Pat Riley, presidente de Miami Heat: “Estábamos emocionados por draftear a James hace un año y estamos impresionados por el crecimiento de su juego en Puerto Rico y en la Summer League, al igual que su gran experiencia en Australia, liderango a Perth al campeonato. Esperamos con ansias la infusión de energía que traerá a nuestra plantilla».
Con muchos elogios y halagos, el presidente del Miami Heat dio la bienvenida a un cuasi-desconocido James Ennis a la NBA. Sin fuegos artificiales, reconocimientos internacionales o grandes contratos publicitarios, el alero de 24 años llegó desde la lejana liga australiana, y la no tan lejana puertorriqueña, para sorprender a propios y extraños en la Summer League y hacerse un espacio en la plantilla del Heat como una de las esperanzas para evitar sufrir demasiado la partida de LeBron James.
La segunda ronda no suele ser la parte más atractiva del Draft, y son muy pocos los que mantienen la atención al llegar a la selección número 50, por lo que resulta más que comprensible que pocos hayan expresado asombro o pena cuando, a los pocos días de su selección en el Draft del año pasado, se anunciaba que seguiría su carrera en Australia. Los beneficios económicos de partir a Oceanía en lugar de iniciar en el baloncesto de la D-League fueron razones suficientes para que llegue a los Perth Wildcats. Una vez allí, el joven Ennis destacó inmediatamente, logrando los honores de ser seleccionado como parte del primer equipo del All-NBL, quedar tercero en la votación por del MVP de la liga, y liderando su equipo hacia el campeonato, promediando 21,2 puntos, 7,1 rebotes y 2,1 asistencias, con un 46,8% en tiros de campo.
Su actuación en Australia fue suficiente para que considerase que era hora de llegar a la NBA. Por eso, se dirigió a Norteamérica donde, después de un muy breve paso por la liga puertorriqueña, participó en la Summer League para el Miami Heat, y demostró que su momento en la liga más importante de baloncesto del mundo había llegado.
Resaltando desde el inicio con un buen partido ante los Boston Celtics, y teniendo su momento de gloria ante los Brooklyn Nets, partido en el que se pudo apreciar sus fortalezas ofensivas al lograr 29 puntos en menos de 26 minutos de juego, James Ennis fue la gran figura del Miami Heat en la Summer League, opacando a un Shabazz Napier cuya relevancia mediática era mucha más.
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Como bien dijo Riley en la cita, Ennis promete sumarle energía a un equipo que verá como su velocidad disminuye radicalmente por la partida de James. Su atletismo, permitiendo mantener una marca personal muy firme, sumado a sus habilidades en el tiro, promediando 15,5 puntos y 51% en tiros de campo durante esta última Summer League, son las principales ventajas con las que cuenta. Del otro lado, entre las principales debilidades se encuentran la falta de precisión en el control del balón junto a las falencias en su capacidad asistente, aunque ambas variables son capaces de ser perfeccionadas, más aún si consideramos que solo cuenta con 24 años.
El principal problema que tendrá el jugador en su proceso de adaptación a la NBA no será por cuestiones de capacidades en el juego, sino por estructura y plantilla del Miami Heat. La superpoblación de personas en la posición de alero, contando ya con Luol Deng y Danny Granger como notables figuras, y la ausencia de un respaldo consistente a la posición de escolta donde Wade da más incertidumbres que seguridades por sus problemas de lesiones, parecen avecinar que Ennis deberá ocupar el rol de reemplazo del histórico escolta, teniendo que adaptar tanto su juego como su posición en la cancha. Algo no sencillo, y mucho menos para alguien sin experiencia en la NBA.
Aún es muy temprano para saber si Ennis podrá o no cumplir con las esperanzas de los fanáticos del equipo de Florida, quienes buscan desesperadamente una nueva superestrella a la cual adorar. Lo que parece ser seguro es que el jugador hará lo posible para ganarse un puesto que viene buscando ya hace un año. Y si para algunos les resulta difícil pensar en la posibilidad de que un jugador seleccionado en el puesto número 50 del draft llegue a ser la figura de un equipo, solo deben recordar al máximo reboteador de la historia del Miami Heat, quien ni siquiera fue drafteado.