Copa del Rey 2021: FC Barcelona-Unicaja Málaga, cuestión de ritmo
El Barça parte con ventaja, pero Unicaja puede ser muy peligroso
Y el plato fuerte de la Copa de cuartos, como siempre, para el final. Un Unicaja de Málaga en total reconstrucción y con cambio de entrenador se enfrentará al baluarte que este año es el Barça de Jasickevicius, ansiosos por cosechar el primer título de la temporada más pronto que tarde. Los malagueños, por su parte, buscarán salir de la mala racha en la que están inmersos y dar un golpe de efecto que cambie el rumbo.
A priori, es un partido con claro favorito, con clara dinámica positiva y clara diferencia de calidad, aunque todo en Copa es relativo. Es cuestión de ritmo.
Cuestión de ritmo
Este Barça es la máquina mejorada que Svetislav Pesic llevaba un par de temporadas intentando devolver a la cabeza, tanto en España como en Europa. Ningún equipo en el viejo continente cuenta con las alternativas en cuanto a la relación recursos-equilibrio con las que cuentan los blaugranas; el día que Mirotic no está (y ha faltado mucho a lo largo de la temporada), son los Calathes, Abrines, Higgins o Kuric los que sacan a relucir todo su arsenal. Y si no, es un partido incorregible en tareas defensivas. Y si no, es un partido salvado en los minutos finales. La sensación que está dando este equipo de solidez, tanto en el plano físico como en el baloncestístico, no nos deja pensar otra cosa que este Barça más fuerte que hemos visto en los últimos años. Y por tanto, junto al Real Madrid, el máximo favorito para llevarse esta atípica Copa del Rey.
Sin embargo, este Unicaja no es el Unicaja que llegó el año pasado a esa final de Copa, a pesar de mantener una gran parte de los hombres que la disputaron, y eso contrasta bastante con el momento en el que llegan los blaugranas. La mala dinámica, la falta de base y la pobre defensa se han apoderado de un gran inicio de temporada (8-4) para propiciar uno de los momentos más negros de la historia del club, con ocho derrotas en los últimos diez partidos de liga y la permanencia en el TOP-16 de la Eurocup pendiente de un hilo. La situación en Málaga es comprometida, y esta Copa del Rey no llega precisamente en el momento propicio.
No obstante, Unicaja a partido único tiene mucho que ofrecer. La Copa del Rey de baloncesto es uno de los acontecimientos más imprevisibles de todo el deporte, puede pasar cualquier cosa, y más todavía teniendo en cuenta que los de Katsikaris son un equipo planteado para jugar rápido y a pista abierta. Un buen día de los exteriores verdes puede hacerles mantenerse en el marcador hasta los minutos finales, para los que también tienen talento suficiente para afrontar. Todo pasa porque Jaime Fernández pueda seguir al nivel organizativo que está demostrando (5,3 asistencias en liga), los aleros sigan ejecutando los espacios como vienen haciendo hasta ahora y Darío Brizuela tenga ese punto de magia e inspiración que decide partidos así.
La clave para los barcelonistas, por otro lado, no es otra que seguir haciendo las cosas muy bien. Corrección defensiva exterior, agrupamiento rápido en situaciones en las situaciones de contraataque que con toda seguridad los malagueños buscarán, cautela con el balón, buenas selecciones de pase (olvidando lo fantasmas de la pasada edición con Adam Hanga) y seguir ejecutando los sistemas con la misma fluidez con la que llevan haciéndolo todo el curso.
¿Muy pronto para hablar de «efecto Katsikaris»?
Primer parcial para Katsikaris. Y qué primer parcial. No hace ni dos semanas de su llegada y ya se va a enfrentar al reto más importante para Unicaja en lo que llevamos de temporada. Además de revertir el rumbo de los malagueños. Esta Copa del Rey será una buena puesta de largo de lo que son capaces en un marco competitivo de estas características, a partido único y con algo más de espacios a pista entera para desarrollar todo ese potencial exterior ofensivo que tienen:
“El equipo necesitaba volver a ganar», declaró el técnico griego tras el partido frente a Fuenlabrada. «En los últimos partidos, cuando el rival volvía, el equipo se mostraba más nervioso y perdía algo la fe. En este partido el equipo estuvo más tranquilo, sobre todo en defensa».
La defensa, sin duda, es el aspecto más importante al que deberá atender. La falta de un pívot sólido en este apartado está lastrando enormemente a un Unicaja que se mantiene muy estable en ataque, lo que les hace perder grandes ventajas en periodos muy cortos de tiempo. El técnico griego achacaba a la concentración el paso adelante dado ante los fuenlabreños.
«Hemos hablado y trabajado sobre esos momentos en los que el equipo no está tan fino en ataque, en defensa tendrá errores. Por eso fue positivo mantener la concentración. Estoy muy satisfecho».
Todavía es pronto para decir que es un equipo diferente, puede que un giro tan drástico ni siquiera sea necesario. Simplemente, ir ajustando cosas. La ilusión por la Copa, mientras tanto, se mantiene intacta.
«El equipo tendrá otro ánimo al volver a la pista y comenzar a preparar la Copa del Rey. El equipo estará muy bien. Nos podrá ayudar y veremos las cosas con mayor tranquilidad.
Todo parece indicar que serán los de Jasickevicius los que pasen de ronda. Pero esto es la Copa, y todo puede pasar. Será sin duda un encuentro muy apasionante, gracias al potencial ofensivo que los dos equipos pueden ofrecer. Lo esperamos con ansias.