Y al final sucedió. Ni los menos escépticos se hubiesen atrevido a firmar porque Kevin Durant acabaría en los Golden State Warriors. Y así ha sido. No hay vuelta de hoja. Miles de aficionados de los Thunder sienten una mezcla de rabia, impotencia y decepción ante la noticia del año. La ansiedad de KD por ganar el anillo ha acabado por diluir gran parte de las expectativas que tenía el equipo de Billy Donovan para la próxima temporada. La directiva hizo un gran esfuerzo la noche del Draft desprendiéndose de Ibaka por 3 jugadores. Tres jugadores que aportarían prometedoras cosas para el equipo, pero que Kevin no ha querido aprovechar e intentarlo una vez más. Te deseamos suerte en tu propósito y ojalá lo consigas porque te hemos apreciado un montón.
Todo parece un valle de lágrimas y desilusión para el aficionado Thunder. Pero no mucho más lejos de la realidad se vislumbra otro futuro, otro pORvenir. Y con él un líder que nos lleve de nuevo a lo más alto de la competición: a por el anillo. Un líder en el que creer, en el que confiar, en el que dejar en sus manos el balón decisivo de un partido y, sobre todo, un líder que lidere. Para ello, en Oklahoma todavía cuentan con un hombrecillo, que, a priori, parece cumplir todos esos requisitos: Russell Westbrook.
Sí, tú eres el elegido. Russell Westbrook, un tipo de 27 años, 1,91 metros y nacido en California. Un tipo capaz de lo mejor y de lo peor. Un tipo capaz de recorrer el campo entero en 6 segundos para finalizar con un mate descomunal. Un tipo que, por tus capacidades atléticas, te has convertido en el mejor base de la NBA a campo abierto y penetrando a canasta. Un tipo capaz de lograr 18 triples-dobles en una sola temporada, igualando al mismísimo Magic Johnson. Un tipo que ha sido 5 veces All-Star y dos veces MVP del mismo. Un tipo que consiguió ser el líder en anotación en la temporada 2014/2015 e intentando llevar prácticamente tú sólo a tu equipo a los playoffs con actuaciones inverosímiles. Un tipo leal al equipo que te drafteó, los Seattle Supersonics, que más tarde cambiaron de ubicación la franquicia a Oklahoma. Y allí fuiste tú. Un tipo que quizás ahora mismo estés pasando momentos muy duros tras saber que tu amigo, tu hermano, te abandona. Tu hermano, que te elogió hasta límites insospechados declarando que eras el mejor base de la liga. Ahora ya no está. Te ha partido el corazón a un tipo como tú, que precisamente eres todo corazón y entrega. Pero Kevin desconoce lo que esto supone, pues te ha liberado. Ha liberado a esa bestia que hay dentro de tu cuerpo y que seguro ya está deseando enfrentarse a tu «hermano». Sí, y digo hermano porque hasta las mejores amistades pueden llegar a quebrarse.
Porque Russell… ¡Te han llegado a comparar con Cristiano Ronaldo!. Sí, tu compañero Kanter lo dijo, y eso es mucho decir. Porque eres un tipo que juega, que ve, que come, que respira y que vive baloncesto. Y es que no hay más que verte cuando estás en la cancha. Esas ganas, ese hambre único de comerte la canasta y a cualquier rival que se ponga en tu camino. Y todo hay que decirlo, hay veces que te juegan malas pasadas, que te pitan técnicas o que tomas malas decisiones para el bien del equipo. Pero lo haces porque crees que es lo mejor y porque quieres ser el mejor. Porque ese ímpetu que hace que te desvivas por este deporte es tu mayor virtud. Porque habrá muchas veces que te criticaremos por esas acciones que tomas en la pista y te seguiremos criticando, hasta los más fanáticos. Pero tú siempre te levantarás y aprenderás del error que has cometido y poco a poco, los enmendarás. Porque has evolucionado Russell. Has madurado. Antes bien podrías ser un tipo más egoísta, más egocéntrico, «más me lo juego yo todo porque quiero ser el mejor». Pero has cambiado. Y se nota. Percibimos que has desarrollado y mejorado todas tus facetas para lograr el bien común y unánime del equipo. Para llegar lo más lejos posible. Así lo han demostrado tus mejoras en el pase y el querer encontrar en muchas ocasiones al compañero mejor desmarcado.
Porque Russell, eres un tipo excéntrico. Puedes tener más o menos detractores que siempre vas a portar una pizca de extravagancia encima. Porque tus modelitos, que pueden gustar más a unos y menos a otros, siempre dejan huella allá donde vas. Te podrán juzgar por ellos y casi siempre negativamente, pero a ti te va a dar igual. Porque tienes personalidad. Una cualidad fácil de decir y complicado de demostrar. Pero tú lo haces, porque tienes un carácter implacable, celebras cada canasta con un furor desmedido para luego animar a tu equipo en la derrota. Porque, al fin y al cabo, es lo que hace un líder. Y el momento de que tú seas el líder ha llegado. Ha llegado la hora de que seas el faro que guíe a Oklahoma a donde debe estar, con los mejores o en el escalafón más alto. No quiero hablar de reconstrucciones porque sé que si un tipo como tú permanece en el equipo, eso no será necesario.
Porque quizás no seas un mero tipo. Quizás eres una de las megaestrellas de este deporte actualmente. El primer trueno de la tormenta perfecta que amenaza con descargar. Y… ¿por qué no? Quizás eres el siguiente MVP de la NBA. Porque dispuestos a soñar y a conseguir algo, pocos te superan, Russ. Porque ha llegado tu turno… ¡OH CAPITÁN, MI CAPITÁN!
Habrá que esperar al verano 2017 para hablar de su lealtad…