Han pasado ya varios días desde que la polémica sacudiese a los Atlanta Hawks, después de la dimisión de uno de sus propietarios, Bruce Levenson, por el envío de varios mails de contenido racista y la reciente controversia originada por su General Manager, Danny Ferry, debido a comentarios ofensivos en la agencia libre hacia el jugador de origen africano Loul Deng.
El jugador de los New York Knicks, Carmelo Anthony, se ha pronunciado con respecto al conflicto.
Melo se encontraba en un campus de Manhattan poniéndose a punto para la temporada cuando fue preguntado sobre el escándalo racial que ha salpicado a los Hawks:
«Atlanta es una gran ciudad, con un gran mercado, ambiente y personas, pero esos comentarios estuvieron totalmente fuera de lugar.»
«Ningún propietario ni General Manager debería decir eso. Como jugadores buscamos un sitio donde podamos asentarnos con nuestra familia, hacer una vida saludable en un entorno cómodo. Pero, en nombre de mis compañeros, nunca nos fijaríamos en un equipo con una situación así.
Con estas declaraciones, que no dejan indiferente a nadie, el alero de los Knicks deja más que clara su postura frente a las ofensas racistas que estos días sacuden la liga, y es que si un jugador de la talla de Carmelo Anthony, considerado como una de las grandes figuras de la NBA, hace estos comentarios sobre tu equipo es que algo has hecho realmente mal.
100% de acuerdo con Carmelo, yo fuera juegador de Atlanta y resindiera de mi contrato especialmente Al Hordford, que es dominicano y los demas de la plantilla que sean de color, porque en pleno 2014 eso no debe permitirse, y dejar que su gm se le unda la franquicia.
Carmelo peca de oportunista porque sabe que en el famoso informe también hablaban de él (de que las podía enchufar de cualquier lado pero que podía hacer daño de multiples formas a su equipo), y además Atlanta es un rival de los Knicks en el Este…
También se sabía que Sterling era racista hace años y no creo que influyera para mal en los Clippers.
No creo que Levenson ni Ferry fueran racistas, sino más bien muy torpes y perezosos para arreglar el problema de la asistencia al campo y por no corregir un informe externo.