Hace cosa de 10 años, mi padre irrumpía en el salón, llegaba de trabajar, y con el traía una revista, “mira Ignacio, dicen que este será el nuevo Jordan”, se reía, “aun no está en la NBA y ya se pelean las marcas de zapatillas por él”.
Él, que había visto a Magic, a Jordan, a Pippen,.. que había conocido ese baloncesto legendario, no podía ni imaginar que después de tantos años iba a haber otro igual o mejor que Jordan. Mi padre alucinaba, y con las mismas se fue a cenar, dejando encima de la mesa del salón la revista.
LeBron James, era la primera vez que leía ese nombre, y la primera que lo escuchaba. Recuerdo que era un chico enclenque con cara de pocos amigos, posando con unas nike blancas atadas entre si y colgadas de su cuello. Aquel nombre se me quedo marcado. No tardaría en volver a escucharlo, puesto que a principios de aquel verano LeBron sería el número 1 de aquel draft.
El chico enclenque que había visto en la revista empezó a destacar desde bien pronto. Mientras tanto, mi padre seguía en sus trece, “y encima lleva el 23”, me decía. Mi padre pertenece a esa raza de amantes del baloncesto que quiere ver ese dorsal retirado en todos los campos de la NBA.
Rookie del año, MVP del partido de los novatos, noveno en las votaciones de MVP, con unos promedios de 21 puntos, 5 rebotes y 6 asistencias por partido, solo al alcance en su primera temporada de jugadores como Jordan, Oscar Robertson… o era una broma, o realmente ese chico era muy, muy bueno.
En su segundo año se convirtió en el jugador mas joven de la historia en anotar 50 puntos en un partido y en lograr un triple doble, así como de entrar en el segundo mejor quinteto de la liga. Ese año disputaría su primer AllStar. La broma continuaba.
Realmente, los número de LeBron James son increíbles desde el primer día que pisó una cancha en la NBA, sobrepasando uno tras otro los récords de precocidad anotadora que existían en la Liga. Pese a todo, LeBron no es considera por muchos el gran jugador que es, se asocian frases tales como que nunca llevó a Cleveland a ganar un campeonato, cosa quizás injusta, ya que Jordan necesitó a Pippen, a Kukoc, a Rodman, y Kobe necesitó a Pau, a Odom,..
Todo eran alabanzas cuando estaba en el instituto, algunos como Shaq decían que en esa época ya sería capaz de hacer cosas realmente importantes en la NBA, alabanzas para el chico malo de Akron que jugaba al baloncesto como los ángeles. Pero todo cambió cuando llegó a la NBA y se vio que realmente era verdad lo que se decía de el.
LeBron es ese personaje chulesco que se sabe el mejor del mundo en lo que hace, que genera una gran animadversión por cada esquina del mundo, que no deja indiferente a nadie, por su ritual antes de cada partido, o por sus jugadas de ensueño en cada partido que disputa. A día de hoy, pese a quien le pese, no hay nadie como el, lidera a un equipo ganador y favorito para el three-peat. Durant, George,.. son grandes jugadores, pero, en mi opinión, no hay nadie como LeBron.
Tachado de egoísta, LeBron ha llegado a decir:
«Anotar no me interesa, lo primordial es que el equipo juegue bien y gane, si tengo que pasar mas el balón lo haré una y otra vez».
Podrá ser mejor o peor que Jordan, pero es digno de admirar que podamos plantearnos ese debate, ¿cuántos nuevos Jordan esperábamos y han caído por el camino? Uno detrás de otro. El mismísimo Larry Bird declaró “LeBron puede llegar a ponerse a la altura de Michael Jordan”.
Una muestra de que LeBron no deja a nadie con la boca cerrada, son las declaraciones del mismo MJ, que aseguro que “yo a LeBron le ganaría”
Preguntas que jamás encontraran respuesta.
Odiado en Cleveland tras anunciar su marcha, ahora los aficionados de los Cavs sueñan con su regreso. Después de haber quemado su camiseta, de haberle insultando y despreciado, ahora anhelan el retorno del hijo pródigo.
Ahora, diez años después de aquel momento en el salón de mi casa, le pregunto a mi padre sobre LeBron James y ya no se ríe tanto, ya no alucina tanto con los comentarios que hablaban de el como el nuevo Jordan. Para mi es un privilegio el poder ver jugar a este monstruo del baloncesto, verle dominar cada faceta del juego, verle tirar desde fuera, penetrar, machacar el aro, culminar un contraataque, atacar al poste bajo, defender a un jugador grande y a un pequeño, no me canso. Nunca vi nada igual.
Por que él es LeBron James, mi rey de Akron.
