta en crecimiento.

Los ingredientes para hacer un gran equipo, están. Jugadores, habilidades, cuerpo técnico, química entre ellos. Eso, es muy suficiente para lograr el éxito. Ahora, solo falta mezclar todo esto para lograr tener éxitos. El primer desafío fue superado, un subcampeonato de América es muy buen galardón, ahora, el próximo objetivo será la clasificación para el mundial del año 2019 que se desarrollará en territorio asiático, más precisamente en la República Popular de China.