Noche especial donde las haya para un equipo que dejó huella antes de su desaparición de la NBA. Seattle volvió a disfrutar del baloncesto, a pesar de ser un partido de pretemporada. La vuelta del hijo pródigo, esa promesa que pudo haber crecido y dominado en la ciudad convirtiéndose en el mejor jugador de la competición. Kevin Durant deseaba poder devolver durante una noche todo lo que Seattle y los Sonics le dieron en su primera temporada como profesional. Los Warriors vencieron con solvencia ante unos Kings que no tuvieron respuesta para el poderío ofensivo del cuadro de Steve Kerr. Durant terminó con 26 puntos, 6 rebotes y 7 asistencias.