ANÁLISIS | Jeremy Lamb, un lobo con piel de cordero

Está dando un paso adelante esta temporada

“Con el número 3: Jeremy Lamb”. Si bien está lejos de la élite, en Charlotte hay cosas que celebrar: la posición de Playoff, el nuevo sistema, el nivel de Kemba, el posible techo de sus jóvenes…y también el rendimiento de su escolta titular. 

Con la bajada de rendimiento de Nicolas Batum, especialmente en términos de anotación, se ha hablado mucho de que hace falta un segunda espada que haga las veces de escudero de Walker y le ayude con la responsabilidad anotadora.

El base All Star es bueno, muy bueno, pero no puede anotar la gran mayoría de los puntos de todo el equipo noche sí y noche también. Y entre tanto sonido de viento pidiendo algún refuerzo que aporte puntos, Jeremy Lamb se ha levantado, ha mirado directo al aro y ha ocupado ese espacio. Lo ha hecho suavemente, sin dar ningún golpe encima de la mesa. Ha sido como hacerse mayor, que un día dedicas el sábado a descansar y cuando te quieres dar cuenta estás esperando que llegue un festivo para limpiar a fondo tu casa; sin darte ni cuenta.

Porque Jeremy Lamb está mostrando lo que se esperaba de él cuando los Rockets lo eligieron en el número 12 del draft de 2012, a la tierna edad de 20 años. Si bien no llegó a jugar en el conjunto tejano ya que los Thunder se hicieron con él debido al traspaso por James Harden, en Oklahoma se mostró como un jugador rápido, ágil y con facilidad para atacar el aro y sumar a partir de mates. Con 26 años, está alcanzando una madurez en su juego que le está haciendo dar un paso adelante en su carrera. Ya el año pasado enseñó de lo que es capaz, especialmente al principio de temporada con la lesión del francés Batum, pero terminó acompañando la irregularidad del equipo.

Tras un principio un poco dubitativo, sus números y sensaciones han ido mejorando de manera que, si únicamente contamos el último mes de competición, nos encontramos con que anota la nada desdeñable cifra de 18 puntos por partido. En este tiempo, sólo un día ha bajado una vez de los 10 puntos mientras que ha superado la barrera de los 20 en casi la mitad de los partidos (6 de 13). Y lo ha hecho, también, con porcentajes del 50% en tiros de campo y 36,5% en triples, nada mal para un jugador que en sus dos primeros años en Charlotte tenía un porcentaje en tiros de tres de 30 y 28%. Y eso fue hace tan sólo tres y dos años, respectivamente. También está consiguiendo un buen 51,8% de tiro efectivo (estadística en la que se ponderan los tiros de dos y de tres) y que está por encima de jugadores como DeMar DeRozan, Mike Conley, Víctor Oladipo o Chris Paul. 

Por otra parte, tras varias temporadas siendo un equipo top de la liga en rebotes, este año el equipo ha sufrido una recesión en este apartado cayendo hasta el puesto vigésimo de la NBA en rebotes totales capturados. Y es en esta faceta donde Lamb también está siendo especialmente útil. Así, en el momento de escribir estas líneas Jeremy Lamb es el máximo reboteador del equipo con 5,6 rebotes por partido, muy cerca de los 5,5 de Michael Kidd-Gilchrist y Nicolas Batum y los 5,4 de Cody Zeller, el center titular. Lamb ha conseguido esta temporada alcanzar los dobles dígitos en capturas en dos partidos: 10 ante Philadelphia 76ers y 11 frente a Minnesota Timberwolves.

Números muy buenos teniendo en cuenta su posición de escolta y su tamaño, ya que mide 1,95 metros y es un jugador liviano, pesando sólo 83 kilos. Esto provoca que no sea muy dañino en el rebote ofensivo, pero sí que sabe guardar el aro propio donde consigue casi el 18,5% de los rebotes defensivos cuando está en cancha. Dato que mejora el suyo propio del año pasado en tres puntos porcentuales, y que sólo Willy Hernangómez y Marvin Williams superan en su propio equipo.

Su contrato, ganga y futuro problema

Como punto en contra añadir que pese a su posición, no se trata de un jugador con capacidad creativa, pero este es un punto está cubierto en el equipo con la conexión francesa (Parker+Batum). Donde está destacando es como segundo anotador y como apoyo exterior al rebote, dos facetas que en Hornets necesitan como el comer. Estas cifras, unidas a las de su contrato hacen de Jeremy toda una ganga, ya que cobra 7,5 millones. Si exceptuamos los contratos de rookie, sólo Tony Parker (5 millones) cobra menos que él. Y aquí llega el principal problema para Hornets, porque a final de temporada será agente libre y desde la franquicia tendrán que poner una cantidad mayor para poder retenerlo. Y también hay que hacer sitio al contrato de Kemba. Difícil rompecabezas el que espera a la gerencia en verano. Poco a poco y bajo el radar, pero Lamb (que traducido significa “cordero”) está enseñando los dientes.