El mejor jugador de todos los tiempos no nacido en EEUU y, sin duda, el mejor jugador de origen africano que ha jugado jamás a esto del baloncesto. Hablo de Hakeem Olajuwon.
Un jugador que bailaba sobre el parquet, con unos movimientos que no se han vuelto a ver, un siete pies que dominó los tableros de la liga como nadie lo ha vuelto a hacer, un pívot con la rapidez de un escolta, un jugador capaz de ponerte un tapón y terminar la jugada en la canasta contraria.
Nacido en Lagos, capital de Nigeria, hace 51 años, ha sido, posiblemente, el mejor pívot de los últimos 30 años, y de los tres mejores, si no el mejor de la historia. Su sombra es alargada. Ganador de un MVP, de dos anillos con los Rockets, siendo, además, MVP de las Finales, 12 participaciones en el All-Star, mejor defensor… Es el prototipo perfecto de pívot dominador, en los dos lados de la cancha.
Desde su retirada en el año 2002, en los Rockets no ha habido otro igual. Shaq ha sido el único que ha estado cerca de Hakeem, desde el mastodóntico pivot, nadie ha dominado la pintura de la NBA. Muchos han sucumbido ante el peso de la historia, y pese a tener un futuro prometedor han terminado demostrando que fue un error compararles. Alonzo Mourning, Mutombo, Yao Ming, Dwight Howard, Greg Oden… Unos por lesiones, otros porque al final su techo estaba más abajo, otros por actitud y motivación.
El caso es que la posición de pívot se encuentra en un claro periodo de transición desde la retirada de Olajuwon.
Pero no se queda ahí la sombra de Hakeem, el baloncesto africano ha crecido gracias a su figura. Ayudó a que el deporte de la canasta se popularizase en todo el continente africano, que se paralizaba las noches de verano para ver a su ídolo pelear por el anillo. Mutombo, Manute Bol, Olowakandi, Luol Deng, Ibaka, Biyombo.. ejemplos claros de la globalización del baloncesto y fieles admiradores del pivot que triunfó en Houston.
La gran mayoría jugadores africanos de más de 205cm son jugadores interiores con gran condición física, que llevan la defensa hasta su máximo exponente, grandes atletas, todos juegan por encima del aro con gran facilidad, intimidadores de primer nivel y piezas importantes en sus equipos.
La alargada sombra de Hakeem, el niño que quería ser portero y que terminó ganando un oro olímpico junto a Michael Jordan no tiene fin. Muchos serán los que se compararán con él, pero pocos o ninguno llegará a su nivel. El bailarín de Nigeria. Hakeem “The Dream” Olajuwon.