Isaiah Whitehead está viviendo un gran momento últimamente en la NBA. Su primera titularidad llegó el otro día en la apretada derrota de Brooklyn sufrida ante Charlotte, postulándose como el sustituto natural de Jeremy Lin en los partidos que falte (mínimo los siguientes cinco). Esto termina de zanjar el dilema de los bases suplentes de los neoyorquinos, con tantos candidatos al puesto.
El mayor competidor de Whitehead era Sean Kilpatrick, pero Kenny Atkinson decidió mantenerle como el sexto hombre del equipo, con objeto de no romper la «armonía» que tiene Sean con su rol, ya que está haciéndolo de perlas hasta ahora. Parecía que el escolta también iba a amasar bastante balón con la falta de Lin, aunque fue, sorprendentemente, Rondae Hollis-Jefferson, el máximo asistente por parte de Brooklyn en el partido contra los Hornets: seis asistencias sin pérdidas.
Pese a que Whitehead aunó simplemente 12 minutos en los tres primeros partidos de temporada, los 21 contra Chicago y los 20 contra Charlotte han supuesto una «consolidación» en su puesto como base suplente. El jugador se siente mucho más cómo en el rol, por lo que parece:
«Creo que estoy mucho más cómodo, es solo cuestión de tiempo. Mejoro cada vez que entro en la pista. Solo se trata de reducir las pérdidas, involucrar realmente a todo el mundo. Es un proceso difícil, pero creo que voy a llegar ahí«.
La mejora del jugador no viene solo por sus méritos (5.5 puntos, 4 rebotes y 3 asistencias, además de, por desgracia, 5 pérdidas), sino por ayudas como los consejos de Randy Foye o Jeremy Lin:
«Juega bajo control y no pienses demasiado. Jeremy (Lin) siempre me dice: ‘si sales ahí y piensas el juego, se hará todo mucho más difícil’. Así que se trata solamente de salir ahí, competir lo más duro que puedas, los minutos que estés dentro, intenta dar todo de ti. Desafortunadamente, Jeremy se lesionó, así que es algo positivo-negativo. En primer lugar, quiero verle de nuevo en la pista, pero creo que es el momento de que yo dé un paso adelante».