Los Houston Rockets recibían a los Minnesota Timberwolves en un duelo en el que los locales buscaban afianzar su puesto en los playoffs del Oeste, mientras que los visitantes intentaban romper de una vez por todas la mala racha que les persigue hasta el momento. En este partido los Rockets no podrían contar con Beverley, por problemas personales, mientas que en los Wolves faltaría Garnett por descanso.
Comienzo fuerte de los Wolves, cargando su zona interior con Pekovic y Towns, pero los Rockets respondieron rápidamente para igualar el marcador, con sus fuerzas exteriores encabezadas por un Harden que comenzaba a coger las riendas de su equipo. Malas decisiones en ataque de ambos equipos, que los ponía con varias pérdidas ya en un temprano primer cuarto. Baloncesto de rachas, con parciales que iban y venían de cada lado de la cancha y que hacían variar mucho las diferencias. Con un parcial de los Rockets se llegó al final, aunque un triple lejano de Bjelica le daba un 24-23 de ventaja a los Timberwolves.
Ese parcial de los Rockets continuaba en el inicio del nuevo cuarto, permitiéndoles llegar hasta una ventaja de 10 puntos. Los Wolves se intentaban apoyar en hombres como LaVine o Muhammad, pero eran incapaces de transformar sus tiros. Con la entrada de los titulares, las diferencias continuaban estancadas. En esta ocasión, Houston intentaba que Howard entrase en juego, ya que no había aparecido en todo el partido, pero este terminaba siempre en la línea de tiros libres. Mientras, en los Timberwolves, Martin intentaba comandar una remontada de su equipo a base de tiro exterior. De hecho, llegaron a ponerse a solo 1 punto, pero Harden comenzó a anotar como él sabe para recuperar la ventaja, llegando al descanso con una ventaja de los locales por 50-57. Caben destacar las 12 pérdidas de cada equipo, los 2 puntos de Howard y los 10 rebotes de Towns.
En el tercer cuarto las diferencias seguían estabilizadas en torno a los 7 puntos. A partir de este período sí que comenzó a aparecer Dwight Howard para los Rockets, además del propio Harden, que lo notaban pudiendo fluir más el balón entre dentro y fuera de la zona. Para los Wolves, era Wiggins el que aparecía para mantener la distancia en el marcador. La misma tónica continuaba a lo largo de todo el cuarto, anotaban unos, les respondían los otros, con gran acierto en tiros de campo, lo que hacía que hubiese una buena anotación. Acercándose al final de cuarto, y gracias a una aparición de Prince, con varias canastas seguidas, permitieron a los Wolves ponerse a solo 3 puntos. Así acabaron llegando con un 81-77 favorable a Houston a falta del último cuarto.
Los Wolves comenzaron bien, recortando las diferencias y poniéndose de nuevo por delante, pero los Rockets volvieron de nuevo con Howard y buenas defensas a poner una ventaja de hasta 9 puntos. A pesar de eso, los Wolves se recuperaron rápidamente y en dos minutos, con 2 triples, empataron el partido a 93. A partir de ahí se abriría un nuevo partido a falta de 7 minutos. La bola de los Rockets pasaba por Harden, la de los Wolves, por Wiggins. Pero la experiencia de Harden valía más, y conseguía junto a sus compañeros, poner ligera ventaja cimentada sobre una buena defensa. Entrarían a falta de un minuto para el final con solo 3 puntos de diferencia. Harden fallaría en los ataques de Houston, pero Martin fue incapaz de anotar el triple que llevaría a la prórroga. Los Rockets se llevan la victoria 107-104, apoyados en los 27 puntos y 11 asistencias de un Harden que consiguió alcanzar los 10.000 puntos en su carrera y en el doble-doble de Howard, 15-10. Mientras en los Wolves liderarían Martin y Wiggins, con 22 y 28 puntos respectivamente.