El Real Madrid afrontaba el tercer partido de Euroliga en su condición de invicto contra un Olimipa Milán que plantó cara al conjunto de Pablo Laso. Sin embargo, no consiguieron mantener el alto ritmo ofensivo que caracteriza al juego de los de la capital y acabaron chocándose con varios muros que certificaban la tercera victoria consecutiva para mantenerse una jornada más sin haber desperdiciado ninguno de los partidos que han jugado. Luka Doncic sigue brillando para asegurarse ser visto en todas partes del planeta. 27 puntos, ocho rebotes y cinco asistencias que hacen un total de 41 de valoración. Campazzo con 14, Ayón con 13, Causeur con 12 y Taylor con 11, fueron buenos acompañantes del eslovena en un ataque frenético que permitió a los merengues sumar una nueva victoria.
Desde el primer cuarto de juego, ambos equipos mostraron un gran nivel ofensivo que se tradujo en un resultado inicial de 30-28. Ambos conjuntos intentaron imponer su juego al otro entre posesiones cortas con buenos porcentajes de acierto para los dos. El Madrid no consiguió sobreponerse al impulso acertado de los italianos. A partir del minuto cinco de partido, el Real Madrid consiguió meterse en la lucha y comenzaron a dominar a su rival en todas las facetas. Luka Doncic firmó 10 tantos en el primer cuarto para conseguir la cifra de 1.000 con el club. Micov y Goudelock intentaban mantener a los suyos en el partido. Solo les separaban dos puntos tras los diez primeros minutos.
En el segundo cuarto, el Real Madrid fue devorado en la pintura por Gudaitis que había conseguido encontrar la debilidad de los blancos. Maciulis y Reyes lo pasaron realmente mal para luchar mano a mano con el pívot de Olimpia Milán. Se vieron forzados a dar un paso adelante en defensa ya que los rebotes ofensivos concedidos estaban abriendo la brecha de un conjunto visitante que comenzaba a ganar confianza. Rudy Fernández capitaneó la resistencia para que los de Pablo Laso, liderados por Randle y Felipe Reyes en ataque, volvieran a conseguir el empate en el marcador; 54-54.
Cuando el partido se encontraba en su fase más igualada durante el tercer cuarto, el Real Madrid decidió poner el pie en el acelerador para pasar por encima de su rival. Consiguieron ni más ni menos que un 20-0 de parcial, gracias a la defensa y a los rápidos contraataques que les permitían sumar con facilidad ante la estupefacción del combinado italiano. Luka Doncic se calentó y sumó 12 puntos más a a su casillero personal mientras que Campazzo y Ayón les servían de escuderos en esta gesta tan particular.
Theodore, Guodelock y Gudiatis no tiraron la toalla y consiguieron mantenerse en el partido a pesar del gran nivel mostrado por su rival y la energía que desbordaba la afición en el palacio. A falta de dos minutos para el final, consiguieron ponerse a solo tres puntos, 89-92. Los de Pablo Laso consiguieron reaccionar y cerrar el partido con un triple de Taylor y otro de Campazzo para poner broche final al encuentro.