Golden State Warriors olía la sangre, sabía que ganando esta noche a Houston Rockets en el cuarto partido dejaría la serie muy encarrilada a su favor. Salieron con una energía espectacular en el primer cuarto, uno de los mejores inicios de partido en toda la postemporada para los Warriors. Los Rockets no podían anotar y la desesperación se instalaba desde los primeros minutos. Andre Iguodala no pudo jugar por lesión y Kevon Looney fue su sustituto. Durant, Curry, Thompson, Green y Looney abrieron su marcador particular pronto y el ataque se complementaba con la defensa. No había quien parara a los Warriors y el resultado se fue al 19-28 al final del primer cuarto. La segunda unidad salió pronto y respondió bien con un Jordan Bell extra motivado.
En el segundo cuarto, los Warriors recibieron una de las peores noticias posibles. En un intento de bandeja de Klay Thompson sobre Capela, caía sobre su rodilla derecha teniendo que abandonar el partido. James Harden fue cogiendo algo de ritmo mientras que Shaun Livingston se aprovechaba de los minutos que dejaba libres Thompson. Pero no lograban romper esa barrera de los ocho puntos de ventaja de unos Warriors que no levantaban el pie del acelerador en ningún momento. Sacaron provecho de los fallos defensivos de los Rockets para sumar viajes a la línea de personal para seguir sumando puntos en el marcador. Poco a poco, a base de aprovechar los pequeños errores de los Warriors, Houston se puso a dos puntos y el partido volvería a recuperar la igualdad. Sin comerlo ni beberlo, los Rockets acumularon varias posesiones exitosas para ponerse arriba con diez puntos de diferencia. El resultado al descanso era de 53-46 a favor de Houston.
El tercer cuarto sirvió a los Warriors para ponerse de nuevo por delante. Stephen Curry y Klay Thompson, especialmente Curry se enchufó de tres y comenzó a anotar uno tras otro para poner la ventaja de Golden State de nuevo en diez puntos. La defensa no podía detener sus bombas desde larga distancia mientras que Draymond Green, Jordan Bell y Kevin Durant realizaban un gran trabajo limpiando los tableros. Se marcharon al último cuarto con una buena ventaja, 70-80.
Sin embargo, todo se torció en un último cuarto muy malo para los Warriors. No lograron anotar sus tiros mientras que los Rockets se aprovechaban de los puntos al contraataque y de su gran acierto desde la larga distancia. Chris Paul anotó un triple muy importante para acabar dando la victoria a Houston Rockets por 95-92. Los Warriors pudieron empatar, pero Steve Kerr no pidió tiempo muerto y el reloj del partido se agotó.