Zach LaVine, quédate en mis Timberwolves

Minnesota le necesita en su proyecto
Zach LaVine es una pieza clave para estos Timberwolves – Nil Alemany (SB)

Que Minnesota Timberwolves ha mejorado mucho su juego y sus resultados desde el inicio de la campaña es algo que nadie puede negar. Este cambio de dinámica se ha dado, sobre todo, después del parón del All-Star, fecha desde la cual los Wolves cosechan un récord positivo de 6-4. Hay quien atribuye esta mejoría a la salida por lesión de uno de los gallos fuertes del gallinero de Minnesota, Zach LaVine, pero lo cierto es que desde el 3 de febrero, fecha en la que el escolta se lesionó, su equipo lleva las mismas victorias que derrotas (9-9).

Los de Thibodeau juegan mejor desde entonces, es cierto, pero esa mejoría en el juego, sobre todo en la defensa y la conservación de ventajas en las segundas partes de los partidos, se debe a otras cosas que tienen poco que ver con la ausencia de LaVine. El gran momento de forma que atraviesa Ricky Rubio, la madurez que está mostrando Karl-Anthony Towns o el compromiso del equipo a hacer todo lo posible por entrar en la postemporada son algunos de los factores que tienen la culpa de este buen momento de forma de los Timberwolves.

Zach LaVine, al que algunos tachan de lastre para Minnesota Timberwolves, podría mejorar aún más estos números del equipo de poder estar en la cancha junto a sus compañeros, ya que se nos olvida muchas veces que el joven jugador de los Wolves promedió en esta temporada hasta lesionarse 18,9 puntos por partido con tan sólo 21 años de edad. Es, como las otras dos superestrellas del equipo, un diamante en bruto que hay que pulir. Sería un error por parte de la directiva de los de Minnesota romper ese maravilloso trío del 95 que tanto promete.

Mucho más que un dunker, que también

Si de algo se le acusa a LaVine es de ser muy limitado a la hora de jugar. Los hay que dicen que «sólo sabe hacer mates», pero nada más lejos de la realidad. Si algo ha demostrado LaVine en sus tres temporadas en Minnesota es que, aparte de ser una bestia capaz de ganar dos veces seguidas el concurso de mates de la NBA, puede hacer muchas otras cosas en la pista aparte de machacar el aro.

Aunque, hablando de mates animales, esto puede suponer un punto a favor para el escolta de Renton (Washington), y es el factor psicológico en los rivales. LaVine es un jugador muy ágil y potente, capaz de posterizar a cualquier jugador de la NBA que se le ponga por delante. Ni qué decir tiene que esto supone una ventaja para su equipo, ya que un jugador al que le machacan en la cara una y otra vez es muy probable que baje su rendimiento ante el mazazo a su moral que supone tener a alguien tan potente como Zach LaVine constantemente colgado de su aro. La impotencia y la frustración son dos de los peores enemigos de un jugador de baloncesto y son dos sensaciones que el 8 de los Wolves provoca muy a menudo sobre sus defensores.

Un oasis defensivo en Minnesota

Algo que se le echa en cara constantemente al equipo de Thibodeau este año es curiosamente su poca solidez defensiva. Aunque en este último tramo de temporada esta estadística está mejorando mucho, es cierto que a principios de la campaña el equipo perdía partidos porque no era capaz de mantener una buena defensa que cortara los ataques del rival.

Pues bien, si dentro de este desorden defensivo de la primera mitad de la temporada podemos salvar a algún jugador de Minnesota, ese era Zach LaVine, aunque no lo parezca.

Hasta su lesión, esta temporada el escolta tenía estadísticas positivas en todos los aspectos de estadística avanzada que contemplan la defensa. Por ejemplo, en diferencia de porcentaje de acierto respecto a sus rivales en tiros de 2, LaVine demuestra que es un defensor que cumple, ya que aventaja a sus oponentes en un 3% de acierto en tiros de campo. Esta diferencia se hace aún más grande según nos vamos acercando al aro, llegando a ser Zach un 10,3% más efectivo que sus rivales en tiros de menos de 6 pies.

Lo que parece claro es que de traspasar a este jugador, los Timberwolves perderían al que posiblemente sea uno de sus mejores defensores (aunque cueste de creer), y eso en un equipo en el que la defensa brilla muchas veces por su ausencia no parece buena idea.

Una pieza clave en el Big-Three de los Wolves

Minnesota Timberwolves lleva varios años sufriendo en la NBA para llegar a este momento, un período en el que pueden luchar por entrar en los PlayOffs con ciertas garantías basando el equipo en un núcleo de jugadores muy jóvenes y talentosos. Un grupo de jugadores que, comandados por Ricky Rubio, sea capaz de hacer brillar a la franquicia de Minnesota.

El Big-Three que ahora mismo tienen los Wolves es quizás el más prometedor de la Liga. Son tres jugadores nacidos en 1995 y que, ya desde bien jóvenes, están siendo llamados, si no a hacer historia, por lo menos a ser de los mejores jugadores de su generación. Karl-Anthony Towns y Andrew Wiggins son dos de ellos, pero el tercero es Zach LaVine.

Muchos opinan que tener a tres jugadores con tanto poderío ofensivo causa problemas a la hora de crear juego, ya que la facilidad que tienen cualquiera de ellos de realizar tiros con garantías de acierto muy elevadas hace que se pueda resentir la movilidad de balón. Esto sería un problema en cualquier otro equipo, pero no en Minnesota Timberwolves, debido a que tienen, posiblemente, uno de los mejores bases especialistas en dar el último pase antes de canasta. No es necesario que el equipo mueva tanto el balón ni tenga tanta fluidez ofensiva para descolocar a la defensa, ya que tiene un base capaz de encontrar espacios donde otros no pueden y de dar correctamente ese último pase de canasta.

Si miramos estadísticas de LaVine, podemos ver que se beneficia bastante bien de esta situación y de estos pases de canasta, ya que, siendo un jugador exterior, el escolta promedia esta temporada un 46% en tiros de campo; pero es que además si nos ponemos a mirar sólo los tiros de dos puntos, el porcentaje de acierto del capitalino aumenta hasta un 52%. Estos porcentajes de Zach LaVine hacían que aportara cada noche al casillero de los Wolves 18,9 puntos por partido antes de su lesión, una cifra nada despreciable que hace mucha falta en un equipo que basa su juego más en anotar que en defender.


Si algo está claro, es que el proyecto de Minnesota Timberwolves pinta muy bien a largo plazo. Es obvio que faltan cosas por pulir y que habrá que buscar refuerzos en ciertas posiciones, pero lo que también parece evidente es que la solución no pasa por deshacerse de jugadores jóvenes que apuntan muy alto, y menos aún por romper un Big-Three que, de mantenerse en el tiempo y seguir creciendo juntos, pueden llegar a hacer historia en la NBA. Nunca se ha visto en la historia de la Liga que tres jugadores de 22 años o menos de un mismo equipo promedien más de 20 puntos por partido cada uno durante gran parte de la temporada.

Después de todo lo visto, podemos concluir que traspasar a LaVine sería un paso atrás en la construcción de este proyecto de los Wolves que tiene pinta de que más temprano que tarde va a empezar a dar los frutos que realmente se merece el equipo.

Sin ánimo de decirte qué debes y qué no debes hacer, quizás te interese la versión contraria de esta opinión que hemos realizado en la redacción de Minny Howl. Por qué LaVine debería marcharse de los Timberwolves cuanto antes.

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Comentarios (2)
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  • Alex G.

    Ya lo dije en el otro artículo de debate, yo soy más de que LaVine se quede y en gran parte es por cosas que dice este artículo. Muy bueno también la verdad, los datos defensivos por ejemplo me han sorprendido gratamente. El inicio de la próxima campaña será vital para él y para el proyecto, a ver si sigue encajando y es necesario o si por el contrario debe buscarse alguna solución alternativa. Yo sigo confiando en que se quede y aporte tanto o más de lo que hacía, con la diferencia de que al equipo le resulte en victorias.

  • Txingudi

    Es muy respetable que te guste Lavine Adrian!!! pero lo que es indiscutible es que resulta nocivo para el juego coléctivo de los Wolves, y eso ha quedado probado estas semanas. Y respecto al tema defensivo los datos que aportas están muy bien a nivel individual, pero a nivel coléctivo sus share es el más NEGATIVO de todo el equipo!!!! y el plus minus IDEM!!!! su presencia en el proyecto futuro de Wolves solo estaría justificada en un roster que se atascará en la ofensiva, debido a su capacidad anotadora; sin embargo, asumido que hay jugadores claramente superiores a él como primeras opciones, su presencia en el quinteto inicial es perjudicial. Y ubicarlo en la segunda unidad junto a Dunn??? no lo veo…