Partido muy intenso entre Houston Rockets y Golden State Warriors para dar comienzo a la batalla por la corona del Oeste. Desde el primer segundo, se pudo ver las ganas que se tienen ambos equipos por derrotarse el uno al otro. Los Rockets trataron de imponer su preponderancia con un gran inicio de partido de James Harden desde la línea de triples, aunque los Warriors no se achantaron en ningún momento y les mantuvieron el pulso gracias a unos Curry y Durant que fueron el principal motor de su ataque. Kerr tuvo que sacar muy pronto a la pista a Kevon Looney, cuya defensa en el pick-and-roll sobre James Harden fue muy importante. Nick Young salió desde el banquillo anotando un triple muy importante para darse vida a sí mismo. Tras el primer cuarto, el resultado era de 29-30 para los locales.
En el segundo cuarto, la entrada de David West permitió a Golden State ponerse por delante en el marcador por primera vez en todo el partido. Shaun Livingston tuvo un gran impacto en el partido desde la segunda unidad. Por su parte, Houston no perdió la pista de los Warriors y respondieron a cada golpe de los chicos de Steve Kerr gracias a Chris Paul que fue mejorando su juego tras un primer periodo donde no estuvo demasiado fino. Kevin Durant mostró su versión ultraofensiva con un auténtico recital desde la media distancia para ir aumentando la diferencia de Golden State, que iba ganando fuerza poco a poco. El encuentro seguiría calentándose hasta la finalización de la primera mitad. Harden y Capela lideraron a los suyos en un nuevo asalto al marcador aunque los Warriors siguieron contando con la eficacia de Durant y un Nick Young que fue uno de los factores clave. Al descanso, igualdad máxima 56-56.
Los Warriors mantuvieron el pie en el acelerador tras reanudarse el partido. La historia del partido sólo tuvo un nombre, Kevin Durant, quien no parecía capaz de fallar un solo tiro. Como en el cuarto partido de la serie ante New Orleans Pelicans, tomó el reto de liderar a los suyos en ataque y los Rockets no encontraban respuesta en ninguno de los defensores del alero de Maryland. Houston se iba desinflando poco a poco y los Warriors ganaban confianza, sobre todo tras una gran defensa sobre James Harden por parte de Curry que culminaba una jugada al contraataque con un mate de Andre Iguodala para rozar los diez puntos de ventaja. Los terceros cuartos siempre fueron buenos amigos de Golden State. La máxima diferencia de los chicos de Steve Kerr llegó a ser de 13 puntos en ese cuarto. Todo pintaba bien para llevarse la victoria en el primer partido.
Houston arrancó el último cuarto poniéndose las pilas y recuperando su ritmo en el partido. Lograron reducir la ventaja a cuatro puntos aunque pronto volvieron a dar el golpe sobre la mesa los chicos de la Bahía con un Klay Thompson sublime que les hizo pagar desde el triple. Durant volvió a la pista tras un corto descanso y siguió martirizando a una defensa que lo pasó muy mal intentando defenderle. Los Rockets no pudieron seguir el ritmo de unos Warriors con ganas de poner fin a todas las especulaciones. Victoria muy importante en el primer partido para robar la ventaja de campo y poner el tono de su superioridad en la serie.