ANÁLISIS | Jayson Christopher Tatum, un paso al frente

Tatum debe dar un paso adelante en su tercera temporada

Los Celtics tenían un proyecto que parecía ser uno de los mejores de la NBA, sino el mejor, teniendo en cuenta el presente y futuro de la franquicia tras el traspaso que hizo a Kyrie Irving formar parte de ‘los orgullosos verdes’. La mezcla entre juventud y talento no tenía igual en la liga. Pero empezó aquella temporada 2017/18 tan ilusionante y el ‘crack’ de Gordon Hayward ponía tierra de por medio a todo lo construido hasta el momento.

En esta dramática historia había un hombre que saldría beneficiado por encima del resto. Un chico del ’98 que debió ser seleccionado en el número 1 del draft previo a esa temporada (el de 2017), pero que finalmente fue a parar a la tercera posición tras una jugada maestra de Danny Ainge a los Sixers. Proveniente de la Universidad de Duke, en él depositan la mayoría de las esperanzas de la franquicia en su tercer año en la NBA. Este era Jayson Tatum.

El de Missouri ha sido alabado por todos en la NBA, incluso Kobe Bryant acabó preguntándose por qué los Lakers no le draftearon en lugar de Lonzo Ball. Pero de las palabras de los demás no se vive. No le falta razón a todo aquel que se ha quedado impresionado con las increíbles capacidades que ha demostrado Tatum para jugar a baloncesto y en muchas ocasiones con una madurez impropia de un jugador de su edad, pero en su tercera temporada no le basta con mejorar sus números o hacernos ver que tiene cualidades. En esta siguiente etapa Boston Celtics está en sus espaldas, tiene el escenario libre y es únicamente él quien tiene que responder sobre la cancha.

Su camino para ser jugador franquicia

Jayson Tatum es la imagen sobre la que dependerá en gran medida el éxito o fracaso de estos Celtics. Se lo ha ganado en la cancha por aptitudes y sensaciones. Pero, ¿realmente los números respaldan el estatus que se le otorga después de dos años en la liga? Siendo tan inmenso su potencial, uno de los factores primordiales que tiene que mejorar es la regularidad.

El ‘0’ verde es uno de los jugadores con más peso ofensivo para su equipo la pasada temporada. Así lo refleja el 21.8% de uso con el que acabó la temporada regular, tan solo por detrás de Kyrie Irving, quien poseía un registro del 28.6% en acciones ofensivas que terminaban en él. Con este dato, ya podríamos presuponer que estamos hablando de un referente, sobre todo si tenemos en cuenta el arsenal con el que contaba Boston Celtics esta temporada que acaba de terminar. No iríamos por mal camino pensándolo, pero no sería del todo cierto.

Si bien Tatum tiene mucha confianza depositada en él desde la franquicia, digamos que no llega a aprovechar sus minutos como debiera. No es lo suficientemente eficiente en la pista como para estar diciendo con certeza que va a cumplir su papel esta temporada que viene. Cierto es que ha sido el tercer mejor jugador en cuanto a offensive rating, que son los puntos que mete su equipo estando él en pista por 100 posesiones, con 111.9, tan solo por detrás de Al Horford (112.5) y Kyrie Irving (113.4). Ambos lejos ya del TD Garden.

Pero donde debe mejorar el juego de Jayson Tatum es en el lanzamiento. Su selección de tiro no siempre ha sido la mejor, por lo que será uno de sus grandes aspectos a mejorar en esta nueva etapa. En su segundo año, el small forward hizo un 50.6% de tiro efectivo, siendo el tercer peor jugador de Boston Celtics en este apartado. Esto se debe a que Tatum ha lanzado casi 1 triples más por partido (3.9) y ha asumido casi 3 tiros de campo más (13.1), respecto a su temporada rookie, pero en ambos apartados ha bajado porcentajes. De un 43.4% en triples que vimos en su primera temporada en la NBA, al 37.3% de la que acaba de terminar; y de un 47.5% a un 45% en tiros de campo.

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Por otro lado, otro aspecto que tendrá que poner empeño en mejorar es su visión de juego. Jayson Tatum reparte pocas asistencias para un jugador que asume su volumen de jugadas ofensivas, tan solo 2.1 por partido. En ocasiones no ve el pase o lo ve tarde y el timing no es el adecuado. Sin Irving ni Horford, está casi obligado a dar un paso al frente en cuanto (por lo menos) a leer cómo se mueven sus compañeros en campo de ataque para darles la canasta.

El porcentaje de asistencias de Tatum sobre el total de su equipo se queda en 9.8%, que para un jugador de su uso ofensivo que juega en la quinta franquicia que más asistencias por partido ha dado en esta última campaña, se queda corto como mínimo. Podríamos pensar que el número ‘0’ se encarga más de la ejecución y de sacar partido de aclarados, pero sus 15.7 puntos por partido nos muestra una clara falta de anotación y no justifica la mejorable visión de juego de Jayson. De hecho, sus 34 partidos anotando 15 o menos puntos, durante la temporada regular 2018/19, es algo inaceptable para cualquier jugador franquicia de la liga.

La referencia de Boston Celtics

El anhelo de cualquier jugador en la NBA es ser el referente de los suyos, más aún si se trata de una franquicia histórica como Boston Celtics.

“Quiero ser uno de los mejores”

Así de tajante se ha mostrado Jayson Tatum en una entrevista durante su estancia con el Team USA en la preparación del Mundial de China. Pero para ser de los mejores se quedan muy lejos esos 15.7 puntos de promedio de los que hablábamos. Sí, mejoró los números de su año rookie pero estamos hablando de que anotó 13.9 puntos por partido en ese primer año en la liga. Demasiado bajo.

Tampoco ha destacado Tatum en el Win Share, número estimado que nos proporciona información en cuanto a lo que contribuye un jugador en las victorias de su equipo. El de Missouri tiene 5 de Win Share, algo que se queda algo lejos de números de otros jugadores que han sido referentes en sus franquicias, como Kyrie Irving (9.1), Kevin Durant (11.5), Joel Embiid (8.7) o Pascal Siakam (9.3).

No obstante, si bien dentro de la pista no le podemos quitar el interrogante a Tatum sobre si es capaz de ser la principal referencia de su equipo, fuera de ella ya está mejorando su actitud.

“Creo que he tenido gran parte (de culpa) de que esté aquí (Kemba Walker)”

Boston Celtics se veían con la necesidad de cubrir la baja de Irving con otro All-Star y el base de Hornets era el elegido. Tatum hizo el trabajo ‘sucio’ en París, conversando con Walker sobre la ciudad y lo que supone ser un Celtic. Con esto sí que vemos a un jugador que está actuando como un líder, capaz de reclutar a uno de los mejores de la liga en su posición.

Un ambiente menos cargado sin Kyrie Irving

No ha sido fácil ser jugador de Boston Celtics en la temporada 2018/19. Una presión tremenda desde el inicio, más aún cuando las cosas no iban como la gente tenía en mente y, por si fuera poco, la estrella de la franquicia admitía lo difícil que se le presentaba liderar un equipo mientras lo intentaba con (desafortunadas) declaraciones del tipo:

“Tenemos un grupo de jóvenes en nuestro vestuario que sienten que son capaces de hacer mucho más de lo que están haciendo”.

No, no era sencillo digerir las críticas externas y también tener que hacerlo con el que te va a pasar el balón en la cancha. Pero todo esto queda ya atrás. Kyrie está fuera y Kemba dentro. Otro estilo, mucho más humilde y constructivo.

En sus primeras semanas como jugador de Boston Celtics, Walker ha sido mucho más cauteloso y se ha mostrado mucho más empático con el grupo. En sus palabras:

“Si hay algo que decir, se puede decir, (pero) hay maneras de decir las cosas. Nunca diría nada para derrumbar a un chico, todo es positivo”.

Se nota la diferencia, ¿no? En este ambiente se van a manejar los jugadores de Brad Stevens este curso, además de que ahora no tienen esa presión añadida. Llegar a las Finales del Este sería considerado más como algo inesperado que como una obligación a estas alturas. Un entorno en el que Tatum puede desarrollar mejor todos estos aspectos que le hacen falta para subir un escalón en su juego y convertirse en el auténtico referente ‘verde’.

Libres de egos, (casi) huérfanos de carácter

A pesar de todo esto, no solo se ha ido Irving, sino que se le han sumado otros jugadores destacados como Horford, Baynes, Morris o Rozier. Jugadores que ponían mucha carga emotiva en cada partido, sobre todo los dos últimos, y que dejan huérfano a Marcus Smart en este apartado.

Es posible que hubiera excedencia de ‘sangre caliente’ en el roster, pero también es cierto que Smart pudiendo cargarse al TD Garden a su espalda, no lo podrá hacer a cada momento de la próxima temporada. Necesita de alguien que desquicie rivales, que levante al pabellón y que no le tiemble la mano en los momentos importantes. Algo que ya hemos visto hacer sobre todo a Morris y a Rozier, especialmente en los playoffs de 2017 en el caso de Scary Terry.

Aquí es donde aparece la figura de Tatum nuevamente. Los Celtics necesitan al Jayson más resolutivo y con mayor carácter de su, hasta el momento, corta estancia en la NBA. Por el momento se le ve convencido:

“Promediaré 20 puntos por partido, iré al All-Star Game de 2020 y llegaremos esta temporada a las Finales de la NBA”.

Esa es la actitud con la que Jayson Tatum empieza su tercera temporada en la NBA. Decidido. En el Mundial de China posiblemente tendrá su primera prueba de fuego en lo que a liderar un grupo se refiere, al lado de Kemba Walker, Jaylen Brown y el resto de componentes del Team USA.

Más tarde, afrontará la que va a ser su temporada más importante en la NBA. La que le puede servir para consolidarse como una superestrella de la liga. Con varios aspectos a mejorar, pero con una ambición creciente y un carácter que también va en aumento. Brad Stevens y Danny Ainge le han entregado las llaves de la franquicia y él está dispuesto a responder dentro y fuera de la pista.

Se viene la mejor versión baloncestística que hayamos visto de Jayson Tatum, ¿estará a la altura de los acontecimientos en Boston?