Hoy Raja Bell ha anunciado, 12 temporadas después de pisar por primera vez una cancha NBA, su retirada del baloncesto después de más de 750 partidos jugados repartidos en 6 franquicias distintas. Su mayor virtud siempre fue la defensa, era una lapa para el hombre al que se enfrentaba y también era un fiable tirador, sobretodo hacia el ocaso de su carrera.
Su primer equipo fueron los Philadelphia 76ers, donde llegó sin ser drafteado, en la temporada que los Sixers llegaron a las Finales para perder estrepitosamente ante L.A. Lakers. El papel de Raja en ese equipo era testimonial, ya que compartiendo posición con Iverson, Snow o McKie en el mejor momento de sus carreras, no era fácil hacerse un hueco en la rotación. Allí estuvo también en su año como Sophomore, más o menos en las mismas condiciones.
Después de su paso por Philadelphia, decidió firmar con los Dallas Mavericks, donde realizó una temporada sin grandes brillos para luego firmar con Utah Jazz, dónde se empezó a forjar un gran jugador de equipo, un tipo de jugador que todos los equipos ganadores necesitan. Un ‘stopper’ que además de eso te aportaba más de 10 puntos cada noche.
De ahí llegó a unos Phoenix Suns de ensueño, dónde Steve Nash y Amar’e Stoudemire bien secundados por Shawn Marion o Boris Diaw hacían la delicia del respetable. Con el añadido de Raja esos Suns eran sin duda, candidatos a poder optar al anillo, pero no tuvieron suerte.
A partir de ahí, Raja no volvería a jugar en un equipo con aspiraciones al anillo, pasando sus últimos años como baloncestista profesional entre Charlotte Bobcats y Utah Jazz. Sus medias de carrera son 9.9 puntos, 2.8 rebotes y 1.7 asistencias, aunque Bell era alguien a quién no se puede valorar por las estadísticas sobre el papel, él aportaba mucho más.
El hecho de que llevara desde la 2011-12 sin jugar hará que no se haga tan notoria su marcha, pero sin duda Raja Bell es ese perfil de jugador que sin ser una estrella, sin ni siquiera haber sonado nunca para ir al All-Star, con su carisma y su trabajo se ha ganado a la afición. Hasta siempre, Raja.
