Salah Mejri como muchos otros niños o adolescentes en Jendouba, jugaba al fútbol, lo hacía de mediapunta, siendo muy alto y bastante bueno. Lo cierto es que por aquel entonces no sabía que se había equivocado de deporte…
El director deportivo de la región montañosa de Jendouba se quedó boquiabierto en una competición escolar al ver a un joven de 2.02 metros practicando fútbol en lugar de baloncesto. Lo gracioso de aquella época es que Salah no sabía lo que era el deporte de la canasta y es que hasta los 18 años no supo que era tocar un balón naranja. Así comenzaba la sorprendente historia del interior que actualmente milita en el Real Madrid y el cual está siendo seguido por los Cleveland Cavaliers.
Aquel hombre le mostró como cambiar su futuro por completo y tanto es así que le hicieron una prueba.
“Vieron que podría correr rápido y que era bastante ágil y flexible”.
Todo cambió muy rápido para él. Le ofrecieron ir a la Universidad y jugar con el equipo junior de Etoile du Sahel. Comenzó su andadura pero sin que le llegase a gustar el deporte que comenzaba a practicar.
“Era muy malo y la gente se reía de mí, así que no era feliz jugando”
Pese a su inexperiencia a los 18 años era capaz de hacer cosas únicas en la pista, hasta que con 22 años le llamaron para jugar en la selección absoluta.
“Me dijeron que hiciera cosas fáciles: correr, coger rebotes, hacer palmeos y poco más… Mucha gente en Túnez protestó mi convocatoria. En la selección fue cuando comencé a progresar de verdad”
En 2009 ayudó a su gente, sin tener un papel reseñable, a lograr la clasificación para el Mundial gracias a la medalla de bronce en el Afrobasket. En la siguiente edición se proclamaría campeón y MVP tras una exhibición defensiva al alcance de muy pocos.
“Túnez nunca había ganado el Afrobasket. Nunca se había clasificado para unos Juegos Olímpicos. Nunca un tunecino había sido nombrado mejor jugador…”
En el verano de 2010 se convirtió en el primer tunecino en firmar un contrato profesional en una primera división del viejo continente, llegó al Antwerp Giants belga. Disputó allí dos temporadas, en las que era habitual ver a algún scout de la NBA frotándose los ojos en sus partidos o entrenamientos, y es que no es habitual ver a un jugador de 2.17, veloz y jugando por encima del aro.
Su presencia en los Juegos Olímpicos de Londres valió para que el Obradoiro se fijase en él y lo trajese a España. Para muchos seguía siendo un jugador en formación, y es que tan solo pasó dos temporadas y media como bagaje de primer nivel. A su llegada a Santiago realizaba dos sesiones semanales de tecnificación para continuar progresando en determinados aspectos.
“Siempre está dispuesto porque tiene mucha hambre. Quiere ser alguien. Cree que puede abrir un camino para los que vengan tras él. Nosotros hemos visto una evolución clara en estos meses que lleva con nosotros y todavía mejorará más” -señalaba su entonces técnico, Moncho Fernández tras unos meses juntos.
Se le veía como un chico inteligente con ganas de comerse el mundo. Mejri es diplomado en Ingeniería Electrónica y habla diversos idiomas.
“Es muy trabajador, esa es su mayor virtud. Lo que necesita es adquirir la capacidad de jugar concentrado todos los minutos que está en pista. Cuando lo consiga será muy importante” -relataba José Luis Mateo, director general del club gallego.
Eligió Santiago porque sabía que era el lugar idóneo para progresar como jugador e ir adquiriendo nuevos dotes que le llevasen a adquirir un nombre que se ha ido ganando con el paso del tiempo. Cuando se cambió de deporte se veía a sí mismo como a un jugador con ciertas limitaciones, pero gracias a su constancia y el tener paciencia en los momentos complicados pudo cambiar la historia.
“Tapones y mates son cosas fáciles para mí. Es lo único que sabía hacer cuando empecé a jugar”
El pívot renunció a ofertas de Siena, Alba Berlín, GBC e incluso una prueba de una franquicia de la NBA, para llegar al Obradoiro. Viendo cómo ha transcurrido su historia parece que no se equivocó. Tanta buena fue su evolución en su primera campaña en la Liga Endesa que fue nombrado Jugador Revelación y mejor taponador de la liga, promediando. 9.3 puntos, 5.4 rebotes, 106 tapones y 11.1 de valoración en 20 minutos. No pasó desapercibido para nada, tanto es así que el Real Madrid le puso los ojos encima hasta que se hizo con sus servicios para mejorar la pintura blanca con un gran intimidador como es el africano.
Con la elástica blanca se convirtió en el tercer jugador más alto de la historia del Club y el mejor en porcentaje en tiros de dos (66.1%). El cambio pudo ser muy grande, ya que pasó de comenzar a practicar el baloncesto a una edad avanzada a formar parte de uno de los mejores equipos de Europa en tan solo 9 años. Se proclamó campeón de la Supercopa y de la Copa del Rey, teniendo un tol menor que el que tuvo en Santiago. El equipo alcanzó también la final de la Liga Endesa donde cayó ante el FC Barcelona y en su primera final de la Euroliga el Maccabi de Tel Aviv demostró tener una mentalidad muy superior a los de Pablo Laso. David Blatt el entrenador rival, se marchó a la mejor liga del mundo para dirigir a los Cleveland Cavaliers que cuentan con LeBron James en sus filas y que según ciertos rumores apuntan que podrían estar interesados en incorporar al pívot tunecino.
Esta temporada se ha adjudicado Supercopa y la Copa del Rey sin contar para los planes de Pablo Laso en esta segunda competición. El interior cuenta con pocos minutos en el Real Madrid y finaliza contrato este verano, lo que ha despertado especial interés en la NBA. ¿Terminará jugando al lado de King James?
No podemos saber con certeza lo que sucederá, pero lo que está claro es que aquí tenemos un claro ejemplo de que nunca es tarde para comenzar algo nuevo. Si él no se lo hubiera propuesto probablemente hoy no sería el jugador que es.