«Necesito desconectar y hacer un poco de vida lejos del baloncesto antes de tomar una decisión final. Llegado el momento, lo haré.»
Con estas palabras tras la eliminación en manos de Oklahoma City Thunder, Timothy Theodore Duncan nos dejó en suspenso para saber si continuará como miembro del equipo en la Temporada 2016/17.
Después de sonar la chicharra final, Tim se dirigió hacia el túnel y elevó brevemente su mano en el aire. Los aficionados del Thunder comprendieron la magnitud potencial de lo que estaban presenciando y aclamaron por el «21». A diferencia de Kobe Bryant, que salió con una explosión – anotando 60 puntos en una victoria sin sentido en su propia cancha – Duncan salió tranquilamente en una derrota que lo tuvo como protagonista, con 19 puntos intentando llevar a sus compañeros a reponerse de un segundo cuarto fatal.
La gloria del nadador de Islas Vírgenes es la gloria de los Spurs de San Antonio; su escudo lo defiende desde 1997; a ellos les debe todo y a ellos le ha dado todo. Es leyenda viva de uno de los equipos más potentes de la mejor liga del mundo. De chico soñaba con ser nadador olímpico; una tormenta que destrozó la piscina del lugar donde vivía y nos dio la oportunidad de disfrutarlo como jugador de basquet. Tras el cristal de su vitrina de trofeos brillan cinco anillos de campeón de la NBA, algo que muy pocos baloncestistas poseen. Está en todo su derecho de pensar hasta el último momento si continuará o no.
El paso del tiempo se lleva todo por delante a su paso. Destruye, lastima y no tiene piedad. Su naturaleza no conoce la misericordia. Puede ser despiadado y lo es. San Antonio Spurs (y Tim Duncan) es el equipo que pasará a la historia por ser el adversario que mayor pelea le provocó al paso del tiempo.
De los mayores responsables del éxito de la franquicia texana en los últimos 20 años tenemos a su Coach, Gregg Popovich, y al mejor ala-pivot de la historia, el eterno Tim Duncan. Con sus triunfos rompieron el paradigma de lo que significa la victoria. Ganar, nos enseñaron que, no se trata de obtener el mejor resultado y endulzarse en las mieles del triunfo. Ganar es un camino que se construye paso a paso, con valores que trascienden al rectángulo de juego: Humildad, Trabajo, Solidaridad, Profesionalismo, Respeto, Amistad.
Con ese estandarte se erigió la carrera de Tim Duncan, tal vez deje una profesión que le adornó con 5 anillos y brillantes galardones, aunque lo mas importante es que se va con la frente en alto por haber sido ganador hasta en las derrotas. Tim es grande, y no por sus 40 años. ¿Es grande por todo lo que hizo? No, es grande por COMO lo hizo.
Es el jugador que le mostrare a mi hijo como lección de vida algún día.
En lo personal, me fui de mi país hace 19 meses, pasé mi primer año nuevo sin familia el 31 de diciembre del 2014. Ahí estaba Tim y toda la familia Spur disputando un partido contra los Pelicans, partido de brillante actuación del de Islas Vírgenes (Victoria 95-93). Ahí estuvieron sus pasos de ballet en la pintura, su tiro apoyado en el tablero. Duncan estuvo para que no extrañe tanto mi casa, ahora espero que no se retire para no extrañarlo a él. Tal vez el 6to juego contra OKC haya sido su último partido, me hace escribir y repasar los grandes momentos que me hizo vivir como espectador. Yo se que no me avergüenzo ni un poco de las veces que en altas horas de la madrugada grité TE AMO DUNCAN a la pantalla como buen fanático de su juego simple y efectivo; sueño con poder gritarlo 98 veces más en la siguiente temporada.
Su protagonismo, su peso como el «mejor 4 de la historia» ha mermado; ya no es el factor determinante de los Spurs; supo en esta temporada ceder el protagonismo a Kawhi Leonard y a LaMarcus Aldridge. La eliminación está muy fresca, será necesario que Tim se relaje y piense en frialdad si quiere convidarnos una temporada más. Recordemos que estamos hablando de un hombre de 40 años, tener dudas de su continuidad es otro galardón para sumarle.
La elección Nro 1 del draft de 1997, proveniente de la Universidad Wake Forest ha escrito su leyenda como el jugador que más ha influenciado en una franquicia desde el momento de su elección. Desde su desembarco en la NBA tuvo como compañero al gigante David Robinson y lejos de acomodarse bajo su sombra, con su temperamento de bajo perfil, logró brillar como estandarte de San Antonio Spurs. Cultor del juego en equipo, del bien común por sobre lo individual supo sembrar el respeto y admiración de los contrincantes (tanto entrenadores como jugadores)
El Básquet ya no será el mismo, será mejor. Con el peso de sus fundamentos no solo mejoró a sus compañeros, mejoró lo que conocemos como Básquet. Ese será el legado que trascenderá el paso del tiempo.
Gracias por todo Timmy.