Después de las victorias abultadas en los partidos ante Brooklyn y Orlando parecía que los Knicks comenzarían una racha de victorias que les permitiría ascender puestos en la clasificación. Partidos en los que dominó al rival de principio a fin, siempre por encima en el marcador y en los que se podía observar cierta mejoría en el juego, apoyados en un gran acierto desde el perímetro que nos recordaba al equipo de la temporada pasada que acribillaba a los rivales a base de triples. Sin embargo, antes de sacar conclusiones positivas era necesario analizar a los rivales.
Por una parte Brooklyn tenía bajas importantes como Deron Williams y Paul Pierce que condicionaron bastante su juego. A esto debemos añadirle que son un equipo relativamente nuevo después de los fichajes millonarios y que aun no se compenetran en la cancha como esperaban y no nos sometieron a un gran desgaste defensivo, una de nuestras carencias esta temporada. De este modo, no era un rival de una categoría tan alta como para presumir de la victoria, aunque fuese en el derbi de NY.
Después vino el partido contra Orlando al que le faltaba uno de sus hombres más importantes como es Nikola Vucevic. El pívot condiciona bastante el juego de su equipo y viendo el rendimiento de los nuestros en defensa el partido hubiera sido bien distinto. Realmente no creo que ninguno de nuestros «hombres altos» hubiese sido capaz de defender correctamente al jugador de Orlando. De nuevo ofrecimos un rendimiento excelente desde la línea de 3, destacando al rookie Tim Hardaway Jr. y JR Smith.
Y en la tarde de domingo tocaba partido contra los Celtics, líderes de nuestra división y que si lográbamos la victoria nos dejaría muy cerca de ellos (a pesar del balance del equipo 5-14). Unos Celtics que tienen la peor plantilla en años pero que comenzaron con acierto e intensidad, todo lo contrario que nosotros. En ningún momento nos acercamos en el marcador y la diferencia siempre estuvo entre los 20 y los 30 puntos, algo inaceptable jugando en el MSG. Al final la derrota fue mayor 73-114 con un estadística de TC horrible (25/73).
Carmelo Anthony resumía de este modo lo sucedido en el partido:
«Lo que ha hecho Boston hoy es dejarnos en ridículo».
Por su parte, Woodson afirmaba que «no tenía explicación para lo ocurrido» y que «no lo había visto venir». Palabras que son inadmisibles después de la temporada que llevamos. Si como dicen los directivos, los Knicks quieren aspirar a cosas grandes, deben tomar algunas decisiones importantes, entre ellas el puesto de entrenador en el que Mike Woodson debería tener los días contados.