¿Es rentable el juego lento para los Sacramento Kings?
David Joerger emplea un estilo de juego poco atractivo en la NBA actual
El hecho de que Dave Joerger ha probado ser un buen entrenador ya se pudo apreciar con creces durante su etapa en Sacramento, pues la sangre de sus Grizzlies matando por cada balón en la pista les hizo un equipo ganador en condiciones que otros entrenadores no serían capaces de sacar tan buen rendimiento. Sin embargo, de su etapa en Tennessee, nos quedamos con el rasgo más característico del entrenador, su pausada forma de desarrollar su juego, pues ahora en los Sacramento Kings, con un equipo no tan proclive a la lentitud, sigue optando por mantener su seña de identidad. ¿Está beneficiando esto a los Sacramento Kings? Pasamos a examinarlo.
Para comenzar esta reflexión, y apreciando el dato más obvio que define a estos Sacramento Kings de Dave Joerger, sacamos a la palestra la media de posesiones por partido realizadas por los californianos, que asciende a un total de 94’3. Este ritmo los sitúa nada menos como el segundo equipo de la liga que menos posesiones realiza por partido, sólo por detrás de, por curiosa no tan coincidencia, los Memphis Grizzlies. Esto los hace un equipo extremadamente lento en unas condiciones ligueras que favorecen un juego muchísimo más fluido que no están sabiendo, ni pueden mitigar en estos momentos con efectividad. De hecho, este ritmo se está traduciendo en los segundos peores Deffensive y Offensive Ratings de la NBA, unas cifras que dejan bastante indeciso si estos Kings quieren hacer daño a sus rivales por la defensa o por el ataque, aunque la formación de la plantilla suscita un juego más ofensivo.Sin embargo, estos números, al ser algo más avanzados e incluso en ocasiones llevar a confusión (sin ir más lejos, algunas estadísticas avanzadas colocaban el año pasado a Drummond como uno de los mejores defensores de la NBA), profundizaré en los números que de verdad hacen daño y atacan al sistema, esas cifras «que hacen pupa».
Para comenzar, de media, los Kings anotan por encuentro unos 96’9 puntos (30º), cifra que podrían salvar con una buena defensa, sacando los dientes y cerrando a cal y canto la pintura y el perímetro. Para decepción de sus fans, la baja anotación de los Kings duele aún más por una vaga defensa que permite 105’3 puntos por encuentro (14º). Uno podría pensar, «Bueno, no es de las peores defensas de la NBA, está en la media de lo que permiten anotar los equipos a sus oponentes». Craso error. Los Sacramento Kings tienen un margen de victoria de -8’41, definitivamente el PEOR de la mejor liga de baloncesto del mundo. Esto implica, por tanto, que los Kings no encajan 105’3 por tener una defensa que se encuentre ‘en la media’, sino por tener un ritmo de juego que no da a sus rivales tiempo para anotar más puntos. Resaltamos este vago esfuerzo defensivo perimetral con los datos en tapones y rebotes defensivos, donde los de púrpura y gris clasifican 22º y 29º en la liga con 4’4 tap. y 30’6 RBD., respectivamente. Unas cifras perimetrales que un equipo con tal ritmo de juego no puede permitirse, pues las pocas y lentas subidas al ataque deben protegerse como oro puro en defensa perimetral y en zona, cosa que no están haciendo. Más de la mitad de la plantilla de los Sacramento Kings superan los 2 metros de altura, lo que en un principio debería facilitar las cosas en la defensa perimetral a los de Joerger. A pesar de contar con tantos jugadores altos, no por disponer de más materia prima se es más rico; entre los 8 jugadores con más minutos por partido, sólo 2 (Willie Cauley-Stein y Zach Randolph) superan los 6’6 pies (2’01 metros), traduciéndose por tanto gran parte del pasotismo en pintura por parte de Sacramento.
No todo van a ser malas noticias. En lo que respecta a robos, pérdidas de balón y faltas personales, los Sacramento Kings están cuajando buenos números y no salen de la mitad superior de la tabla, lo cual da si cabe mejor idea de que en este equipo cuanto más tiempo se le está dando a los «bajitos», mejor muestran las carencias y las virtudes típicas de un jugador de perímetro. Todo ello sigue sin compensar que tengan de las peores marcas reboteadoras y anotadoras; el juego pausado obliga tanto a buscar la opción perfecta de tiro o entrada a canasta, que en el total de intentados no consiguen librarse de estar en los últimos puestos de la tabla, ya sea en triples, tiros libres, o tiros de dos.
De’Aaron Fox, el ejemplo más claro de un estilo que no encaja
Podríamos haber recurrido a cualquier otro jugador de la plantilla para poner de relieve el sistema que tan perjudicial está resultando a cómo se ha conformado la plantilla de los Sacramento Kings este año, pero el caso de De’Aaron Fox resulta el más interesante, pues la transición del estilo de Calipari en Kentucky al de Joerger en la NBA la está sintiendo en sus propias carnes, sin dar la talla en comparación a lo que de él se esperaba. Su explosividad está capada, así como su juego combinativo con Monk no lo está encontrando con otros compañeros y se está viendo superado por rookies como Frank Mason que están sabiendo adecuar mejor su juego.
El año pasado con los Kentucky Wildcats, De’Aaron Fox promedió 16’7 puntos, 4’6 asistencias y 1’5 robos por encuentro en una constante de 29’6 minutos jugados por enfrentamiento, lo cual le declaraba como segunda espada del equipo, siguiendo muy de cerca a Malik Monk. En absoluto un triplista, pero su gran delicadeza con el tiro de media distancia y con las entradas a canastas le convertían en una opción segura a la hora de mirar el aro. También aceptable su 73’6% en tiros libres para un jugador universitario, fácilmente mejorables de cara a su llegada en la NBA. De todo esto sacamos en claro la cantidad de bola de la que dispuso Fox en un equipo con jugadores de clarísimo talento NBA, disfrutando de casi 13 tiros a canasta por partido, más otros 6 desde la línea de tiros libres; era una opción segura en la anotación. Con su elección en el Draft, y traspasada su estrella, muchos pensamos que los Kings no tardarían en dar mucha bola a Fox con su juego explosivo y rápido, que con sus casi 2 robos por encuentro le daban mucho peligro al contraataque.
Pues bien, hasta ahora su periplo en la alta California ha sido una decepción tras otra. Joerger ha ido aminorando su rol con el paso de los partidos, así como su relevancia en el equipo ha sido mucho menor de la esperada. Ha empeorado cada uno de los apartados de su juego, aunque cuenta con el condicionante de que juega menos tiempo (25 minutos por partido). No es en absoluto el líder del equipo, con unos muy normalitos 9 puntos por partido, 3’7 asistencias y 0’9 robos por encuentro. Nivel de un jugador de banquillo para una de las grandes promesas de este Draft que, al disponer de un tiro mucho más cocinado, no disfruta de la rapidez y explosividad de Kentucky, y está tirando peor, tanto en tiros de campo, como en los libres. En cuanto a triples, mejor no mencionar nada. (0’4 conversines por encuentro)
La voz de la experiencia, en un rol poco idóneo
La estrategia de los Sacramento Kings este verano fue clara: firmar a agentes libres con muchos años de experiencia en la Liga y que, de la mano de Joerger, pudieran perfilar a los jóvenes de la plantilla. Fueron firmados Vince Carter, George Hill y Zach Randolph, pero también estuvo realmente cerca de firmar contrato Andre Iguodala, el alero de los Warriors. A estas alturas de la temporada, con el cambio de año a la vuelta de la esquina, podemos ver que no queda del todo clara la posición de los veteranos en la plantilla, o al menos según lo que muestran los números. (Contabilizando como la «voz de la experiencia» a ZBO, Vince Carter, George Hill, Kosta Koufos y Garrett Temple)
En una franquicia donde el objetivo claro es curtir lo máximo posible al producto llegado desde el Draft, los más experimentados en NBA de la plantilla ocupan 3 de los 5 hombres con más minutos en pista, dando una responsabilidad para la que en un principio no estaban llamados a tener. Destacable es la segunda juventud de Zach Randolph, pues ha tenido forzadamente que aumentar puntos, robos y asistencias al verse otorgado con más tiempo sobre el parqué respecto al año pasado. Con tal participación, se ha convertido en el máximo anotador del equipo, cosa que, consideramos positiva a medias. A sus 36 años ser el líder en anotación de la franquicia deja mucho que desear de los presentes, pero es buena señal de cómo le sienta la madurez. En cuanto al resto de estadísticas no anotadoras, la experiencia no aprovecha su gran carga de minutos en pista. Rara vez se cuelan entre los dos mejores de cada estadística, pero tampoco compiten con unos números extraordinarios, pues como mencionaba al inicio del artículo, muchas de las estadísticas compiten por no ser la peor en términos generales de la NBA.
Por tanto, los más mayores de los Kings, que son los qque supuestamente más deberían agradecer el sistema de juego pausado (añadiendo el hecho de que gran parte de las carreras de ZBO y Vince Carter se han desarrollado en ese tipo de juego) cargan sobre sus hombros con la gran parte del minutaje tanto de la unidad titular como de los suplentes, pero no aprovechan esa relevancia para destacar en el apartado estadístico; malviven con sus compañeros luchando entre, los datos del box score, por ser una de las peores estadísticas de la NBA.
Conclusión
Ya en los inicios del artículo pudimos intuir que la respuesta era un claro NO a la pregunta realizada en el título, condicionados sobre todo por ese terrible margen de victoria de -8’41. Sin embargo, el kit de la cuestión era indagar en cómo está afectando este estilo de juego a la plantilla, y por qué deben agilizar los Kings sus posesiones: Está frenando de golpe la progresión del que era un legítimo candidato a Rookie del Año al inicio de la campaña como lo era De’Aaron Fox así como la explosividad y rapidez de su juego, pero no sólo eso, sino que los supuestos beneficiados, los más viejos de la plantilla, están disponiendo de una carga de minutos que en casos como el de ZBO, no necesitan, ni deberían tener (para evitar lesiones, o bruscas bajadas de rendimiento por fatiga, a final de temporada) a estas alturas de su carrera, y que tampoco están resultando en el apartado estadístico.
Si de verdad los Sacramento Kings quieren dar un paso adelante, lo que deben hacer es o bien optimizar el tiempo que los ‘altos’ de la plantilla pasan en pista y ayudan a la defensa en zona, o bien apostar de verdad por el small-ball y agilizar el número de posesiones por partido, porque de otra manera no van a poder competir con las cifras anotadoras que reciben cada partido en compensación con las escasas canastas que consiguen endosar a sus rivales.