La mística ciudad de Boston estaba expectante a la tarde-noche del domingo y el juego cuatro de la serie entre Celtics y Hawks que llegaba 2-1 a favor de Atlanta, con Avery Bradley fuera y Kelly Olynyk apenas viendo minutos, se enfrentarían a un Paul Millsap de película que hizo hasta lo imposible por evitar la derrota de su equipo.
La primera mitad fue muy pareja, con rachas de ambos equipos y el trabajo de los entrenadores tratando de frenar el ataque rival. Pero lo mejor iba a estar reservado para la segunda mitad, cuando Atlanta iba a tomar ventaja de 16 puntos en el tercer cuarto y parecía tenerlo todo controlado con Millsap imparable, Bazemore atacando el aro y Korver machacando desde el triple que hacían las cosas cuesta arriba para Brad Stevens y sus pupilos.
Todo cambió cuando Isaiah Thomas consiguió un doble y falta, levantó al público que estaba atónito en sus asientos y desde ahí la atmósfera del partido fue completamente distinta. Pujando poco a poco, atacando ordenadamente y sin desesperarse, los Celtics fueron remontando hasta que en el último cuarto, Marcus Smart iba a sacar el mejor partido de su joven carrera, no solo por ser un complicado momento en los playoffs, sino porque despertó los mejores sueños de los aficionados verdes con penetraciones acrobáticas, una clavada imponente y hasta el tiro exterior que tan esquivo le fue esta temporada.
Con todo esto, Atlanta se las arregló para llevar el juego a la prórroga y tuvieron la posesión para ganar el juego, horriblemente desperdiciada por Teague, que desencadenó en un overtime dominado por Boston con el fenomenal trabajo de Isaiah Thomas e Evan Turner armando el juego de los orgullosos verdes. El resultado fue de 104-95 para Boston que logra llevar la serie al Philips Arena el próximo martes empatada en dos y frustar el gran partido de Paul Millsap que terminó con 45 puntos y 13 rebotes, superado por los 20 y 8 de Marcus Smart.
Smart me está empezando a tapar la boca, con partidos como el de anoche , soy de los que lo critican y espero siga con la misma garra lo que queda de la serie, jugando así nos va a despreocupar un poco menos la falta de Bradley
Tranquilo Sebastián,los celtics son tan irregulares e imprevisibles que a todos nos tapan la boca alguna vez, a mi muchas
Ah, una mención para Stevens un grandísimo acierto poner a Jerebko hizo otro gran partido
Mira por ejemplo Jerebko está tapándome la boca a mi pues no confiaba mucho en él como titular y lo está haciendo realmente bien
Ese tanto se lo apuntamos a Stevens y también a Andrés Villar que lo supo ver en su momento.
Enano del amor hermoso.
Smart odio cuando lanzas triples aunque últimamente los conviertes pero si amo enfermamente verte defender.
Jerebko tienes una linda muñeca y sabes moverte de lo lindo con los desplazamientos laterales.
Evan Turner siempre a la altura de los momentos importantes.
Crowder tu eres el Corazón de esto.
La verdad es que he aprendido a ser paciente y ver todos sus partidos hasta el último segundo, porque se que nunca se van a rendir y se van a ahogar con la botas puestas, Hoy me siento más que orgulloso de ser un fan de estos putos Celtics!
Smart me recuerda en algunas cosas intangibles a Rodman, aporta muchas cosas que, algunas suenan malsonantes, y otras todavía no se pueden valorar aritméticamente en las estadísticas. Ayer fue clave en la remontada, en ataque en los momentos calientes, pero sobretodo en la defensa a Milsap, que fue impresionante. Y eso sin desmerecer los partidos de, otra vez a gran nivel en este play off, Amir, Thomas, Turner. Las estadísticas dicen que con Smart en pista Boston ganó +24 puntos a Atlanta, y lo mejor de todo es que su partido no se explica sólo con eso, fue capaz de secar y desesperar a un All Star que había metido 43 puntos en 30 minutos, que le debe sacar unos 15 centímetros y 20 ó 25 kilos.
Mi enhorabuena a Ainge por draftear a un jugador que está demostrando en su segundo año en la NBA que tiene unas cualidades que sólo se pueden ver en un jugador de década en década. Hay grandes anotadores, grandes asistentes, grandes reboteadores, pero ha habido muy pocos jugadores que, con tan poco «talento» ofensivo, sean capaces de tener una influencia tan grande en partidos tan importantes como el de ayer. Y menos con 22 años.