Boston Celtics, análisis de la temporada 2015/16

Los de Brad Stevens siguen creciendo en la dirección adecuada

FOTO: BRADJWARD (CC)
FOTO: BRADJWARD (CC)

Análisis de la temporada 2015/16: Boston Celtics

Verano

¿Recordáis qué emoción sentíais la última semana de clase justo antes de las vacaciones estivales? Sobre todo si había sido un buen año académico, ante ti se abrían tres meses llenos de posibilidades en lo que cualquier cosa podría pasar, quién sabe, a lo mejor hasta acababas desflorándote con aquella chica tan guapa del pueblo de al lado con la que llevabas soñando dos años. Finalmente, la realidad siempre se imponía y todo lo que conseguías era un breve romance con una rubia que ya vio sus mejores tiempos, y una relación más larga pero tremendamente cara con un afroamericano. Lo típico.

A Boston no llegó ninguno de los grandes agentes libres disponibles durante el verano de 2015 y tampoco fructificaron los numerosos intentos de Danny Ainge para escalar puestos en el «NBA Draft» y hacerse con los tan deseados Jahlil Okafor y Justise Winslow. Por si no fuera poco, en un ataque de ‘si no te gusta, toma dos tazas‘, el frontoffice de Massachusetts seleccionó en un equipo con exceso de #2 y de #4 a tres guards y un point-forward. Si algún aficionado de los Orgullosos Verdes dice que estaba ilusionado durante el Media Day de la franquicia miente como un bellaco.

Las únicas buenas noticias y que animaban al optimismo entre los aficionados era que el equipo mantenía el mismo grupo de jugadores jóvenes que había alcanzado los playoffs de manera sorprendente durante el curso pasado y, además, lo había hecho a un precio realmente bajo. Las renovaciones de Jae Crowder y Jonas Jerebko no solo mantenían a dos jugadores que habían demostrado tener roles importantes del equipo, sino que apenas comprometían el futuro del mismo de cara al verano 2016 donde el nombre de Kevin Durant brilla con fuerza.

Pero, como decimos, el regusto que había dejado el verano tras de sí en el paladar era más bien agridulce hasta que se tornó amargo cuando Marcus Smart, el jugador más prometedor de la franquicia, se rompía dos dedos de la mano en una Summer League y pre-temporada que se antojaban claves en el desarrollo de su joven carrera. Pintaban bastos para los de Massachusetts en una conferencia en la que todos los equipos parecían haber mejorado las cartas de la anterior ronda.

Otoño

El curso 2015/16 de los Boston Celtics está dividido de manera muy clara en dos etapas: la era David Lee y la era post-Lee. Durante el tiempo que el jugador estuvo dentro de la rotación de Brad Stevens, los Orgullosos Verdes era un equipo sobredimensionado y sin una idea muy clara de a qué estaban jugando muchas noches. El récord de 50 % que se mantuvo hasta el 22 de Enero fue la causa de un equipo capaz de plantar cara a los más poderosos de la liga (Oklahoma City Thunder, Golden State Warriors, Los Ángeles Clippers…) a la vez que perdía contra franquicias que estaban haciendo los peores números de su historia (Brooklyn Nets, New York Knicks y, glups, Los Ángeles Lakers). el equipo no tenía una idea clara de cómo jugar en ataque, con un Lee que robaba mucho balón a los bases, la defensa hacía aguas durante muchos tramos de la noche, la rotación era muy larga, y Brad Stevens no sabía aún qué jugadores rendían mejor cuando se juntaban en pista.

Tras la ya famosa noche en la que Lee salió de la rotación definitivamente y Brad Stevens tuvo claro qué jugadores debían coincidir en pista, todo empezó a carburar hasta lograr un final de temporada con un récord de 26-13 y una racha de 14 victorias seguidas en el TD Garden. La rotación que partía con Isaiah Thomas – Avery Bradley – Jae Crowder y Amir Johnson y tenía la importante aportación desde el banquillo de Marcus Smart – Evan Turner y Kelly Olynyk realizaba un juego de defensa y contra-ataque rápido que obligaba al equipo contrario a esforzarse durante los 48 minutos de juego si querían llevarse una victoria. Este esfuerzo continuado fue el causante de que los Celtics acumulasen durante gran parte de la temporada el 3er mejor +/- de la liga tras los Warriors y los Spurs, puesto que los partidos que ganaban lo lograban de manera ciertamente holgada, mientras que las derrotas se daban en partidos más cerrados.

El tener un equipo con tan poco talento fue convertido en una virtud por un Brad Stevens que es el auténtico ideólogo y MVP de este equipo. Los Boston Celtics bien es cierto que no tienen ninguna súper estrella que pueda marcar la diferencia, pero en cambio tienen un grupo muy homogéneo en cuanto a calidad y talento se refiere. Así, en los periodos de los partidos que más aburren a los aficionados y que suelen ser de transición en la mayoría de los partidos, era donde se fabricaban las victorias verdes. La entrada de la segunda unidad, de un talento parecido y aportando la misma intensidad que los titulares, servía para ampliar las pequeñas ventajas logradas por estos o, en caso de haber empezado con el pie cambiado, solventar esto y dar la oportunidad de empezar de cero tras el descanso. Son un abrumadora mayoría los partidos en los que los suplentes acababan con mejor +/- que los titulares y hasta Evan Turner, líder del banquillo, se atrevió a decir que ellos ganarían al quinteto inicial «tantas veces como los Harlem GlobeTrotters ganan a los Generals». Si Isaiah Thomas acabó siendo elegido para jugar el All-Star, aún no hay explicación lo suficientemente buena como para convencer a cualquier aficionado de Massachusetts de que Evan Turner no merecía ser honrado como «Sixth Man of the Year». La NBA y sus expertos, ya saben.

El monstruo de Brad Stevens acabaría el año como el cuarto equipo con mejor rating defensivo (103.6 puntos por cada 100 posesiones), el décimo en ofensivo (106.8) cuando en el momento en el que cogió el equipo era el 23º, el cuarto equipo en cuanto a balones robados se refiere, y también el cuarto en cuanto a cuidado de balón se refiere. Todo ello le valdría para empatar en la 3ª posicion de la Conferencia Este junto a los Atanta Hawks y los Miami Heat, pero que acabaría transformándose en una 5ª cuando el título de división de Miami deshizo el entuerto. Quintos y contra el rival que nadie quería, Atlanta Hawks, de nuevo la maldita suerte irlandesa volvía a actuar en Nueva Inglaterra.

Primavera

Pese a haber estado cerca de cerrar un mega-traspaso (Danny Ainge dixit) al que algunos ponen el nombre de Jimmy Butler y otros el de Jahlil Okafor, el frontoffice de los Boston Celtics se mantuvo quieto por una vez y se limitaron a cortar a un David Lee que ya no contaba y al que ni siquiera pudieron encontrar una salida que dejase algo de valor en el ya colmado botín de Ainge.

Pese a que el conjunto seguía sin contar con esa súper-estrella que marcase las diferencias tres años después de iniciar la reconstrucción y que le hubiese tocado el rival más feo de todos los disponibles, había confianza en un equipo que cuando jugaba unido demostraba ser tan capaz como el mejor jugador de la liga; nunca es tarde para recordar que solo el equipo de Brad Stevens fue capaz de ganar en casa a los Golden State Warriors de Stephen Curry este año, y que desde su explosión son los únicos que nunca han sido derrotados por ellos con más de cinco puntos de diferencia. El lema para los playoffs estaba claro «We are one superstar«.

Maravilloso lema que recogía la esencia de los verdes, pero que resultaba incompleto. Tal y como afrontaba el equipo la serie de playoffs contra Atlanta, y mucho más tras el Game 1, el lema seria «We are one injured superstar«. Con un Jae Crowder que no podía ofrecer ni el 60 % de sus prestaciones tras el grave esguince de tobillo sufrido en Marzo, un Kelly Olynyk cuyos problemas en el hombro – aquellos que le apartaron dos semanas del equipo en Febrero -volvieron puntuales a playoffs tras el último encuentro de temporada regular, y un Avery Bradley fuera para toda la serie desde el primer partido a causa de una rotura muscular, soñar con siquiera hacer una victoria parecía algo utópico.

Con todo, o con el Garden como escenario, los Celtics tiraron de lo que más tienen, orgullo y una afición fiel, para conseguir dos victorias que a casi nadie le hizo pensar en unas semifinales de conferencia, pero sí con morir en un séptimo partido. Finalmente, los problemas físicos de cuatro de tus seis mejores jugadores entre los que se encuentran tus tres mejores anotadores exteriores, tu mejor defensor perimetral (y posiblemente de la liga), y tu all-star, fueron demasiado reto para un joven equipo que dejó todo lo que tenía en la cancha y que demostró que tenía mucho futuro por delante.

Ahora llega de nuevo el verano, y por primera vez en todo el año, los Boston Celtics están en una situación envidiable, cuentan con el mejor jugador de la NBA – Danny Ainge – y una grandísima mano – equipo de playoffs, mejor entrenador joven y respetado, filosofía de juego y franquicia instaurada, un all-star, ocho picks del draft, y espacio para dos máximos -. Solo queda sentarse, abrir una cerveza y disfrutar de la partida.

MVP de los Boston Celtics 2015/16

ISAIAH THOMAS

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Isaiah Thomas, MVP de los Celtics

Su llegada revolucionó a un equipo y disparó su carrera. Los Boston Celtics necesitaban a Isaiah Thomas y Thomas necesitaba ser necesitado. Él mismo reconoció esta frase que podría estar firmada por Paulo Coelho tras ser elegido para disputar su primer All-Star y en convertirse en el jugador más bajo (1.75 centímetros) de la historia en disputarlo. En esta humilde casa ya comentábamos un lejano 4 de Diciembre que el base estaba camino de lograr la machada, pero lo que nunca imaginamos es que no era una machada, sino el nivel auténtico del jugador solo que explotado hasta la última gota por – ¿hay alguna duda? – Brad Stevens.

Si hablamos de números son 24.8 puntos, 6.9 asistencias, 3.3 rebotes y 1.2 robos durante los 82 partidos que ha jugado este año (primera vez que disputa una temporada entera), pero poco importan los números al lado de la sensaciones y es que si muchos se preguntaban si podría cargar Thomas con el peso y el protagonismo del equipo en un segundo año en el que ya no iban a pillar a nadie por sorpresa, la respuesta es un sí del tamaño de 48 victorias. Su liderazgo, compromiso con el equipo y la ciudad (¿alguien ha contado la cantidad de veces que ha declarado su amor a Boston o dicho que no hay un mejor sito en el que ser jugador de basket durante las últimas semanas?), y mejora constante en el juego sin balón y una mayor implicación defensiva hacen que no haya habido un mejor jugador vestido de verde durante toda la temporada.

Quizás la narrativa de que los Boston Celtics de Brad Stevens logran lo que logran pese a no tener una estrella ha quedado obsoleta incluso antes de que llegue la Agencia Libre, porque Isaiah Thomas ha demostrado serlo más que casi ninguna otra en la liga. Pequeña, pero brillante.

Jugador Revelación

JAE CROWDER

Jae Crowder, alma de los Boston Celitcs
Jae Crowder, el alma de los Boston Celitcs desde su llegada

A un tío que llega en Diciembre y tras perder los tres primeros partidos que juega con tu camiseta se va directo a por tu entrenador y General Manager a pedir explicaciones sobre qué narices es eso del tanking solo cabe darle las gracias por haber venido y preguntarle cuánto dinero quiere para seguir jugando contigo. Por suerte para Tío Gilito Ainge, Crowder es un hombre de sueños pequeños y pidió 35 millones a cambio de 5 años más de lucha sin cuartel en el Garden. Si el verano pasado nos pareció una ganga por un alero que reforzó la posición más débil del equipo, que nunca paraba de defender y animar a sus compañeros y que tiene pinta de ser esa clase de amigo al que si le cuentas que has matado a tu vecino lo único que te pregunta es que dónde tienes una pala, ya veréis qué bien nos lo vamos a pasar este mes de Julio y Agosto con la subida del límite salarial.

Sus ya buenos números de 9.5 puntos, 4.6 rebotes, 1.4 asistencias y 1 robo se han casi doblado hasta los 14.2, 5.1, 1.8 y 1.7, mejorando además donde más lo necesitaba el equipo: el triple. El alero ha elevado su promedio de acierto en la larga distancia hasta el 33.6 % y lo ha hecho tirando casi dos veces más que el año pasado (de 208 a 363). Es el termómetro del equipo y si él estornuda, el equipo se constipa.

Decepción de la temporada

Jared Sullinger

Foto: ESPN
Foto: ESPN

Todo lo que tenemos que decir de Jared Sullinger ha sido dicho en este artículo del mes de Enero. El resumen general podría ser que los aficionados ya se han cansado de ver pasado de forma e indolente al que posiblemente sea el jugador de toda la plantilla que más talento atesora en su cuerpo pero que lamentablemente no parece dispuesto a esforzarse para sacarlo a la luz.

El único motivo por el cual disputó esta temporada con los Boston Celtics es que Michael Jordan a última hora echó por tierra un mega traspaso que enviaba al ala-pivot bien cubierto de rondas a los Charlotte Hornets a cambio de un pick del draft con el cual escoger a Justise Wislow. La lesión en Enero de 2014 que privó al equipo del mejor Sullinger de su carrera cuando más se le necesitaba fue la gota que colmó el vaso de un Ainge que estaba cansado de ver cómo el jugador incumplía sistemáticamente sus compromisos de vigilar su peso. Finalmente, tras un verano en el que no paró de subir fotos en las que se le veía practicando ejercicio, el General Manager rompió las ilusiones de los aficionados diciendo el mismo Media Day que no había visto mejoría alguna.

Sus números, la verdad, poco importan. Acabó siendo titular tras haber empezado la temporada como el último jugador de la rotación interior, pero fue más gracias a su talento natural para el rebote en un equipo que no es capaz de coger ni un jersey del cajón más alto del armario que a su compromiso. Pese a ser la temporada que más partidos ha disputado con 81 y seguir mejorando sus números en el rebote, su temporada solo puede ser calificada como decepcionante. De nuevo, cuando llegaron los playoffs y el equipo necesitaba de él, simplemente no estuvo. El año pasado fue por una lesión causada por su los kilos de más, este año porque esos mismos kilos le hacían imposible bajar la pista en condiciones y defender de una manera mínimamente decente la pintura para que sus compañeros se limitasen a secar a los exteriores de los Hawks.

Nadie podrá nunca decir que el público y la afición de los Boston Celtics no ha sido paciente con él, ahora solo queda desearle una buena agencia libre lejos del Massachusetts.

Mejor rookie

Terry Rozier

Boston Celtics' Terry Rozier (12) brings the ball up court during the second half of an NBA summer league basketball game against the Utah Jazz Monday, July 6, 2015, in Salt Lake City. (AP Photo/Rick Bowmer)
Boston Celtics’ Terry Rozier (12)

Lo bien que nos lo pasamos todos en el pasado draft ya fue comentado en ese primer párrafo que leíste como hace unas dos horas, así que no vamos a ahondar más en el tema. La cuestión es que nuestro compañero Sergio Hernández ya habló de la cantidad de cosas que estaba empezando a aportar Rozier al equipo durante el final de temporada y cuando jugó durante las bajas de Bradley y Crowder, pero nadie podía esperar la post-temporada que realizó el base.

Ya sabrá el lector habitual de «El Despcaho», y si no lo eres y has acabado aquí no sabes muy bien cómo ya te lo explico yo, que en esta casa somos muy poco de hablar de números y mucho de basket y sensaciones. La verdad es que no tengo ni la menor idea de los números que firmó el base durante la segunda derrota y las dos victorias de los Boston Celtcics en los pasados playoffs, y aunque comprobarlos me llevaría unos 30 segundos de mi vida, la verdad es que no lo voy a hacer. Porque no importan en absoluto.

Rozier, cuya presencia había sido poco más que testimonial durante toda la campaña, jugó los partidos más importantes del año, esos en los que cada posesión importa, y no solo no desencajó en ningún momento, sino que sus actuaciones fueron notables. Supo leer las tres cosas que necesitaba el equipo en el tiempo que estuvo él en cancha: defensa, rebote y triple, y las aportó tanto como pudo. No sé cuánto dio de cada una de ellas, pero las sensaciones fue que siempre que se le necesitó, estuvo. Y eso vale oro.

Si Marcus Smart llegó pese a estar Rajon Rondo, no hay que olvidar el verano que viene y que Terry Rozier llegó pese a estar Avery Bradley y su jugoso contrato en el equipo.

Aspectos positivos de la temorada

  • Actitud de la plantilla. En otras franquicias quizás esto es algo menos importante pero en Boston es indiscutible: siempre que se han obtenido éxitos en esta franquicia ha sido con equipos que respetaban tres características, falta de egoísmo, jugar duro en ambos lados de la cancha y pelear cada partido hasta que el público ya ha llegado a casa y está metido en su cama. El roster ha cumplido con estas máximas y en ningún momento hemos visto a nadie pecar de egoísta en la cancha, se ha peleado cada balón y, en líneas generales, se ha presentado batalla sin importar quién estuviese delante (los Spurs no cuentan porque Pops cada día tiene más pinta de ser la versión moderna de Auerbach). Muestra de esto son las numerosas remontadas que ha realizado el equipo a lo largo del año, habiendo veces en las que no se descartaba la victoria ni cuando se estaba 24 puntos por detrás del rival, Miami sabe de lo que estamos hablando.
  • Gran defensa del equipo. Sobre todo la perimetral pero sin olvidar el sistema de ayudas que hizo no echar de menos durante gran parte de la temporada una presencia defensiva en la zona. Ser la cuarta mejor defensa de la liga sin alguien que proteja el aro es algo que no creerías si los Celtics no te lo enseñasen cada noche.
  • Desarrollo de los jugadores. Una de las grandes labores que tenía por delante Brad Stevens era sacar el máximo de la joven plantilla que tenia en su manos y, salvo el ya comentado casi sin solución de Sully, todos los jóvenes han firmado la mejor temporada de sus carreras tanto a nivel estadístico como de sensaciones. Marcus Smart cada día deja más claro que va a ser algo especial y que ha nacido para jugar en este equipo, Kelly Olynyk ha descubierto su rol en el equipo, Bradley se ha establecido como el mejor defensor perimetral de la NBA, los rookies han aportado siempre que han jugado y de Thomas y Crowder ya está todo dicho.
  • Química del equipo. No solo por lo ya comentado de falta de egoísmo en la pista, donde todos juegan para hacer mejor al compañero (el secreto del baloncesto), sino que en esta época de redes sociales y visibilidad pública al máximo nivel, solo hemos visto que buenas palabras de unos compañeros hacia los otros, actividades en las que el grueso del equipo iba de manera conjunta, buen rollo con la prensa y aficionados (necesitamos un cámara que acompañe 24 horas a Evan Turner), y, por lo general, aparentan ser un grupo de jóvenes que disfrutan y se comprometen con el equipo. Ah, y lo más importante, que si su entrenador les manda arrojarse al mar, hay tortazos por ver quién llega primero.

Aspectos negativos de la temporada

  • El triple. Cuando tu mejor lanzador es un canadiense de 2.13 metros que ha lanzado 210 triples y ha metido el 40 % de ellos es señal de que no supones una amenaza exterior. Si, además, el jugador que como rookie te lanzó a 35.8 % este año firma la peor temporada desde la línea de tres en toda la historia de la NBA, el adversario ya sabe cómo ganarte el 40 % del partido. No es cuestión de falta de movimiento de balón, ni de estilo de juego, los jugadores no paran de lanzar tiros abiertos y de realizar un pase extra tras otro, es falta de talento. Trabajo para Danny Ainge durante este verano en el mercado y para Marcus Smart en el gimnasio.
  • El rebote. Lo mismo que el párrafo anterior, solo que nuestros tres mejores reboteadores son un ala-pivot pasado de peso y tres jugadores exteriores, por orden: Marcus Smart, Evan Turner y Terry Rozier. Más deberes para Ainge.
  • Las desconexiones. La única cosa que los aficionados han visto durante estos 82 partidos más veces que un partido que estaba perdido y, de alguna manera, se podía ganar o se ganaba, son partidos que parecían ya controlados y que por una razón igual de misteriosa se acababan perdiendo. Suele ser normal en equipos jóvenes, por lo que solo el tiempo podrá poner remedio a esto antes de que e acabe costando, no sé, un partido contra Charlotte que te de a tercera plaza de la conferencia y no te haga jugar contra Atlanta en primera ronda. Por ejemplo.

Nota de El Despacho de Auerbach a la temporada de los Boston Celtics

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Gracias

La cosa que más nos orgullece a la cuadrilla de tarados que formamos El Despacho de Auerbach, es ser miembros activos de la comunidad que hay creada en torno a los Boston Celtics en cualquiera de los países que hablan este latín medio moderno al que algunos llaman español. Cuando abrimos las puertas hace dos años a esta casa no venía a vernos ni la familia, mientras que ahora sois muchísimos los que cada día venís a la página, a twitterfacebook, escuchan el podcast o incluso revisan su móvil para ver qué contamos y discutir con nosotros.

Podría empezar a poner nombres de todos aquellos que comentan cada artículo, que nos queman las redes sociales con retweets y menciones, pero sería demasiado injusto para aquellos a los que por timidez o falta de tiempo no podemos poner cara ni nombre. Así que, de la manera más sincera en la que nadie os ha hablado nunca: muchísimas gracias por habernos acompañado durante esta segunda temporada cubierta desde El Despacho y tercera en SomosBasket. Ya sabéis lo que decimos siempre, sin vosotros solo seríamos cinco locos dando voces en el desierto.

Y para que veáis que no son solo palabras, durante estas semanas en las que suele haber menos actividad en la NBA para los equipos eliminados, nosotros hemos decidido que vamos a emplear nuestro tiempo en algo más útil que inventarnos rumores y desde mañana mismo vamos a empezar a elaborar el primer número de nuestra revista anual. En ella vamos a recoger los mejores artículos del año, a escribir algunos que solo se publicarán en la misma y, por último, contar un poco cómo se formó esta pequeña locura. Nos lo vamos a currar un montón y créanme que será algo que merecerá la pena.

De nuevo, muchas gracias por esta francamente entretenida temporada, un abrazo muy grande y Let´s go Celtics!