La previa de la gran Final: Heat vs Spurs

Analizamos las claves principales de las Finales

Esta noche, a las 3 de la madrugada hora española, en el AT&T Center, comienzan las finalísimas de la NBA en la temporada 2013-2014. Se enfrentarán los vigentes campeones, los Miami Heat de LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh y los eternos San Antonio Spurs de Tim Duncan, Manu Ginobili y Tony Parker.

Los Heat se podrían convertir en la cuarta franquicia en lograr un ‘three-peat’ (tras Celtics, Lakers y Bulls), mientras los Spurs se podrían convertir en el equipo campeón con más jugadores nacidos fuera de Estados Unidos (8).

Recordemos que estas dos franquicias firmaron 7 épicas batallas el pasado año de las cuales los de Florida salieron victoriosos, gracias en parte a un apoteósico e inverosímil triple de Ray Allen a la postre de un rebote de Chris Bosh.

No se repetían unas mismas Finales desde 1997 y 1998, cuando los Chicago Bulls de Michael Jordan y Scottie Pippen vencieron por dos veces consecutivas a los Utah Jazz de John Stockton y Karl Malone.

Por muchos datos que revisemos y cábalas que hagamos, el baloncesto nos llevará, como siempre, la contraria a todos los devotos de este maravilloso deporte. Aquí os traemos nuestras claves por ambos bandos.

Las tres claves principales de Miami:

Defensa sobre el movimiento de balón de Spurs. Por todos es sabido que los San Antonio Spurs son el equipo del «nosotros» por excelencia. Está filosofía, promovida por el maestro Gregg Popovich, lleva 15 años causando estragos en todas y cada una de las defensas que pasan por el AT&T Center. Pero, igual de cierto es que si hay un equipo preparado para contrarrestar en la medida de lo posible los efectos del excelso movimiento de balón de los tejanos ese es el de Miami Heat. El fenomenal sistema defensivo ideado por Erik Spoelstra, basado en una asfixiante presión sostenida por un genial juego de ayudas es, probablemente, lo más cercano a una antítesis de la ofensiva de SAS. Miami deberá mantener el nivel defensivo del Game 6 de las Finales de Conferencia contra los Pacers.

Chris Bosh. El papel del ala-pívot marcará, en gran medida, la suerte de los Heat en estas finales. Y es que el tercer eslabón del ‘Big Three’ de los de Miami se batirá, nada más y nada menos, que con el mejor PF de la historia de la NBA, el pletórico Tim Duncan, que pese a sus 38 años sigue manteniendo un nivel realmente extraordinario. Bosh, además, debe exhibir un dominio bajo los aros tal como el mostrado en el sexto encuentro ante Pacers o las finales de 2012 ante Oklahoma City Thunder, en las cuales alcanzó la cifra de 10 capturas por contienda. No es algo muy habitual en su juego últimamente, pero sí puede hacerlo. Eso sí, ante un equipo inexperto y un juego interior formado por un jovencísimo Ibaka y un Perkins muy venido a menos desde su partida de los Celtics. Igual de sustancial será su cometido ofensivo, que tiene que tender su mano a Dwyane Wade y LeBron James, aprovechándose de la atención que acaparan estos y la capacidad de pase que ostenta James, factores de los cuales Bosh debe sacar partido, ya sea por fuera, como es normal en él, o pisando la zona, lugar en el que se prodiga menos.

Invitados inesperados. En toda fiesta suelen colarse invitados de excepción a los que nadie esperaba. Esto es perfectamente extrapolable al baloncesto. Sin ir más lejos, en los dos campeonatos que han ganado los Heat de manera consecutiva, jugadores de poca enjundia y papel minimalista se pusieron la careta de superhéroe para acabar siendo cruciales en ambos triunfos. Mike Miller en 2012 y 2013, Shane Battier, Ray Allen o Norris Cole. Todos estos secundarios de lujo constaron de su importancia en muchos choques de las últimas finales disputadas por los de Miami. Veremos si en este ocasión se da también un caso similar.

Las tres claves principales de San Antonio:

El estado físico de Tony Parker. El base francés llega renqueante, de nuevo, a unas Finales. El año pasado también sufrió una lesión en el Game 5 que restó las posibilidades de los Spurs en los Games 6 y 7. El tobillo de Parker le lleva dando guerra durante los actuales PlayOffs desde el principio, de hecho, no jugó la segunda mitad del Game 6 contra los Thunder. Además, al problema en el tobillo se le une una molestia en el tendón de la corva, que según sus propias palabras, le lleva molestando desde la serie ante los Trail Blazers. El point-guard europeo ya ha declarado que los 5 días entre el partido contra OKC y las Finales le han servido para recuperarse en gran medida. A pesar de no estar para nada al 100%, aún así Parker ha promediado en 18 partidos de estos PlayOffs: 17.2 puntos (48.7% TC; 34.8% T3; 72% TL), 2.4 rebotes, 4.9 asistencias, 0.6 robos, 2.9 pérdidas en 30.2 minutos.

Minimizar la influencia de LeBron James. Puede ser la clave más importante de la eliminatoria por el título. Parar a LeBron James significa parar a los Heat. Y los Spurs tienen las herramientas necesarias para lograrlo, por muy complicado que parezca. Kawhi Leonard será su defensor principal y ya demostró en las Finales del año pasado que sabe cómo defenderle, aprovechando su movilidad y físico para negarle las penetraciones y obligándole a lanzar desde media y larga distancia. Además, Boris Diaw ya ha demostrado que puede defender a ‘The King’ ya que, a pesar de su voluptuoso cuerpo, es mucho más rápido de lo que parece y aprovecha su alto conocimiento del juego para negarle las zonas en las que el alero de Akron es más peligroso. Para defender a James también se necesita una defensa correctamente engrasada que llegue a las ayudas cuando va a desbordar a su defensor y después cubrir al jugador que queda libre en esas ayudas, por suerte para ellos, si algo hace bien San Antonio es eso, en gran parte gracias a la genialidad táctica de Gregg Popovich.

Dominar la pintura y el juego de banquillos. Claro está que la superioridad en ambos aspectos de los Spurs es manifiesta, pero deben plasmarlo en la serie ante los Heat, que en los momentos decisivos siempre tienen a algún jugador secundario que da un inesperado paso hacia delante. Comenzando por el dominio de la pintura, un juego interior compuesto por Tim Duncan-Tiago Splitter-Boris Diaw es muy superior sobre el papel al formado por Chris Bosh-Udonis Haslem-Chris Andersen, por lo que se espera que haya una gran diferencia de rebotes a favor de SAS y una superioridad en ambas zonas de los de El Álamo. En cuanto a la ‘guerra’ de los banquillos, el de San Antonio es de más calidad y también más profundo. Aquí hay que señalar, otra vez, a ‘Pop’, que ha formado una segunda unidad profunda al mantener su importancia da la regular season en postemporada. Se fue Gary Neal, pero llegó Marco Bellinelli. Y, sobre todo, jugadores como Patty Mills, Boris Diaw y Manu Ginobili han dado un paso adelante con respecto a 2013. Mills sigue siendo el jugador rapidísimo que era, pero ahora tiene un 43% en triples y casi no pierde balones. Boris Diaw ha incrementado su importancia en el equipo y su juego dentro-fuera sigue siendo devastador (además viene de completar unas grandes series vs OKC). Por último, Ginobili parece en ocasiones el de hace 7 años y su capacidad para anotar y llevar el ataque son devastadoras.

Las lesiones también pueden jugar un papel importantísimo debido a que el estado de jugadores tan importantes como Dwyane Wade y Tony Parker está en el aire.

El último factor es la batalla de head-coaches, que en principio se decanta del lado de Gregg Popovich, aunque Erik Spoelstra es otro gran entrenador, especialmente en los ajustes entre partidos y durante ellos.

Artículo realizado por Sergio Rodríguez Nicolás y Javier Sámano Lucas

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