La expansión de la NBA por Europa
Es una posibilidad real aunque todavía a largo plazo
Con la gran temporada del Real Madrid, mucha gente ha querido reabrir el debate de la creación de una división europea en la NBA. Ya se ha confirmado que la NBA lleva valorando esa idea desde hace varios años y parece que en una o dos décadas a lo sumo, la mejor liga de baloncesto del mundo se expandirá a Europa. Esta globalización de la competición seguramente levantará muchas ampollas en el seno de la Euroliga y la ACB ya que puede ‘robarles’ mucho protagonismo y además equipos y jugadores. Hay claros indicios de problemas en la liga nacional actual y puede que si la liga americana se decide finalmente a admitir clubes europeos, el baloncesto en España experimente un cambio como nunca antes.
La gran visión de futuro del ya ex-comisionado David Stern le llevó a proclamar en varias ocasiones que los partidos entre equipos NBA o entre éstos y clubes europeos, dejarían de ser una rareza y podrían tener continuidad al crearse una división en el Viejo Continente. En términos económicos sería otro importante espaldarazo para la liga americana ya que consolidaría el ya buen apoyo que se recibe desde países como España o Francia con partidos a horarios y en lugares mucho más accesibles. ¿Cuántas personas conocemos que no siguen la NBA por no poder ver partidos a altas horas de la noche? Todo eso se solucionaría aunque partidos como el All-Star o un Timberwolves-Lakers de Playoffs seguirían siendo para los valientes.
Sin una profundización técnica hay varios problemas de gran importancia que tendrían que ser solucionados: las infraestructuras y el transporte de jugadores, la calidad de los equipos y la influencia en las ligas europeas.
Primero, los estadios europeos no tienen ni punto de comparación con la gran mayoría de los estadios de los Estados Unidos. No sólo en capacidad sino en servicios al espectador, en comodidad o en incorporación de las nuevas tecnologías a la experiencia del baloncesto, nuestras canchas están definitivamente atrasadas en muchos aspectos. Además, tener que hacer un viaje transoceánico para jugar al baloncesto sería una gran carga para unos jugadores que están pidiendo un calendario menos exigente que reduzca las lesiones. La mejora en los aviones y en la recuperación de los jugadores tras grandes esfuerzos es clave para que esta idea fructifique.
Segundo, el nivel físico de los jugadores americanos unido a una mayor cultura por el deporte, hace que prácticamente todos los grandes jugadores del momento jueguen en EEUU o sean norteamericanos. En los amistosos veraniegos y a pesar de que los equipos NBA suelen ir poco rodados y sin las estrellas a pleno rendimiento, los equipos europeos suelen caer derrotados. Sin embargo, las ligas europeas se están claramente acercando a la NBA tanto en calidad de jugadores como en medios organizativos o técnicos. Aunque ahora mismo muy pocos o ningún club europeo sobreviviría en una temporada a 82 partidos contra tantos buenos equipos y con tantos viajes de por medio, por ello muchas aficiones demandarían fichajes americanos para no caer jornada tras jornada.
Por último, no hay duda ninguna que el posible desembarco de la NBA en tierras europeas acabaría con el sueño de muchos seguidores de la Euroleague, que consistiría en una liga a nivel europeo con los mejores equipos de cada país. Grandes personalidades como Zeljko Obradovic [Gigantes del Basket, número 1420] ya abogan por una NBA ‘a la europea’ al introducir reformas en la Euroliga. Es una idea muy cercana ya que si todos los clubes se ponen de acuerdo sobre ella, puede beneficiar a todos y lo que es más importante, al basket. En este caso, sería incompatible que una plantilla pudiese afrontar el ritmo NBA, y más desde Europa, con otras competiciones.
Todos estos problemas son escollos que tanto la NBA como la Euroliga y las ligas europeas tendrían que discutir en profundidad para poder llevar a cabo una idea que hace 20 o 30 años sería una auténtica locura. Que partidos de regular season como el Hawks-Nets se hayan llevado a cabo en el O2 de Londres, demuestran que la idea es factible así que, ¿por qué no soñar?