En la pasada madrugada, Minnesota visitaba el Oracle Arena por primera vez en la presente temporada, con el objetivo de fastidiar la anticipación que había en la bahía con alcanzar la victoria número 70, números de récord para unos Golden State Warriors que grabarían su paso por la historia de la NBA de conseguir esta victoria.
En el inicio de partido, los Golden State Warriors entraron al partido con una total concentración, de tal manera que en los primeros minutos de juego los dubs pasaron por encima de los Timberwolves como una apisonadora, llegando a colocar fácilmente una ventaja de 15 puntos en el electrónico, sin que apenas hubieran transcurrido 7 minutos del primer cuarto. El camino discurrió de forma similar durante el resto del cuarto, con el equipo local marchándose al final del mismo ganando 28-19.
En el segundo parcial, unos mermados Warriors siguieron por delante en el marcador, pero la dominación ejercida durante el primero se fue haciendo menos palpable, llegando a recortar los Wolves hasta los 3 puntos de diferencia, pero no sirvió para que los vigentes campeones entraran en pánico, que durante lo que restó de cuarto se colocaron en una estable ventaja de 10 puntos, marchándose 55-46 al intermedio.
A la vuelta del descanso, a pesar de que los Golden State Warriors seguían manteniendo su ventaja de forma estable, Minnesota fue amargando poco a poco la existencia de los chicos de Steve Kerr, disminuyendo hasta el mínimo la diferencia, lo que obligó al entrenador del equipo de la bahía a volver a sacar a los titulares. Sin embargo, y con muchas dificultades para conseguirlo, la reentrada de las estrellas devolvió las cosas a su orden lógico, finalizando el cuarto 86-78 para los Warriors.
En el último cuarto, Minnesota volvió a la carga e intentó remontar el partido, sacando otra vez a los titulares del banquillo, poniéndose a una más que peligrosa distancia en el marcador durante todo el cuarto, pero el devenir del partido poco parecía indicar que el partido iba a ser una derrota para los de la bahía. Por ello, en los compases finales, con Minnesota en los talones del equipo local, lo inevitable acabó produciéndose; los Wolves igualaron el marcador al término del cuarto, y el partido se marchó a la prórroga.
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En la prórroga, la moral del equipo de Minneapolis estaba por las nubes, y nada pudieron hacer los Warriors para frenar ese tren que arrasó por completo a los dubs en el tiempo extra. Finalmente, el coraje demostrado por los Timberwolves les sirvió para imponerse 124-117, y llevarse el partido.
Entre los jugadores más destacados, se debe nombrar por parte de los Warriors a Klay Thompson, con 28 puntos, y en el lado de los ganadores, a un muy eficiente Shabazz Muhammad, que finalizó con 35 puntos saliendo desde el banquillo, y a Andrew Wiggins, con 32 puntos.
El próximo partido de ambos equipos se jugará el jueves, cuando los Warriors recibirán a los San Antonio Spurs en el Oracle, mientras que los Timberwolves irán a Sacramento para jugar contra los Kings.
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