OPINIÓN | Los Milwaukee Bucks y el síndrome de Toronto
Recuerdan a los Raptors de la temporada anterior
Es indudable que Milwaukee Bucks está firmando una de las mejores temporadas de su historia en la NBA, de hecho son líderes absolutos de la competición, por delante de equipos semi perfectos como los Warriors, los Rockets o los Thunder. Los ciervos se han ganado, sin lugar a duda, el derecho a soñar en grande, y ¿por qué no? pensar en reeditar el anillo de 1971.
Los Bucks tienen una gran estrella, candidato a MVP de la liga si no existieran Paul George y James Harden, Giannis Antetokounmpo, que de hecho ha sido capitán de uno de los equipos del All Star Game del pasado fin de semana. Giannis lleva mucho tiempo a gran nivel, pero en años pasados estaba muy solo y no podía llevar al equipo de Wisconsin a cotas más altas que los cuartos de final de las últimas dos temporadas.
Pero este año el griego tiene un equipo de garantías que le rodea y en el que destaca Khris Middleton, recientemente elegido para ser uno de los suplentes del All Star. En principio todo pinta muy bien para los de Budenholzer, que además han encontrado en Brook López al pívot defensivo y ofensivo que estaban buscando y que se adapta perfectamente al alegre estilo de transiciones rápidas de los líderes, que suman cuarenta y dos victorias en cincuenta y seis partidos. Ahora bien, sobre mi cabeza hace días que planea una duda existencial que me corroe por dentro, ¿Sufrirán estos mágicos y casi perfectos Bucks el mismo hándicap que Toronto Raptors el año pasado?
Los Raptors del año pasado también fueron líderes, prácticamente indiscutibles, en la conferencia Este el año pasado. Tanto es así que se acabaron proclamándose campeones de conferencia, siendo el mejor equipo de la liga en temporada regular y Dwane Casey fue nombrado mejor entrenador del año. Pero llegaron los playoffs, el momento donde todo se define y los Raptors se disolvieron cual azucarillo en un baso de agua, cayendo por 4-0 ante los Cavs en las semifinales de conferencia. Es cierto que en esos Cavs jugaba, y podríamos decir que también era el entrenador de manera oficiosa, un tal Lebron James, con todo el respeto hacia Tyronn Lue, una figura carismática como no hay ninguna. Aunque también es cierto que este año LeBron juega para los Lakers, es decir en la conferencia Oeste y muy probablemente no será problema para los Bucks…y de los Cavs ya hablaremos otro día. Pero el inconveniente de Milwaukee puede ser el mismo que el de los Raptors el año pasado, y ese problema no es otro más que la falta de experiencia del equipo en partidos decisivos, aún así, hablamos en mayo.
Por otro lado, dediquémonos a disfrutar de un equipo que además ha incorporado en el último día de mercado a Niko Mirotic para aportar descanso a Antetokoumnpo. Milwaukee hizo un inteligente movimiento el pasado verano al deshacerse de un buen base ofensivo, aunque pésimo como defensor y esta es la parte que más flojeaba y, de hecho, pese a los esfuerzos del equipo, todavía sigue flojeando un poco, en los Bucks. Jabari ahora está en Washington, equipo sin rumbo alguno, y en su lugar ha crecido el protagonismo de Brogdon, a la par que sus números y tienen ya consolidado a Snell. Los Bucks están siendo, junto con los Nuggets de Jokic y compañía (terceros en el salvaje oeste), la gran revelación de lo que llevamos de temporada regular, que ya son casi tres cuartas partes de esta, pero no debemos precipitarnos a la hora de juzgar las aspiraciones del equipo del norte del país.
Los Bucks dan la sensación de que juegan bien y con mucha clase en la temporada regular, pero nunca, en mi humilde opinión, serian favoritos en una serie de Playoffs contra Boston, Sixers o Toronto. Que además han conseguido lo impensable hace muy pocos días, mantener en su plantilla a Pascal Siakam e incorporar a la misma a Marca Gasol, quien ya tiene su camiseta retirada en Memphis. Valancunas es un daño colateral, que, si se otorgaran premios negativos, como en la serie A del fútbol italiano, hubiera ganado, como digno sucesor de Dwight Howard un cubo de basura de oro, el premio que se entrega al jugador mas decepcionante del año, sin lugar a duda. En cuanto a los de Brad Stevens cabe destacar que su rendimiento se puede esperar que mejore considerablemente en las fases decisivas de la temporada, más le vale al equipo NBA más seguido en España mejorar si quiere optar al anillo. Estoy convencido de que Stevens sabrá sacar la mejor versión de sus jugadores. Y de los Sixers ya ni hablemos, un equipo que ha acelerado el proceso con la llegada de dos jugadores como Jimmy Butler y Tobias Harris, ambos en su último año de contrato.
Es por estas razones expuestas que no creo que los Bucks vayan a jugar la final, pero, mientras se dilucida esa duda y el tiempo me da o me quita la razón, disfruten del basket total de Milwaukee.