John Wall y DeMarcus Cousins al mando; ¿hay motivos para convencer a James Harden?
La pareja tuvo ayer sus primeros minutos en pista
La petición de traspaso de James Harden es ahora mismo el tema más candente de la NBA. Saldrá, no saldrá… A dónde saldrá…Todas estas preguntas las responderá el tiempo, igual que respondió algunas de las cuestiones de Houston en el Rockets-Bulls de esta pasada madrugada. La imagen del conjunto ahora dirigido por Stephen Silas tuvo destellos de equipo confiado, con las ideas muy claras y mucho que demostrar, al ritmo de las dos incógnitas que tiene el equipo para este año; John Wall y DeMarcus Cousins.
El estado de forma en el que se encuentran dista mucho de dos lesionados las últimas temporadas, uno de ellos sin jugar desde 2018. Houston, además, es el paraje perfecto para los dos; una franquicia con objetivos variables y la posibilidad de acumular minutos de calidad de manera continuada. Y si Harden decide quedarse, que tras lo visto ayer, no es algo descabellado, ser escuderos de lujo de la barba en la lucha por el anillo.
¿Cómo vuelve John Wall?
John Wall era, sin duda, el foco en el que ayer estaban puestas todas las miradas. su vuelta a los terrenos de juego era (y es) una de las mayores incógnitas de cara a esta temporada. Y no es para menos; de ser uno de los mejores bases de la liga, en dos años, ha pasado a ser eso, una total y absoluta incógnita. Sus problemas físicos han sido más que recurrentes, ligados además a la incertidumbre acerca de su estado en todo momento. Nadie ha sabido nada de él hasta ayer, que tuvo la oportunidad de mostrarse en los 19 minutos que disputó, acabando con 13 puntos, 5 rebotes, 9 asistencias. Y muchas, muchas lecturas.
La primera es que no ha perdido ni un ápice de su inteligencia en pista. Puede estar mejor o peor físicamente, puede estar más cerca o más lejos de su mejor versión, pero a nivel de IQ sigue siendo el mismo jugador que maravilló en Washigton. Sigue siendo el mismo grandísimo pasador que siempre ha sido, capaz de generar espacios a través de su buena lectura de los espacios o de encontrar al jugador liberado, algo que habla muy bien de cara a una readaptación al ritmo ofensivo que tiene la liga a día de hoy. Suponemos que hay cosas que no se pierden. Nutre de balones a los jugadores exteriores y es capaz de finalizar cerca del aro cuando tiene la oportunidad. Además, su carta de tiro (6/10 en tiros de campo, y 1/3 en triples) fue muy buena, sin lanzamientos forzados ni una desmesurada ansiedad por demostrar su estatus.
Físicamente, eso sí, es otro cantar. Más allá de que pueda ser capaz de mantenerse sano en el medio plazo, algo que aún está por ver. Lo de ayer no es suficiente para valorar si está del todo recuperado de sus lesiones, pero hay que entender que Wall es un jugador que ha dependido en muchos momentos de esa potencia física a la hora de generar ventajas en transición, como velocista puro que es. No ha abusado nunca de ello, pero ha sido su principal distintivo frente a otros bases, la garantía de combinar una velocidad endiablada y unas capacidades físicas envidiables con la inteligencia dentro de la pista. Si consigue ponerse a punto para alcanzar ese nivel al que se encontraba en 2018 (que parece muy difícil, siendo honestos), sólo esto podría ser motivo suficiente para que James Harden considerara una asociación exterior junto a él. Pero si consigue acercarse a un nivel parecido (sobre todo, si consigue regularidad en su estado físico), y sigue siendo tan eficiente a media pista, puede suplir con creces la pérdida de dicha ventaja y ser esa segunda espada que necesita el escolta.
Cousins sigue teniendo mucho hueco en la liga
Lo que vimos ayer de DeMarcus Cousins fue bastante más alentador de lo que se esperaba. Se pudo ver a un Cousins muy fino, tanto en la toma de decisiones como en la ejecución, además de mostrar un buen tono físico, lo cual contrasta de manera significativa con toda la información que se lleva publicando sobre él en los dos últimos meses. Se le ve bien, y no sólo por el partido de ayer. Jonathan Feigen, periodista especializado en Houston Rockets, se encargaba hace unos días en su cuenta de Twitter de reportar el buen estado de forma en el que se encuentra. Y tras lo visto ayer, no lle faltaba razón.
https://twitter.com/SportsCenter/status/1337566981248012288
Sano, y comprendiendo su rol, es un activo muy aprovechable para Houston, contando o no con James Harden para esta temporada. DeMarcus Cousins sigue siendo un 2,13 capaz de anotar desde la larga distancia, para utilizar en situaciones de pick&pop o como complemento para abrir y desestresar la cancha, y aunque su juego interior o esa habilidad para generar su propio tiro tras bote y liderar transiciones se vean mermadas por las lesiones que ha sufrido a lo largo de este tiempo, no sólo es capaz de facilitar un montón de alternativas ofensivas, sino que bien planteada su presencia en pista, puede convertirse en una tercera espada de lujo para acompañar a los dos exteriores. Es el paso a un lado que se le presupone para volver a encajar en la liga. Quizás en Golden State era algo más difícil de prever (un sistema muy bien definido basado en ataques muy rápidos que el pívot físicamente era incapaz de soportar), y en los Lakers nunca llegó a debutar, pero en Rockets, tal y cómo está construida la plantilla, su fit tiene algo más de sentido. Él mismo ha dejado entender que hará todo lo posible para poder ayudar dentro y fuera de la pista en lo que sea necesario:
“Estoy aquí para ayudar a Wood a volverse mejor cada día” aseguró a Tim MacMahon, periodista de ESPN. “Desde que llegó al pabellón ha sido una esponja a la hora de absorber conocimientos, y creo que eso es todo lo que se puede pedir a un jugador joven. Si me toca ser sexto hombre o salir desde el banquillo, lo aceptaré y haré mi trabajo. Ahora mismo mi prioridad es ayudar a que el vestuario se mantenga unido y que todo el mundo venga preparado a trabajar cada día”.
En la medida en la que su físico y su capacidad para entender el momento en el que se encuentra le permitan, DeMarcus puede convertirse de nuevo en un jugador muy importante en la liga. No al nivel al que se encontraba (en New Orleans se hablaba incluso de MVP, en la temporada 2017-18), pero si a un nivel de media-alta gama. Después de haber pasado dos lesiones de larga duración, y con 30 años, es uno de los mejores escenarios planteables para él. Si no el mejor.
Aún es pretemporada, y no está bien sacar conclusiones. Aún faltaban muchos jugadores y los Bulls no dejan de ser un equipo en construcción. Pero también hay que sentar precedente. James Harden es uno de los mejores jugadores de la liga, y debe estar bien acompañado, ya sea en Houston o en otro equipo. La opción del traspaso sigue siendo la más viable con el objetivo del anillo a toda costa. Ahora, si el objetivo es seguir siendo el líder de un proyecto ambicioso en el corto plazo (algo que Milwaukee y Brooklyn no pueden darle, y Philadelphia no a tan corto plazo), estos Rockets puede que aún tengan algo que decir.