En la cuadragésima posición del draft, procedente de la Universidad de Duke, Los Angeles Lakers seleccionan a… ¡Ryan Kelly! Así presentaba David Stern a un joven que llegaba a la franquicia histórica de L.A. sin muchas aspiraciones de lograr algo.
Kelly ya venía con fama de tirador de larga distancia, a pesar de medir nada más y nada menos que 2´11, pero la plantilla y concretamente hablando, la segunda unidad, era muy profunda. Parecía ser que Kelly acabaría siendo cedido definitivamente a los D-Fenders de la D-League.
Sin embargo, una serie de circunstancias le abrieron el camino al rookie de New York. Las lesiones de Bryant, Henry, Farmar, Nash y Blake le dieron la oportunidad de tener unos minutos aceptables. Y Ryan Kelly no lo hacía del todo mal… su fama de buen tirador de gran estatura se veía representada en la cancha. Sus «no muy brillantes números» eran de 3.6 puntos y 1.8 rebotes.
Pero lo mejor estaba por llegar para Kelly, el gran golpe de confianza; el inicio de un reto, un exceso de confianza (tal vez sin más remedio) venidera de su entrenador, Mike D´Antoni, y Ryan encantado. Sus minutos han ascendido a casi 25 mpp en los últimos encuentros. El motivo no es otro que el corte de Shawne Williams, jugador de características semejantes. Lakers decidió prescindir de los servicios de Williams y esto subió el ego, sin duda alguna, de la joven promesa de 22 años Ryan Kelly.
Todo queda por ver. Su talento está a la vista, solo queda aguardar y contemplar si es capaz de aprovechar este empujón de confianza y el mal momento del equipo para firmar buenos números y así empezar a crear el perfil de un gran jugador cuya sombra ya asoma.