Está claro que los Jazz tienen un juego interior muy corto debido a las lesiones de Gobert y Favors. Pero estas bajas no están viniendo del todo mal al equipo, ya que están haciendo que jugadores como Withey y Lyles estén mucho tiempo sobre la cancha y, sobre todo, aportando muy buenos minutos.
El ala-pivot de Kentucky, consiguió el pasado lunes, en la ajustada derrota (93-91) contra los Houston Rockets, su récord de carrera con 13 puntos. Logró 6 de 10 en tiros de campo, incluido un triple, y con una actuación muy completa en los escasos 21 minutos que estuvo sobre la cancha.
Según avanza la temporada el jugador va mejorando su rendimiento. Contra los Rockets el jugador se sintió especialmente cómodo en el ataque de los Jazz. Todas las dudas que tenía el jugador sobre la cancha pareció que habían desaparecido.
Está claro que está confianza viene debido al aumento de sus minutos. Ha salido de titular en la mayoría de los partidos en los que Favors ha estado lesionado, alternando esta titularidad con Trevor Booker.
Su contribución en el juego no se limita solo a la anotación, ha empezado a rebotear, un área de su juego que el staff técnico de los Jazz ya le había avisado que era esencial para aumentar sus minutos sobre la cancha. El jugador está respondiendo de manera satisfactoria y está siendo mucho más agresivo sobre el parqué.
El lunes los Rockets se centraron en defender a Hayward y a Hood. Esto provocó que el hombre abierto fuese Trey Lyles, que hizo un gran trabajo que los Rockets pagaron, especialmente en la primera parte.
Parece que la temporada de los Jazz, a pesar de las lesiones, está sacando cosas positivas y el rendimiento de Lyles y Withey, que también está haciendo un trabajo excelente, cuando vuelvan Favors y Gobert no debería bajar y el entrenador tendrá que seguir confiando en ellos. Si siguen rindiendo así desde el banquillo este equipo puede tener una segunda unidad muy fuerte y puede dar en el futuro mucha guerra.