Giannis Antetokounmpo acaba renovando con los Milwaukee Bucks

El culebrón del astro griego llega a su fin

Se acabaron los rumores, se acabaron las «trade alert», se acabó la incertidumbre, se acabó el culebrón. A tan sólo seis días del comienzo de la temporada 2020-21, el propio Giannis Antetokounmpo se encargaba de anunciar esta tarde en su cuenta de Twitter su renovación con la que seguirá siendo su franquicia, los Milwaukee Bucks, por los próximos seis años.

https://twitter.com/Giannis_An34/status/1338912608662003715?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1338912608662003715%7Ctwgr%5E%7Ctwcon%5Es1_&ref_url=https%3A%2F%2Fas.com%2Fbaloncesto%2F2020%2F12%2F15%2Fnba%2F1608057458_760062.html

Sí. Finalmente, «The Greak Freak» se queda en Wisconsin. Será a razón de 5 temporadas y 228,2 millones de dólares, que le convierten en el propietario del contrato más grande de la historia de la NBA, será de forma ascendente, y acabará cobrando casi 52 millones de dólares en la temporada 2025-26, y será con el único objetivo de conseguir un anillo de campeón para la franquicia. Una firma sin predecentes en toda la historia de la NBA.

Victoria de los mercados pequeños

Tras meses y meses de rumores, la mayoría pensando que Milwaukee no sería capaz de retener a su estrella, esta noticia entra un poco con el cartel «inesperada». Todo el mundo pensaba que hasta final de temporada, y ya con el resultado colectivo cosechado para analizar el futuro de manera más precisa, el griego no se decantaría por ninguno de los proyectos que tenía sobre la mesa. Y no sólo lo ha hecho en tiempo récord, mostrando una confianza ciega en la que ha sido su franquicia las siete últimas temporadas, sino que lo ha hecho también en un plazo muy largo, siendo ya una moda instaurada entre las estrellas optar por contratos más cortos y menos vinculantes, como el 2+1 con opción de jugador o directamente el 1+1, con la posibilidad de poder estar cada verano redireccionando su carrera.

Los Bucks han conseguido algo que parecía muy complicado, convencer al mejor jugador de la liga para firmar un long-term de tales dimensiones en una franquicia que no acostumbra a retener jugadores de ese calibre. Los Bucks son uno de esos «mercados pequeños» que parten con cierta desventaja frente a mercados más grandes como Los Ángeles, New York o Philadelphia. Y con el caso de Anthony Davis aún caliente, o situaciones más antiguas como la de Carmelo Anthony con Denver 2011 o el propio LeBron James con Cleveland un año antes (aunque después retornara para conseguir un anillo para los de Ohio), ciudades como Miami o Golden State ya llevaban tiempo pujando por él, ciudades muy difíciles de rechazar tanto en términos competitivos como en términos de calidad de vida. Sin duda, lo que ha conseguido la gerencia de John Horst es sienta un precedente de cara al futuro de proyectos así.

Punto de partida

Khris Middleton, en el traninig camp de este año. Fuente: Milwaukee Bucks

Ahora, la patata caliente la tiene el propio Giannis. Con el contrato firmado y las dudas sobre su futuro despejadas, el foco vuelve a estar en el parqué, y ahí deberá la franquicia focalizar todos sus esfuerzos; el griego como líder indiscutible del equipo, que ya lo es, y los Bucks creando equipos competitivos a su alrededor.

La adquisición de Jrue Holiday, por ejemplo, cobra mucho más sentido con esta perspectiva. Con permiso de Khris Middleton, Holiday es el segundo de a bordo este año en MIL (por lo menos a nivel de importancia), uno de los argumentos más fuertes que tiene el equipo para mantener el cartel de contender. El californiano sería el complemento de lujo perfecto para cualquier estrella de la liga, pero para Antetokounmpo lo será más todavía. Llega en el momento propicio para elevar el proyecto y, a su vez, lograr ese salto competitivo de cara a los Playoffs con el objetivo de evitar que ocurran cosas como la derrota ante Miami Heat en 5 partidos, después de haber demostrado todo el año una superioridad abismal respecto a los demás equipos de la liga.

Al igual que Holiday es una pieza importante para el proyecto a dos años vista (los dos que le quedan de contrato), la responsabilidad de Khris Middleton también debe crecer. En temporada regular alcanzó sus máximos guarismos en puntos por partido (20,9) rebotes (6,2) y porcentaje de tiros de campo (49,7 %), promedios que también se elevaron en los Playoffs. Si Holiday va a encargarse de maximizar el grupo en términos intangibles dentro de la pista, Middleton deberá mantener su rendimiento a nivel numérico, siendo la segunda espada del equipo y con más peso exterior si cabe, con la salida de Bledsoe.

Por último, se cuenta también con un paso adelante de los secundarios. Brook Lopez, Pat Connaughton y Torrey Craig desde el perímetro como esos tiradores que abran la pista de Giannis, D.J Augustin como uno de los fichajes más interesantes del equipo, aportando veteranía y algunos puntos desde el banquillo en la posición de base, o Bobby Portis, al que los Bucks esperan rescatar del naufragio baloncestístico que supone Nueva York para cualquier jugador con la expectativa de ayudar a ganar partidos.

Toda la carne en el asador

A partir de aquí, sólo vale ganar. Antes, para conseguir que se quedara. Ahora, para que merezca la pena. Milwaukee apuntala su proyecto para los próximos años con el mejor jugador de la Conferencia Este, el mejor defensor exterior de la liga, uno de los jugadores más infravalorados que hay en el panorama NBA, uno de los mejores entrenadores de los últimos 10 años y una larga ristra de jugadores sólidos y confiables en la retaguardia. ¿Será suficiente para poder plantarse de una vez por todas en unas Finales de la NBA, y disipar así todos los fantasmas que han escogido Milwaukee como un paraje cómodo en el que asentarse?

El mismo Giannis debe encargarse de mandarlos bien lejos.