Tras presentar su candidatura a presidente de la NBA, esgrimiendo como la mayor de sus promesas electorales el cambio de logo de la asociación (por uno de sí mismo), Evan Turner se presenta a unas nuevas elecciones y, ciertamente, los sondeos le colocan en mejor posición que en su carrera por la presidencia.
Dejando atrás una temporada en la que había brillado y encontrado su sitio en el quinteto titular tras años vagando sin rumbo y sin el balón en sus manos, Evan Turner se enfrentaba a su año de confirmación, una campaña en la que debía reafirmarse como el base del equipo y guiar a los Celtics a nuevas metas. Pero Brad Stevens no tenía los mismos planes, y lo que surgió como una solución de emergencia ante la salida de Rondo, concluyó en favor de Marcus Smart en un inicio, para terminar en manos de Isaiah Thomas.
Con las estadísticas avanzadas a un lado, y la lista de jugadores en el otro, Stevens se pasó la primera mitad de la temporada buscando la mezcla perfecta, tanto para la primera unidad como para la segunda, y logró dar con la fórmula cuando otorgó a Turner el poder entre los suplentes, coronando al #11 como dueño, señor y alpha dog del banquillo de los Celtics.
Algunos pensarán que «en el país de los ciegos el tuerto es el rey», pero la segunda unidad de los Celtics está sacando adelante muchos partidos, aportando claridad cuando los titulares no ven el aro, y su líder se ha echado el equipo a las espalda tanto en los segundos cuartos como en los últimos, valiendo este nivel de juego un puesto seguro en la lucha por el premio al mejor sexto hombre del año.
¿Qué avala al candidato Evan Turner?
Siendo el corazón que bombea la sangre de la segunda unidad, Turner promedia 10,1 puntos 4,8 rebotes y 4,4 asistencias, que están ayudando a los Celtics en su lucha por la tercera plaza del «cada año más salvaje» Este.
Haciendo gala de su modestia por todos conocida, el candidato Turner se alejaba de tal consideración:
«Intento ser eficiente y jugar de la manera correcta con todas mis fuerzas», decía para el Boston Globe. «Hacer lo que diga el entrenador y jugar duro. Pienso que el premio al mejor sexto hombre del año es para grandes anotadores desde el banquillo. La liga está llena de anotadores. Hasta cierto punto, la gente no llega a comprender lo importantes que son las asistencias y los rebotes a lo largo del partido«.
Si bien la anotación es un factor crucial a la hora de decidir el ganador, Turner entiende que hay cosas más importantes a la hora de valorar:
«No creo que la gente entienda lo importante que es hacer de todo, lo que significa aportar en todos los apartados«, decía Turner. «No lo valoran correctamente. Quiero decir, que yo estoy preocupado por el equipo y el conjunto».
El último ganador, Lou Williams, promedió con los Raptors 15.5 puntos 2,1 asistencias y 1,9 rebotes por partido la temporada antes de cambiar el frío, y las victorias, por el sol y las despedidas.
Evan Turner no encaja en este molde de sexto hombre anotador, pero si él no lo gana, ¿quién podría hacerse con el premio?
El jugador que más encaja en ese molde es Jamal Crawford, dos veces ganador, que promedia 13,9 puntos, 2,1 asistencias y 1,8 rebotes por partido. Otros con un perfil parecido serían Jrue Holiday (16,1 puntos, 6 asistencias, 2,9 rebotes), Ryan Anderson (16,6 puntos, 6 rebotes, 1 asistencia) o Will Barton (15 puntos, 6,1 rebotes y 2,4 asistencias), grandes temporadas pero todas ellas bajo la sombra de equipos perdedores, y este premio normalmente no va a parar a manos de jugadores con camisetas de equipos en negativo. Los Pelicans tienen un récord paupérrimo, y el factor sorpresa que ha causado Barton, se diluye cuando miras el casillero de los Nuggets. Si bien un buen par de mates hagan recuperar votos al escolta, nuestro candidato no se queda atrás:
Obstáculos en el camino, pero él está convencido de que su mayor rival es la percepción que provoca a la gente:
«Algunos pueden decir, ‘Ey, el tiene problemas con esto.’ Y yo pienso, ‘estoy cerca del triple doble todas las noches.’ » decía Turner. «Al final del día, no puedes discutir con gente que no quiere comprender. El hecho es que es marzo, y estamos hablando del sexto hombre, probablemente llegue dos meses tarde. Realmente no significa mucho para mí, porque voy a seguir tratando de jugar de la manera correcta«.
Sus números no lucen como los del resto de aspirantes, quizás no anote a la par de los antiguos campeones, pero Turner es el líder de la segunda unidad del tercer mejor equipo del Este, e indudablemente estará en la lucha por hacerse con el trofeo al mejor sexto hombre del año, aunque a él no le importe demasiado:
«He escuchado todo eso sobre lo del 6º hombre, pero no os pongáis nerviosos, siempre seré el número #1 en el corazón de vuestra chica» (Tweet acompañado de una foto suya en el instituto que posteriormente borró)».
A Evan Turner yo le llamaba antes «el astronauta» por tantas veces que le veía en la luna. Ahora lleva un tiempo jugando a un gran nivel,hasta se esfuerza en defensa,talento en ataque nunca le ha faltado,quizá medir mejor los riesgos de algunos pases que intenta….
Para mi tiene cualidades para aspirar a ese premio todos los años si el quiere, si fuera regular….actualmente no le veo al nivel de merecer ese premio,se me pasan por la cabeza muchos nombres antes que el suyo,le falta dar un paso adelante,lo dará?
Hay un tipo de jugadores que desde el primer momento encantan a los entrenadores,ven en ellos personas que han nacido para jugar a este deporte,talento innato,y siempre esperan grandes cosas de ellos,y siempre acaban decepcionados y desgastados por que no cumplen con las espectativas. Turner me recuerda eso.
No seas eso Evan Turner,no seas un Julián Gorospe de la vida!
Yo creo que su mayor competidor es Crawford, el resto tienen récords demasiado malos, ¿tú a quién ves levantando el trofeo?
No se olviden de Kanter
Enes Kanter por números si que podría estar en la pelea, tampoco quise poner a todos (Oladipo o Lin faltan también), pero es que con Kanter en pista los Thunder son mucho peores, y entiendo que el premio debería llevárselo un jugador que ayude a ganar desde el banquillo.