La versatilidad del australiano está resultando muy valiosa ante la plaga de lesiones que ha sufrido la franquicia mormona. A sus 27 años, Ingles es un rookie atípico, nadie esperaba que se fuera a quedar mucho tiempo cuando los Jazz adquirieron sus derechos, pero en estos momentos se ha convertido por méritos propios en un jugador importante en la rotación de Quin Snyder.
Cuenta con un amplio bagaje en el basket FIBA, lo que le confiere una ventaja competitiva en la liga, lo cual demuestra en la cancha en ocasiones sacando a sus rivales del partido. Su carácter afable y su compromiso han hecho de él una pieza útil en el vestuario. A medida que la temporada va progresando, Ingles hace lo propio. Se estableció casi de inmediato como uno más en la rotación, normalmente saliendo desde el banquillo, y se ha convertido en un jugador importante en el juego combinativo y a menudo sostiene la segunda unidad del equipo. No es un gran anotador pero puede rebotear, asistir, mover el balón, y es un buen defensor. Con las lesiones de Hood y Burks ha gozado de la titularidad y ha rendido a un alto nivel. Su entrenador sabe que puede contar con él.