ANÁLISIS | La batuta de los New York Knicks, presente y futuro
Mudiay, Ntilikina y Burke pelean por el puesto de titular
Los New York Knicks se encuentran en un punto muerto de su reconstrucción. Con su jugador estrella lesionado para, casi seguramente, para toda la temporada, David Fizdale está utilizando su primera temporada a frente del conjunto para implantar una filosofía parecida a la que han implantado los Philadelphia 76ers a lo largo de estos años, y es la de testear diferentes jugadores para poder comprobar si son válidos o no. Los tres jugadores que completan el cupo están conviviendo de una manera sana esta temporada, pero de cara al futuro es cuando se presenta la incógnita, la primera para Fiz en su andadura en la Gran Manzana. Vamos a desglosarlo.
Trey Burke; ¿algo más que un anotador?
Trey Burke es de esos jugadores a los que se le caen los puntos de las manos. Otra versión de Allen Iverson frustrada a la que, últimamente, los Drafts nos tienen acostumbrados. Otro jugador más con un crossover muy por encima de la media y una capacidad de tiro tras bote al más puro estilo «streetballer», pero también los mismos problemas que un «streetballer» arrastra; una defensa pobre, un físico muy mejorable, una clara tendencia a tirar ellos solos del carro (que es una manera eufemística de llamarles «chupones»)…
¿Sus números? Una bendición para estos Knicks. En 20,9 minutos, 11,3 puntos y 3 asistencias con garantías de ofrecer un nivel alto cada vez que juega. Con altibajos, partidos mejores y partidos peores, pero más bien que mal cada vez que juega. Y una bendición también para el aficionado medio en el Madison Square Garden. Desgraciadamente, Trey Burke es lo que ha sido siempre, sólo una ilusión. Disfrutar de él esta temporada y, según el rumbo del equipo, quizás otra, será una de las razones para pagar la entrada de los fans de los Knicks. Y no es malo eso, al fin y al cabo el baloncesto es un deporte de rachas, pero no debemos olvidar que también es un deporte de proyectos.
Frank Ntilikina; aún una incógnita
Al igual que es el jugador más verde de los tres, también es el que más potencial tiene. Y al ser Trey Burker y Emmanuel Mudiay jugadores más resolutivos a día de hoy, el francés es el que menos minutos disputa de los tres. Pero a pesar de ello, hay que reiterar de nuevo esa segunda afirmación; es el que, de los tres, más alegrías va a dar a la ciudad de Nueva York en un futuro si todo ese potencial se desarrolla.
Su temporada no se sale de lo estrictamente esperado ni necesario. Como prospecto aún en vías de desarrollo, sus números de 6,6 puntos, 2,6 asistencias y un 35,6 % de acierto en tiros de campo en 22,6 minutos nos indican que Frank Ntilikina sigue en el mismo punto que la temporada anterior (y si cabe, incluso peor). Los peros, los de siempre; ineficacia en el tiro, una selección un tanto cuestionable en sus lanzamientos y un potencial defensivo que, a día de hoy, sigue siendo sólo eso, potencial.
Pero tranquilidad con él. Si que es cierto que estas palabras incitan a pensar que estamos ante un futuro pufo, pero no es así. Aún quedan muchas cosas por pulir en su juego, aún es muy joven y, sobre todo, aún no le hemos visto actuar con cierto peso específico (y a estas alturas, ni peso específico ni rol claro).
Emmanuel Mudiay; ¿dando por fin con la tecla?
Esta temporada estamos viendo a un Emmanuel Mudiay cada vez más maduro, produciendo los mejores números de su carrera en muy poco tiempo y mejorando, sobre todo, la faceta que más le ha lastrado a lo largo de estos años, su tiro. Algo más de 25 minutos por noche están siendo suficiente para que el congoleño registre unos buenos 14 puntos por noche (que se convierten en 16 cuando su equipo gana), con porcentajes del 47 % en tiros de campo (un 8,3% más que en su mejor temporada) y del 33,3 % en tiros de tres, que aunque no es una mejora sustancial, si es una estadística que ha conseguido mejorar también en base a ese 31,7 % que registra a lo largo de su carrera. Y más si cabe siendo siempre su principal problema.
¿El problema de todo esto? Su irregularidad. Si bien sus números son cada vez mejores, el motivo principal es la diferencia que existe entre sus buenos y sus malos partidos. O dicho de otra manera; no son promedios regulares que se repiten cada noche, sino una suma de muchas variables. El contraste es claramente visible en un simple box-score;
A pesar de que su mes de diciembre está siendo el mejor de toda su carrera y mantiene esos 20 puntos por partido que están viendo en la captura, es fácil reconocer que hay tres partidos que destacan muy para bien (que casualmente, son los tres partidos en los que más minutos disputa) y otros partidos, como por ejemplo el del 9 de diciembre ante los Charlotte Hornets, en el que su actuación es más bien discreta. Si eliminamos estos cuatro partidos, el promedio de puntos nos queda mucho más regular, pero a la vez mucho más bajo; 16 puntos en 29 minutos.
Quizás en un box-score del mes pasado podemos verlo mejor, aunque también jugaba menos minutos:
Y… ¿bien?
Como ya he dicho antes, el baloncesto es un deporte de rachas y de altibajos, en el que para según qué momentos necesitas un tipo u otro de jugadores, y los Knicks se encuentran en un tramo de la reconstrucción en el que, con su estrella lesionada, tienen tiempo de sobra para probar talento joven y decidir quién es válido para el proyecto y quién no. Y teniendo en cuenta que Trey es un jugador de transición, la batalla se reduce a Frank Ntilikina y Emmanuel Mudiay.
El caso de Ntilikina parece extremadamente complicado. Por aptitudes, Frank debería ser el base titular de los Knicks los próximos diez años; defensa, físico, IQ, ritmo de juego, talento a raudales… Pero, si por otro lado, te dicen que va a ser el pufo más grande de su Draft, y tampoco te suena tan imposible. Su rendimiento no es preocupante, pero si tenemos que ser sinceros, no es un buen augurio. Lo dicho anteriormente, nunca ha jugado a tiempo completo. Su oportunidad llegará, y ahí podremos ver de lo que realmente es capaz.
Por ahora, la elección es clara. El bendito problema de estos Knicks reside en Mudiay, que cuando ya parecía adentrarse en la categoría de «prospect de Draft alto y frustrado que acaba en Europa», ha resurgido de lo que parecían ser sus cenizas y ha luchado contra todos esos lastres que le han acompañado desde la universidad para convertirse en un jugador realmente válido para la NBA. En New York, de hecho, deberían plantearse que, si continúa a este nivel, puede ser un jugador muy aprovechable para la reconstrucción, ya que a sus 22 años, aún no es demasiado tarde para que triunfe. Eso sí, aún queda un camino largo por recorrer, y pasa porque sea más regular.