Llegaba el Joventut en una nube de confianza y optimismo. Cinco victorias seguidas, la mejor racha de la Liga Endesa, son buen motivo para ello. Y en esas empezó el partido. Fuenlabrada todavía estaba calentando cuando el ciclón catalán le arrolló sin que casi lo viera venir. En sólo un minuto y doce segundos Jota Cuspinera se vio obligado a pedir tiempo muerto tras tres triples del Joventut, uno con la firma de Harangody y dos de Prepelic, ambos avisando de que habían llegado con ganas de pasar un sábado de fiesta.
Urtasun, que empezó desde el banquillo pronto salió a pista, pero a la tormenta todavía le quedaba por arreciar. Pasados poco más de tres minutos de juego, los chicos de Carles Durán habían anotado 18 puntos, por sólo 6 de Fuenlabrada, incapaces de parar el festín ofensivo rival, que empezó a descoser por dentro a los locales.
Vuelta a la tierra por parte del Joventut
Pero, aunque desde la nube el mundo se vea muy feliz y todo fluya, al final hay que bajar a la tierra. Con Urtasun al frente, el Fuenlabrada empezó a recortar distancias gracias a aumentar el nivel de intensidad y a unirse a una grada dispuesta a no dejar que su equipo sucumbiera tan pronto. El partido cambió y ni siquiera las salidas larguísimas de los pívots del Joventut intimidaron a los locales, dispuestos a pelear a muerte cada balón.
De entre todos, destacó Urtasun tanto en ataque como en defensa para acercará su equipo a tan sólo tres puntos, 19-22, para un parcial de 13-4. Sólo era el primer cuarto y ya parecía un final de partido importante. El Joventut trató de controlar el partido mientras Fuenlabrada volaba en la pista. La clave, sin duda, era la defensa donde los locales llegaban a tocar todos los balones y haciendo el partido terriblemente incómodo. Un partido que, por cierto, ya había cambiado. Pese al enorme acierto de ambos de tres, se jugaba cerca del aro. Allí, Joventut hacía valer su mayor poderío interior, especialmente porque la baja de Eyenga hacía que Jota Cuspinera no encontrara soluciones para defender la posición de “4”. Sus pupilos, por contra, buscaban anotar a partir de penetraciones que partían en dos la defensa catalana.
Tónica que se mantuvo en el segundo cuarto, tras llegar 21-24 al final del primero. Tres puntos que suponían la el primer muro que Fuenlabrada tenía delante. Cada vez que trataba de rebajar esa renta, Joventut golpeaba. El ponerse por delante se había convertido en una barrera mental que cayó con un triple de Richotti para el 32-30. Fuenlabrada había conseguido derribar el muro con un parcial acumulado de 26-12, pero ahora tocaba vencer al gigante.
Prepelic, un jugador muy especial
Empezó un tramo de alternancias, con buenos minutos de Marc García pero en el momento Fuenlabrada se atascó, apareció una vez Prepelic para castigar con dos triples seguidos. El gigante estaba enfrente y estirado el marcador hasta un 39-46. Por si faltaba algo, una falta de Marc García en un contraataque visitante fue considera como antideportiva por los árbitros y la grada tuvo el aliciente que no todavía no tenía (aunque, en realidad, tampoco le hacía mucha falta). Pero Prepelic, absolutamente imparable no tembló y llevó a su equipo con ventaja de siete puntos al descanso, 46-53, veinte de los cuales llevaban su firma.
Fuenlabrada se encontró con que estaba jugando un gran partido, había remado muchísimo, pero la orilla seguía lejos. No sólo por el escolta esloveno y Harangody, inmensos, sino por la gran lectura de Carles Durán en el encuentro.
Duro golpe para el Fuenlabrada
Mentalmente, lo acusaron. Así, la vuelta de vestuarios, tras un primer triple de Urtasun, fallaron los tres siguientes de manera consecutiva y Joventut puso el +10 de nuevo tras canasta de Zisis. El nuevo apretón de Fuenlabrada con Ehigiator y Anderson fue sofocado de nuevo por un 2+1 de Zisis y triples de Dimitrijevic y Morgan. Once arriba Joventut y la grada, que durante todo el partido estaba jugando un papel fundamental inyectando coraje a los suyos, empieza a perder voz. Si los de Durán querían ajusticiar a su rival, a estas alturas del cuento ya sabían que tenían que empezar por enfriar a la afición. Pero Ehigiator no estaba dispuesto y tras anotar los cuatro últimos puntos de su equipo, robó el balón y clavó un precioso mate. 68-77 cerrando el tercer cuarto y la sensación de volver a empezar: Joventut controlando ventaja y Fuenlabrada creyendo en remontar.
Nada más empezar el último cuarto, una canasta de Omic puso a once a su equipo pero de nuevo apareció Urtasun para incendiar el estadio con un triple y ponerse a sólo seis, seguido de una recuperación defensiva. El público se venía arriba pero Anderson, en pleno contraataque tras el robo, tira en carrera desde el triple para fallar y darle vida extra a Joventut, que quedó con la sensación de haber sobrevivido y de que era su turno. Volvió hacer gala de su poderío ofensivo y poner la máxima diferencia del partido, 77-90. Quedaban exactamente 4 minutos y todo parecía visto para sentencia.
Emocionante y vibrante final de partido
Pero para derrotar a Fuenlabrada tienes que matarlo muchas veces. Un triple de Bobrov y otro de Bellas, hicieron soñar a su equipo, que sacó las fuerzas que ya pensábamos que no le quedaban atrás para ponerse a siete. Quedaban 2:40 para la conclusión y llegó la locura.
Al Joventut se le fueron las ideas en ataque y le entró el agobio mientras su rival olió la sangre y su oportunidad definitiva. Era ahora o nunca y el Fuenlabrada apretó hasta ponerse a dos, 90-92. Quedaba 1:39. Si ya habíamos tenido un partidazo hasta ahora, lo que nos proponían ambos equipos para el final fue simplemente sublime. La grada, que hacía temblar cada rincón del Fernando Martín, hizo mayor la fiesta del baloncesto que nos plantearon.
Ehigiator la tuvo para empatar, pero erró el primero de sus tiros libres y Prepelic no perdonó. Canasta de Urtasun, más tiros anotados por Zisis y tres arriba con posesión para Fuenlabrada y 18 segundos. Urtasun fue hacia dentro, canasta y falta… pero los árbitros consideraron que no era 2+1 sino que sólo contaba la falta. La afición, completamente extasiada por lo que, pensaban, iba a significar el empate, no pudo creerse el desenlace. Otra vez Joventut uno arriba, con posesión y 10 segundos, que invirtió en dar a Prepelic dos tiros desde la línea que no dudó en cobrar.
Los últimos siete segundos, sin tiempos muertos para Jota Cuspinera, fue un ejercicio excepcional de defensa por parte del Juventut que impidió que tanto Urtasun como Bellas lanzaran y le valió para llevarse una merecida victoria. Eleva a seis su racha de victorias y, mientras, Fuenlabrada se queda con una derrota, el orgullo de haber hecho un partido fantástico y una comunión con su grada que debe darle muchas alegrías este año.
Klemen Prepelic, SomosBasket MVP del Partido
Jugador especial el que tiene en nómina este año el Joventut. Brilló por encima de todos, no le tembló la mano en ningún momento y se mostró en todo momento intratable. Terminó con 29 puntos, 2 rebotes, 3 asistencias, 4 de 5 en tiros de dos y 50% en triples. Pero, sobre todo, la sensación de ver a un jugador flotar sobre la cancha.
Jota Cuspinera: “El Joventut ha sabido leer las diferente situaciones del partido, buscar nuestras debilidades y por eso han ganado.”