Luego de una temporada dominada de principio a fin por los Golden State Warriors, la atención en el mundo de la NBA estará puesta en la noche del draft, en la que -a diferencia de años previos- sobran jugadores jóvenes con talento y versatilidad. Con la novena elección, los Dallas Mavericks tendrán a disposición numerosas opciones, ya sea para complementar el armado del equipo o potenciar su juego interno. Dejando de lado cualquier movimiento de último momento que rompa los pronósticos establecidos, los Mavs tienen en mira al armador francés Frank Ntilikina, de casi 19 años, al base Dennis Smith Jr. de North Carolina State y al ala-pivot Lauri Markkanen, nacido en Finlandia y formado en la Universidad de Arizona.
A pesar de que múltiples reportes cercanos a la organización texana aseguran que su prioridad debe ser adueñarse de un armador en este próximo draft, los Mavericks entrarían en una confusión si pretenden fichar a Frank Ntilikina o Dennis Smith Jr, alterando el rol en la próxima temporada de Yogi Ferrell y Seth Curry, piezas que Rick Carlisle desarrolló a lo largo de una irregular fase regular. Además, los Mavs ya han sido vinculados a rumores que involucran a armadores ya establecidos y con experiencia en la NBA. Según indicaron algunas fuentes, Mark Cuban y compañía considerarían obtener a Ricky Rubio durante el mercado de pases mediante un intercambio. Y además, los Mavericks rápidamente emergieron como candidatos para firmar a Jrue Holiday, base que milita en los New Orleans Pelicans, por lo que sería poco comprensible centrar la atención en un jugador que ocupe una posición que ya dispone de varios postulantes. Por lo tanto, aunque ambos jugadores jóvenes tengan la capacidad para desarrollarse y permanecer en la NBA y hasta el mismo Dirk Nowitzki haya indicado que su equipo se inclinaría por Ntilikina o Smith Jr, para Dallas sería contraproducente fichar un armador en el draft dejando pasar la oportunidad de reforzar el juego interno, uno de los principales puntos débiles de los Mavs en los últimos años.
De esta manera, y si esos argumentos son tenidos en cuenta a la hora de tomar la decisión final, las puertas quedarían abiertas para Lauri Markkanen, ala-pivot de 2.13 metros que promedió 15.6 puntos, 7.2 rebotes y casi un 50% en lanzamientos de campo durante su última campaña en la Universidad de Arizona. La brillante carrera de Nowitzki que le permitió al alemán alcanzar los 30.000 puntos en la NBA no durará para siempre. Tal es así que, ante una oportunidad única, es hora de que los Mavs se aseguren en el draft a un jugador que, al menos, se asemeja perfectamente al emblema de su franquicia. Las lesiones no permitieron que Chandler Parsons logre imponer su estilo en Dallas y Harrison Barnes -de notable primer año bajo las órdenes de Carlisle adaptándose a un rol completamente nuevo- ocupa una posición naturalmente que no coincide con la que en pocos años dejará Nowitzki. Por lo tanto, el momento ideal para llenar ese vacío predecible ha llegado.
Markkanen ingresa a la NBA siendo uno de los jugadores internos más pretendidos, por lo que no será totalmente seguro que los Mavs aún lo tengan a disposición cuando les corresponda elegir. El finlandés ha demostrado ser un tirador versátil, capaz de crear su propio lanzamiento, abriendo espacios para sus compañeros y adaptándose de manera aceptable al juego de alto ritmo que la liga dispondrá en estos próximos años. Desplegando una correcta coordinación de su cuerpo para correr la cancha, su juego aún puede crecer, teniendo a los 20 años la altura necesaria para ser un factor desequilibrante en el costado defensivo y también flexible a la hora de tomar decisiones en el perímetro.
El juego interno quizás sea su debilidad más notoria, pero Markkanen dispone de capacidad y corpulencia para trasformar esos defectos en virtudes con el correr de los años. Aunque los Mavs mantengan a Nerlens Noel como el pivot titular, Carlisle no debería tener problemas para promover el desarrollo del finlandés teniendo a Nowitzki como modelo a seguir. El alemán sería el ejemplo perfecto para Markkanen, quien tampoco tendría dificultades para aprender de sus enseñanzas ni debería apresurar su desarrollo bajo las órdenes de Carlisle, que en el último año supo priorizar la evolución de los jóvenes manteniendo al mismo tiempo a Nowitzki como uno de los jugadores más letales de la liga. Aunque la franquicia texana haya buscado durante años al sucesor de su líder histórico, la respuesta puede estar aquí y ahora, a su disposición y más evidente que nunca.
Los Mavericks aún disfrutarán tener a su máximo referente en cancha uno o dos años más. Pero el emblema de la franquicia, que acaba de cumplir 39 años, no podrá cargar con el equipo como siempre lo ha hecho. Utilizar su selección para elegir a un joven europeo de 2.13 metros es lo mejor que los Dallas Mavericks han hecho en su historia. Aunque la comparación parezca certera, nunca habrá un jugador idéntico a Nowitzki. Pero tampoco hay razón alguna para no intentar fichar a quien parece estar destinado a ser su sucesor.