ANÁLISIS | Tyrese Rice, la redención del MVP de la Champions League
El base de Brose Bamberg fue elegido como MVP de la competición europea
Europa es uno de los continentes por excelencia para acoger ese talento norteamericano que no termina de cuajar en su lugar de origen. Muchas promesas del baloncesto universitario tienen que hacer las maletas, despedirse de su familia, y salir al extranjero en búsqueda de la oportunidad que le permita seguir viviendo su sueño, dedicarse al baloncesto profesionalmente. Eso es exactamente lo que tuvo que atravesar un pequeño base decido en hacer de su hobby su trabajo.
Tyrese Rice completó sus cuatro temporadas universitarias en Boston College; los Eagles son un equipo muy reconocido de la primera división de la NCAA, aunque no cuentan con un palmarés excesivamente extenso al haber ganado solamente en cuatro ocasiones la temporada regular de la ACC. Rice se crió y se formó baloncestísticamente en una ciudad con mucha historia detrás como Richmond, una infancia nunca sencilla que le permitió hacerse de hierro para posteriormente coger las maletas y buscarse la vida lejos de su país.
Tuvo que empezar por Grecia en el Panionios para ir ascendiendo paulatinamente a equipos de más nivel como el Lietuvos Rytas, Bayern Múnich y finalmente Maccabi Tel Aviv, donde saltó a la fama de manera definitiva como un anotador letal y todo un gigante a pesar de sus 1,85 metros de altura. Sus atributos le han permitido hacerse hueco en grandes listas de norteamericanos que viajan a Europa para buscarse las castañas. Poco a poco comenzó a convertirse en un nombre conocido por todos los aficionados al baloncesto en el viejo continente y sus números seguían aumentando.
Pero a veces las cosas no ocurren de la manera deseada y una carrera muy prometedora puede empezar a torcerse en cuestión de segundos. Tyrese Rice alcanzó la gloria en la Final Four de la Euroliga en 2014 midiéndose al Real Madrid de Pablo Laso, un coloso de la competición, y posteriormente recibiendo el trofeo de MVP de la Final Four de la mayor competición europea. Estos galardones le permitieron firmar un gran contrato en un equipo grande de la competición como el FC Barcelona Lassa, donde las cosas no sucedieron de la manera esperada.
El base aterrizó en la ciudad Condal para ponerse a las órdenes de Bartzokas en un nuevo proyecto blaugrana que apuntaba muy alto, pero las expectativas pudieron no solo con el jugador, sino con todo el equipo. Según fue avanzando el año, Rice perdió peso en el equipo y acabó siendo relegado al banquillo, e incluso sin tener oportunidades de jugar. No podía permitirse seguir pensando en el pasado y pronto tuvo que cambiar de aires para pasar página y volver a lo más alto.
Brose Bamberg, un pequeño gigante con hueco para Rice
La única puerta que se abrió para Rice fue China, donde pudo firmar un contrato que no fue duradero con los Shenzhen Leopards. Tras mucho tiempo buscando un equipo que estuviera dispuesto a asumir su ficha y tomar el riesgo con casi un “desterrado” del baloncesto europeo, encontró hogar en un lugar de cierto renombre dentro del panorama baloncestístico de clase media-alta en el continente, Brose Bamberg.
La última experiencia de Rice no hablaba precisamente bien de él, pero la franquicia germana apostó por él para ser una de las nuevas piezas de un proyecto ilusionante que afrontaría por primera vez en su historia una joven competición europea que sigue pretendiendo saltar al panorama internacional como una legítima competidora de la Euroliga, la Basketball Champions League de la FIBA.
Para completar el fichaje de Rice, cerraron su plantilla con las incorporaciones de nombres conocidos en la competición como Arnoldas Kulboka, mejor jugador joven de la temporada pasada y seleccionado en el pasado Draft de la NBA por Charlotte Hornets, Ricky Hickman, que fue compañero suyo en su época brillante en Maccabi Tel Aviv, o el jugador con pasado NBA y un físico imponente en este panorama como Cliff Alexander, que no había encontrado su hueco definitivo en la mejor liga del mundo tras haber estado dando saltos continuos entre los grandes focos y la liga de desarrollo ligado a varias franquicias que lo fueron intercambiando continuamente junto con otros jugadores.
Uno de los equipos más condecorados del baloncesto alemán en el siglo XXI estaba preparado para afrontar una temporada ilusionante con el premio de esta competición que les podría volver a colocar entre la élite. Una oportunidad como ninguna otra al tener al Bayern Múnich como principal oponente al haberse hecho con la ‘wild card’ que le ligaba a la máxima liga europea durante los próximos años.
El sistema de Tyrese Rice
Al haber puesto fin a la presente temporada de la Basketball Champions League, se puede confirmar que el año ha sido de los mejores de la reciente carrera de Tyrese Rice en lo personal. Brose Bamberg no ha podido finalizar el trabajo clasificándose para su primera final, pero el base ha puesto el espectáculo durante todo el curso para terminar coronándose como MVP de la competición, según se anunció en el Hotel Hilton de Amberes en la ceremonia de premios de la liga.
A pesar de no poder alzar el trofeo de la Champions League, lograron vencer al reciente subcampeón de la EuroCup, Alba Berlín, en la copa de Alemania volviendo a sumar un nuevo trofeo a sus vitrinas y a la suya particular. En la competición europea, Rice ha destacado individualmente en más de una ocasión, precisamente ha ganado el premio a mejor jugador de la jornada en tres semanas de la BCL.
Se coronó como el segundo máximo anotador de la temporada con un total de 303 puntos y ha llevado en volandas a su equipo hasta la Final Four, donde cayeron derrotados en la semifinal ante un equipo muy equilibrado en Virtus Bolonia, entrenado por un técnico muy experimentado en el panorama europeo como Sasha Djordjevic.
Uno de los puntos más altos de la temporada de Tyrese Rice en Brose Bamberg fueron los cuartos de final, donde tuvieron que medirse al vigente campeón, AEK Atenas. Les costó salir de su grupo, y lo hicieron como terceros por detrás del conjunto griego y de Hapoel Jerusalem. Tras una gran lucha en los partidos de ida y vuela, el base cerró el pase a la Final Four de Amberes con una canasta ganadora a falta de cuatro segundos para el final del partido que brindaba la gloria y la esperanza a todos sus aficionados, a pesar de haberse quedado a las puertas de la gran final.