A pesar de la corta vida de la franquicia de Tennessee existen por el momento dos dignos y reconocidos candidatos cuyos ambos dorsales parecen cada día ascender centímetro a centímetro, para ser retirados hacia el cielo del FedEx Forum.
Uno, un tal ‘E.T.’ de cuyo célebre dedo relucen dos anillos de la NBA y su virtualidad, talento y arte fue amamantado en Memphis. El otro, un ‘raza blanca tirador’ con la eficacia de amoldar su juego a lo que la situación del encuentro requiera, como en aquel cubo de Rubik donde su rol es dejar el espacio libre para que otra pegatina de color ocupe su hueco, resolviendo a la perfección el rompecabezas. La metáfora de su esencia y naturaleza en una pista de baloncesto: fue a Miami para vivir de los espacios que Lebron, Dwyane y compañía le aportaban y ha llegado a Memphis para crear espacios y que otros vivan de él.
«El factor Miller», así lo definió el ilustre Antoni Daimiel durante The Finals 2013. Sin ser el protagonista, ser el tipo de personaje secundario que se antoja imprescindible en el éxito de la serie. Un intangible en toda regla, proporcionando mediante acciones, que no quedan reflejadas en la estadística, un notable rendimiento al conjunto.
El tirador se encuentra al cierre de esta Regular Season 2013-14 con la muñeca rozando cotas de porcentajes jamás alcanzadas en las treces temporadas anteriores y en un estado de forma del cual tenemos que irnos hasta su año rookie para constatar su rendimiento físico.
Aquel 2000-2001 disputó los 82 partidos y en la actualidad ha disputado los 80 partidos de la temporada (enfrentamientos de infarto contra Suns y Mavericks cierran el calendario). Dato significativo si añadimos que Miller es el más experimentado de la plantilla en la liga, sus 14 años lo alaban y el único jugador de Memphis Grizzlies que no se ha perdido ningún partido en esta 2013-14.
Estos Grizzlies que se complicaron el pase a PlayOffs en los meses de Noviembre a Enero, con un juego turbado sin referencias y que aburría. Ante los grandes no aguantaban más allá del primer cuarto y medio de partido y dejaban escapar partidos en los que eran claros favoritos. Pero como viene siendo un hábito intrínseco a la NBA, llegó el mes de Febrero, llegó el All Star de New Orleans y con ello llegaron las sorpresas. Parece costumbre que un fin de semana de las estrellas pueda ser el antídoto o pueda ser el cianuro que haga resurgir o termine de enterrar el destino de un conjunto de cara a los ocho primeros puestos de la Conferencia.
Mike Miller tirando de galones para cumplir el papel por el que le firmaron y saliendo desde la banca para desatascar las crisis ofensivas de Grizzlies está dando un clínic de tiro, efectividad y eficacia.
Desde el parón del All Star promedia 8 puntos en 28 partidos disputados con un 53% desde el perímetro, una daga desde el exterior hiriente y punzante que ha superado la decena de puntos hasta en doce ocasiones. Aquella temporada 2006-2007 que le valió para ser Mejor Sexto Hombre del Año disputó 70 partidos con promedios en 39 minutos de: 46% en Tiros de Campo, 40.7% en Tiros de Tres y un 79.3% desde la línea de libres.
A la edad de 34 años su muñeca parece un gran reserva de cosecha sobresaliente que en su envejecimiento llega a armonizar perfectamente todas sus cualidades, ya que esta Regular Season disputando 80 partidos promedia en 20 minutos de juego: 47.4% en Tiros de Campo, 44.7% en Tiros de Tres y un 82.4% en Tiros Libres. Juega menos, lanza mejor. Como anillo a dedo de Bill Russell se presenta la frase que pronunció el entrenador de los de Tennessee, Dave Joerger en el mes de Febrero: <<Cuanto más lanza, mejores somos>>. Y es que de los 28 partidos jugados desde ese mes, cuando Grizzlies se ha llevado el triunfo su porcentaje de tres ha aumentado hasta un 56% habiendo lanzado 55 intentos. Cuando el equipo ha salido derrotado se reduce a un 46% con sólo 26 intentos desde la línea de tres. Aun así, muy por encima de los porcentajes medios de la liga.
El de Dakota del Sur y 5º puesto de la primera ronda del Draft 2000 es un hombre de récords. No va a ser una leyenda histórica de la NBA, pero sí una referencia y entidad para todos aquellos “esquizofrénicos” de la simbiosis lanzamiento-porcentaje, lleva matemáticas en la sangre.
Mike “Skinny” Miller es el mejor jugador galardonado con el Rookie of the Year en cuanto a porcentaje de carrera desde el perímetro se refiere (40.8%), por encima de estrellas como Kevin Durant, Chris Paul, Lebron James, Vince Carter, Allen Iverson, Jason Kidd o Grant Hill.
También es el jugador que ha recibido el premio a Mejor Sexto Hombre del Año con mejor porcentaje en triples de carrera, encabezando la lista de nombres como James Harden, Jamal Crawford, Jason Terry, Manu Ginobili, John Starks, Dell Curry o Detlef Schrempf. No todo acaba ahí.
Aún ostenta varios récords de la franquicia Memphis Grizzlies: porcentaje total de triples (42.8 %), triples convertidos (838) e intentados (2.001), máxima anotación en un partido (45 puntos vs Golden State Warriors el 21 de febrero de 2007) y triples convertidos en un partido (hasta 9 en dos ocasiones).
Asimismo el pasado 2 de Abril de 2014 vivió un momento histórico para su carrera profesional ya que entró a formar parte del Top 20 de líderes en triples anotados de la historia de la NBA en el partido que le enfrentó a Minnesota Timberwolves. Adelantó a Mike Bibby (1517) para poseer actualmente un total de 1525 triples convertidos, y a falta de dos partidos tan sólo está a tres triples del 19º puesto Nick Van Exel (1528). Ni tan siquiera aparece en el Top 25 de líderes en triples intentados lo que una vez más nos demuestra su acierto y destreza.
Con un luchado y momentáneo octavo puesto en la Conferencia Oeste, aunque con condiciones favorables ante su rival directo Phoenix Suns, el FedEx Forum de la ciudad de Memphis se prepara para recibir los PlayOffs 2014. Es la hora de “cortar el bacalao”, llega el fin de la Regular Season, llega el inicio de la postemporada, llegan los momentos cruciales y decisivos, llega el factor Miller.