Tras varios años ciando hacia la mediocridad, estancados en el mar de la decepción, indagando en cada minúscula jovialidad y tratando de mudar cada atisbo a un motivo de ilusión, finalmente los fanáticos de los Chicago Bulls han hallado, sin la necesidad de crear desatinadas conjeturas, un pretexto que les encauza hacia la felicidad. Un pretexto llamado Lauri Markkanen.
Lo bueno, sin imprevisto, dos veces bueno
Obviando la tesis deportiva, una de los razones que nos conducen a la mencionada vivacidad es el pasmo originado por la nueva realidad que ciñe a Lauri Markkanen. Una realidad que no entiende de descalabros, una realidad marcada por la fama, por el protagonismo que han generado sus constantes manifestaciones contra los vaticinios que lo tachaban de pufo. Markkanen nos ha asombrado a todos, maravillándonos con la noción de estar observando una verosímil y venidera estrella.
En las siguientes líneas obviaré lo analítico, lo deportivo, el estudio que atornilla y da lógica al éxito de Markkanen, para desembrollar el estupor que nos ha suscitado su mirífico EuroBasket 2017.
Así, como anhelo transmitir en el último título, mantengo que una gran fracción del asombro en el fenómeno Markkanen, está causada por el contraste que han originado las ínfimas esperanzas depositadas en él tras su elección en el Draft. Esta excedente preferencia que los Chicago Bulls depositaron en Lauri Markkanen, ignorando al resto de candidatos, fue la emanación de un cúmulo de críticas de apegados y analistas, propensos al vituperio ante lo desembelesado. Además, si a dicha razón le adhieres la desesperación que venía trayendo la comunidad Bull, marcada por la execrable gestión que llevan realizando sus directivos, desembarcando ésta en unos incompetentes resultados, la alegría que supone el aterrizaje de una promesa de la talla de Lauri Markkanen aumenta su propia intensidad.
Comparaciones, intrigantes cotejos
Inevitablemente, las comparaciones perseguirán a la revelación del torneo europeo del año, y, también inevitablemente, dichas comparaciones incrementarán el grado de esperanza que reina en la mente del aficionado del buen baloncesto. La raza humana posee la apasionante capacidad de la imaginación, del simulacro mental de una situación irreal. De esta forma, es inapelable acudir a la equiparación para describir más detalladamente un perfil concreto. La comparación supone acercar una cosa a otra, de forma que si una de las dos cosas son desconocidas por la realidad, siendo la otra un hecho ya sucedido, la comparación nos permite idearnos realmente, esta vez en el baloncesto, al jugador del que hablamos. No conocemos lo que va a ser Lauri Markkanen, el techo del que dispone, y mediante la estadística nos resulta imposible averiguar al cien por cien el impacto, la realidad que va a mostrar el jugador, pero equiparándolo a otros hombres que ya pasaron por la liga, podemos plantearnos el tipo de perfil que puede exhibir The Finnisher.
Y, el par al que asemejaremos a Lauri Markkanen no es otro que Dirk Nowitzki. La leyenda alemana, el europeo que asombró al mundo, que deleitó al aficionado con esa dulzura hechizante, que, gracias a estar combinada con detalles técnicos que dificultaban su defensa, acabó transformando ese asomo en un legado legendario. Legado poseedor de un MVP y un Anillo, entre otros galardones. La satisfacción que conlleva recrearse la carrera de Markkanen, poniéndola a la altura de Dirk Nowitzki, o simplemente saber que los parecidos que existen entre ambos podrían suponer su éxito en NBA, son actos guiados por la imaginación, que acrecientan la creencia de gloria sobre Markkanen.
Lauri Markkanen, un talento especial
Sin embargo, a pesar de las espectaculares estadísticas que luce el registro de Laurinsanity, nuestro inconsciente crea ese estado de ilusión debido a algo especial que permite el deslumbre del finés. Algo especial, un talento especial, un don que pocos poseen de aparecer cuando más lo necesita su combinado. El último cuarto, batalla más importante de cada encuentro, ha sido el universo en el que Markkanen ha brillado más que cualquier otra estrella, en el que Lauri ha sacado a pasear ese mencionado don. Y es que Lauri Markkanen ha sido la definición de Clutch, de decisión, de valentía, de endereza… cualidades que le permiten anotar cada tiro decisivo, en cada situación importante, incluso imponiéndose en su mayor debilidad, la defensa, para acribillar al rival cuando más duele. 3 finales ajustados y 2 victorias para Finlandia este torneo, siendo esa dolorosa derrota un partido contra Eslovenia, firme candidata al podio, mientras los pronósticos iniciales excluían a Finlandia de la fase eliminatoria. Por todo ello, Lauri Markkanen tiene algo. Algo especial, que le permite liderar a su selección desde el primer segundo sin haber debutado profesionalmente, que le permite hacer competir a una mediocre plantilla contra equipos destinados a brillar.
Lauri Markkanen es, a juicio de un humilde aficionado de los Bulls, la luz al final del túnel.
El chico ha hecho un EuroBasket enorme. Tras la victoria de Italia frente a Finlandia, de hecho Messina lo dijo en rueda de prensa que le reservó un «trato especial», pues le puso encima a Melli y Hackett, los dos mejores defensores de Italia y casi ni olió el balón. Pero en la NBA no va a ser así, desde luego, y espero que tenga sitio, espacio y minutos para triunfar. Se lo merece y ya sabes, siempre apoyo a los europeos en la NBA, con lo cual… Forza Lauri!! 😉
Yo sigo teniendo dudas, pero me apetecía creer en él jajaja. Es lo que tiene la desesperación, como digo en el artículo. Me genera alguna duda su físico, como no, pero, sobre todo, la pasividad que muestra a veces en el rebote y en la defensa. Lo que me da esperanza es su disciplina de trabajo. Pero sí, seguirá siendo #TheFinnisher . Forza Lauri!!
Gran artículo Peña!
Gracias Julio!