Nadie —y cuando digo nadie me incluyo— apostaba por tener a los Dallas Mavericks cuartos de la Conferencia Oeste con un record positivo de 11 victorias y 8 derrotas. El objetivo real debía ser terminar la temporada regular con una marca cercana al 50% de victorias y llegar a los PO según el nivel del resto de rivales. Con casi un cuarto de la temporada ya disputada y con teóricos equipos de PlayOffs un poco en el limbo (Rockets, Clippers y Pelicans), los objetivos de los Mavs empiezan a mirar un poco más hacia arriba —hablamos de no sufrir mucho para meterse en la postemporada y, una vez allí, no ser aplastado por el GSW o el Spurs de turno—.
Viendo la plantilla en septiembre había un problema: El estado de forma de Nowitzki y los «parches» Williams y Pachulia podía ser una gran losa insoportable tratándose de jugadores muy importantes, sobre todo al principio con los problemas de lesiones. Pero Cuban, Carlisle & company han acertado en todas sus apuestas… Y es que sienta muy bien que los planes salgan bien:
Dirk Nowitzki, del Draft del 2010 de toda la vida
El alemán no parece un jugador que llegó a la NBA en el penúltimo Draft del siglo XX y que tiene 37 años con más de 1300 partidos en sus piernas, sino más bien un jugador de veinte tantos en su plenitud física.
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Estaba claro que Dirk iba a seguir siendo el líder espiritual de este equipo, es historia viva de los Mavs; pero había más dudas sobre si podía aguantar la exigencia de ser el líder sobre el parqué, y ahora haber dudado de eso parece una blasfemia. Ha sabido adaptarse a las necesidades del equipo y a sus lógicas, aunque no tan evidentes, limitaciones físicas; anota menos, rebotea menos y asiste menos que en otras temporadas, pero lanza mejor que nunca. Un papel no tan destacado como en otras ocasiones pero, tal vez, más útil que nunca.
Mientras Parsons y Matthews suben el nivel para heredar (o al menos eso se espera de ellos) el trono del canciller alemán, Nowitzki sigue en primera línea de fuego, sigue siendo clave y ganando partidos para los Mavs como contra los Clippers en Dallas o contra los Celtics en Boston.
Deron Williams, mejor cuanto más cerca esté de Utah
Indudablemente —y confirmado por el propio jugador— Deron Williams no volverá a ser el jugador que asombró en los Utah Jazz y que llegó a promediar un 20-10 de puntos y asistencias. Pero nadie se esperaba ver a este Williams después de ser despedido por los Brooklyn Nets. El base venía para completar la plantilla, para sustituir al hermano gemelo malo de Rajon Rondo (solo disponible en versión Mavs) y ha terminado siendo uno de los mejores bases que han tenido los Dallas Mavericks en muchos años. Además, ese look a lo Vince Carter que se ha dejado no terminaba de convencer.
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En los partidos se ven dos equipos diferentes según esté o no en pista. Con poca pretemporada encima y con un mínimo tiempo de adaptación necesario, estamos ante un Deron eléctrico y determinante, que gana partidos, decisivo tanto en ataque como en defensa (está siendo una de sus mejores temporadas en robos). Una versión de Williams que es una gran alegría y una sorpresa para los Mavs, parece que alejarse de las luces de Nueva York han liberado al base.
¿Zaza Pachulia? ¡Zaza Pachulia!
No existe otro tipo de título más apropiado para lo que está haciendo el pívot. Llegó desde Milwaukee Bucks a cambio de una futura segunda ronda del Draft, unos crispy tacos y unos cuantos posters de DeAndre Jordan con la camiseta de los Mavericks, que ha habido excedente, y está dando el mejor rendimiento de su carrera. El parche de DAJ se ha convertido en la mejor solución, y que nadie descarte que termine en el All-Star.
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A sus 31 años y tras 12 temporadas en la mejor liga del mundo se ha aposentado en el doble-doble. Estamos ante su tercera mejor temporada anotadora con 11.1 puntos por partidos y ha mejorado considerablemente en el rebote, promedia 10.2 rebotes por partido mientras que su mejor cifra hasta ahora había sido de 7.9, dos veces. También está en sus mejores números taponadores, aunque sigue sin ser su mejor cualidad, llegando solo a los 0.6 tapones por partido.
Y estos son solo los más destacados, pero tampoco hay que olvidarse del regreso de Felton o de la revelación de Powell. De momento la vida sonríe en Dallas, la cuestión es… ¿Cuánto durará?