El 24 de diciembre se confirmaba la noticia en el seno de la entidad de KIROLBET Baskonia. Dusko Ivanovic, el entrenador con el que más títulos habían ganado en toda su historia, dejaba su puesto en el Besiktas para hacerse cargo de un equipo que estaba en la UCI. Balance de siete victorias y siete derrotas, tras un inicio de temporada con partidos decepcionantes donde no podía reconocerse el juego del equipo sobre la cancha. En Euroliga, las cosas no eran mejores. En un año tan importante para el club, que celebraba su 60 aniversario, las cosas no estaban saliendo tal lo previsto y necesitaban soluciones rápidas.
Al día siguiente, 25 de diciembre, los jugadores de la primera plantilla estaban teniendo su primer entrenamiento, el sargento de hierro particular de Baskonia no dejó descansar a los suyos ni el día de Navidad. Por algo se había ganado la reputación de entrenador duro, no podía decepcionar al club de su vida en un momento delicado. Ivanovic tomó las riendas del proyecto, y gracias a su presencia, el juego de Baskonia fue evolucionando poco a poco hasta ver buenas versiones del mismo en partidos como la victoria sobre el Real Madrid el 19 de enero por 94-95.
Las sensaciones, sin embargo, seguían sin ser las mejores posibles, con derrota tras derrota en Euroliga y sobreviviendo como podían en ACB. Las lesiones afectaron duramente al equipo, y no pudo contar con todas sus armas desde el primer momento; tuvieron que echar mano al mercado para buscar ayuda y llegaron jugadores como Zoran Dragic o Semaj Christon.
Entonces, sucedió algo totalmente inesperado. Una pandemia mundial ponía en peligro la viabilidad de celebrar partidos de baloncesto, y la Liga Endesa tuvo que suspender la competición hasta dar con un formato que permitiera resolver un ganador para la temporada 2019-20 sin poner en peligro la vida de sus jugadores. Nadie se pensaba que, después de un año decepcionante en la ACB, Baskonia podría conseguir su primer título en diez años.
La Fase Final demostró ser excepcional, y Baskonia emergió como uno de los grandes favorecidos al poder recuperar a varios jugadores que habían estado fuera por lesión durante mucho tiempo como Jayson Granger o Luca Vildoza. Desde su primer partido contra Bilbao Basket, los vitorianos demostraron mucho carácter y que querían llegar lejos, pero con el Real Madrid y el Barcelona por delante, con sus superestrellas por bandera, iba a estar complicado pasar del sueño de alcanzar las semifinales.
KIROLBET tuvo partidos de máxima exigencia, y ahí fue donde pudieron sacar su ADN Baskonia, pues estaban un paso por delante de la competencia al haber entrenado como jabatos bajo el mando de su sargento. Ivanovic no venía para pasearse y hacer turismo en Valencia y la preparación para el torneo fue exhaustiva. Hubo momentos en los que parecían quedarse fuera.
La primera derrota contra el Barça, aunque predecible, dolió más de la cuenta al verse capacitados de poder infringir dolor a los de Pesic. Les quedaba jugárselo todo a una carta contra un Unicaja que estaba demostrando un estado de forma espectacular gracias al rendimiento de sus nuevos jugadores. Necesitaron una prórroga para llevarse el partido, que si no hubiera sido por los errores de Bouteille en los últimos minutos, no podrían estar celebrando de la manera que lo están haciendo mientras escribo estas líneas.
Superada la primera prueba, les tocaba verse las caras con el líder del grupo B, un Valencia Basket que había podido salir victorioso ante un Real Madrid que se quedaba atrás protagonizando una de las grandes decepciones del torneo. En ese partido, las cosas tampoco salieron bien Zoran Dragic se puso la capa de héroe y con 21 puntos sellaba la victoria de un Baskonia que necesitó de un parcial de 2-11 en el tercer cuarto para meterse en el partido. Valencia Basket fue mejor, pero ellos resistieron. Jordan Loyd tuvo el triple para ganar, pero no fue dentro y se metieron en la final. Solos contra la historia y contra el Barça del MVP Mirotic.
En el partido por el título, de nuevo volverían a protagonizar una grandiosa gesta que ha finalizado con su cuarta liga ACB, la primera en diez años. En su último encuentro de la temporada, se ha podido ver a Baskonia en todo su potencial, realizando el juego que se jactan de abanderar en España y en todo el continente. El ADN Baskonia rugió y aunque tuvieron que aguantar golpes como si de un boxeador se tratara, supieron escupir la sangre en un cubo y seguir aguantando asaltos para coronarlo todo con la canasta de Luca Vildoza, que se mete en los libros de historia del club.
Como mencionaba en el anterior artículo que publicaba esta tarde, Baskonia puede ser el campeón más discutible de los últimos 20 o 30 años por las singularidades del torneo, puede que ganar esta liga no sirva para cambiar un futuro que no parece demasiado esperanzador ante la pérdida de jugadores clave como Shengelia o Shields y que no servirán para relanzar la economía del club, pero lo que no les podrá quitar nadie es el saber que su espíritu ha vuelto de la mano de Dusko Ivanovic. El ADN Baskonia está más vivo que nunca, y este título siempre será recordado ello.