ANÁLISIS | Boston Celtics; ¿y ahora qué?
Presente y futuro, sentimientos encontrados
Lo que en octubre parecía una temporada esperanzadora para los Boston Celtics en la que se esperaba incluso poder ganar a los Warriors terminó siendo un gran fiasco. Tras pocos años de reconstrucción, y en los que se mantuvo un nivel de juego digno (un saludo a Suns y 76ers respectivamente), ésta había terminado. En la cabeza de los fans de Boston no había otra idea que no fuera ganar el anillo, y la foto de Horford, Hayward, Tatum, Brown e Irving en el media day no hacía más que confirmarlo.
Una temporada decepcionante, unas expectativas frustradas
La temporada, sin embargo, no pudo ir peor. En un año en el que las lesiones por fin respetaron al equipo a diferencia de años pasados, el problema esta vez fue el conjunto. Había una plantilla que rebosaba talento, pero fue la cohesión el mayor de los problemas. La temporada en conjunto fue un carrusel de buenos resultados y malas rachas, acompañados de salidas de tonos, malos rollos, falta de compañerismo y promesas vacías de mejoría.
Y como no podía ser de otra manera, en los Playoffs no ocurrió ningún milagro. Tras un final de temporada regular apretado en el que se consiguió arrebatar el factor cancha a unos Pacers carentes de su jugador estrella, la primera ronda se superó con más problemas de los que el 4-0 final reflejó, y más de los que esta plantilla debería haber encontrado ante un equipo que, eso sí, supo vender cara su piel.
En segunda ronda, bromas sobre Ojeleye aparte, saltó la sorpresa cuando los Celtics lograron arrebatarle la primera victoria de la serie a domicilio a los Bucks. Pero cuando parecía que había espacio para la esperanza, los de Milwaukee demostraron por qué habían sido primeros de conferencia arrollando a los Celtics y haciendo ver que el primer partido había sido poco más que un espejismo. Tras el 4-1 la temporada había terminado.
Postemporada de partida para los Celtics
Lo cierto es que ahora los Celtics se encuentran en una situación cuanto menos interesante. A diferencia del año pasado, en el que el único objetivo era retener a Smart, esta vez encontramos varias posibilidades que van a hacer que la franquicia tome un rumbo u otro. Todas estas variantes se resumen principalmente en dos: apostarlo todo ahora o confiar en un futuro mejor.
La primera de las opciones la protagonizan dos nombres: Kyrie Irving y Anthony Davis. La renovación de Irving es todo un misterio, ni aficionados ni prensa saben qué va a pasar. Es casi seguro que los Celtics le van a ofrecer un contrato máximo, situación en la que ambas partes saldrían muy beneficiadas. Para el jugador porque se ahorra el salir a buscar un destino en el mercado que puede nos ser competitivo desde el primer momento, algo que sin duda le echaría para atrás, además del hecho de que los Celtics pueden ofrecerle un 190×5 mientras que el resto de franquicias solo optan a un 150×4. Para la franquicia su renovación significaría evitar una nueva aunque pequeña reconstrucción, que si bien no sería desde cero como en 2013, se antoja complicada.
Respecto a Anthony Davis, el propio jugador declaró durante el Fin de Semana de las Estrellas que no existía veto alguno a ninguna franquicia, como tanto se comentó en febrero. El traspaso supondría la llegada a un ambiente competitivo y candidato al anillo desde el primer minuto, algo de lo que carecía en New Orleans. Además es un destino que le convendría a los Pelicans, principalmente porque Tatum, Brown y Smart pueden ser un muy buen complemento para ese pick #1 del Draft que poseen.
Pero teniendo en cuenta que la renovación de Irving no es ni mucho menos segura, encontramos un segundo escenario, en el que el jugador se marcha en su agencia libre dejando a los Celtics sin su jugador franquicia. De darse este caso será, probablemente, porque el jugador no quiera renovar, y no porque la franquicia no lo intente.
En este caso quedaría totalmente descartado el traspaso por Anthony Davis, ya que no tiene sentido dar a tus piezas de futuro por un año de un jugador que se escaparía en la próxima agencia libre ante la ausencia de proyecto. Por ello, Jayson Tatum y Jaylen Brown pasarían a ser las piedras angulares de la franquicia y bajo el liderazgo de Smart deberían dar el nivel que demostraron en la temporada pasada y que tanto se han esforzado este año por ocultar. En esta situación el principal problema sería que, a menos que Hayward recuperase el gran nivel de juego que demostró en Utah en los años que le quedan de contrato, tocaría esperar y adquirir una pieza de primer nivel que le diera el salto cualitativo definitivo al equipo.
Flecos que atar
Por último, existen varios jugadores cuyo futuro está en el aire. Algunos como Yabusele o Williams tienen contrato, y otros como Ojeleye o Theis es probable que la franquicia evite dejarlos escapar.
Terry Rozier es una de las menciones. Lo más probable es que el equipo le deje ir, ya que no ha dado el nivel que se quería de él saliendo desde el banquillo y actualmente es inviable que sea el base titular, además de que renovarle sería meterse en una situación financiera complicada, bastante por encima del impuesto de lujo. En el caso de Marcus Morris, el jugador ha manifestado públicamente que le gustaría quedarse en Boston, pero el nivel dado en estos dos últimos años hace pensar que alguna franquicia podría tratar de hacerse con sus servicios ofreciéndole un contrato inalcanzable para los de Massachussets. Además, Al Horford podría no aceptar la opción de jugador de su contrato máximo con vistas a firmar un nuevo contrato con los Celtics que permitiese liberar un poco de espacio salarial y a él le asegurase permanecer más años en la franquicia y evitar ser incluido en algún posible traspaso.
Hay también algunos agentes libres a los que Boston podría intentar atraer como Thad Young en el caso de que se marchase Morris, Elfrid Payton para suplir a Rozier, Taj Gibson para aportar algo de dureza a la zona o Reggie Bullock como posible tirador que entrase desde el banco, aunque no dejan de ser opciones secundarias al tema principal, la renovación de Irving. También hay un quinto nombre que añadir a esta lista, Isaiah Thomas. La niña de los ojos de todo aficionado de Boston cuya lesión no le ha permitido levantar cabeza desde que fuera echado de la franquicia y que podría aportar mucho desde el rol de sexto hombre.